Educación

Queridos padres: Los profesores estamos agotados (entiéndannos por favor)

Una profesora narra sus sentimientos y sensaciones sobre el estrés y agotamiento que supone la docencia

Queridos padres: Los profesores estamos agotados (entiéndannos por favor)
Queridos padres: Los profesores estamos agotados (entiéndannos por favor)larazon

Es complicado explicar cómo ha sido el primer trimestre del curso. Quizás, y resumiendo en una sola palabra, no sé, podría decir: estresante. Venga, voy a intentarlo con dos palabras: el trimestre ha sido estresante y agotador.

Con estas dos palabras, solo resumo, en realidad, solo resumo aquello a lo que nos sentimos obligados a hacer, ¡¡sí, sí!! Obligados, es lo que solemos llamar, tareas administrativas, es decir, programaciones anuales y trimestrales, adaptaciones curriculares, reuniones de ciclo, claustros, informes, rellenar los boletines de notas, ... y un largo etcétera. Hay otras muchas tareas que realizamos cada día más placenteras y llevaderas, las que más nos gustan y motivan. Estas son las tareas que se realizan cada mañana, desde el cariño, cuando recibimos a nuestros alumnos cada mañana, con la mejor de nuestras sonrisas, y siempre buscando sacar lo mejor de todos ellos.

En realidad, es complicado para muchas personas entender que los profes, maestros, tutores, docentes,... acabemos el trimestre con tantas ganas de unas vacaciones, y además... ¡¡estresados!! En boca de gran parte de la población, somos aquellos afortunados que trabajamos sólo unas pocas horas al día y que cobra siempre a final de mes, pues trabajamos para el Estado. Dicho sea de paso, un lujo en estos tiempos que corren.

Para nosotros, creo que hablo en nombre de un alto porcentaje de los que nos dedicamos a la educación, es un gran privilegio que los padres depositen su confianza en nosotros, dejando lo que más quieren en nuestras “manos”. Tanto es así, que en muchos casos, las niñas y los niños están tantas horas con nosotros como con sus progenitores. No obstante, pocos de estos papás toman conciencia de todo lo que se hace desde los centros educativos.

Desde los coles se realiza un gran esfuerzo por parte de la comunidad educativa para hacer llegar a nuestro alumnado actividades que contribuyan al aprendizaje de los contenidos encomendados por la Administración Educativa, haciéndolos competentes en un futuro próximo, al mismo tiempo que se divierten y se sienten motivados para adquirir nuevos aprendizajes.

Evidentemente, todo esto y más, no es tan fácil de orquestar. Partimos de la base que, para que todo esto suceda debemos estar formados y coordinados. Ambas cuestiones importantes por igual.

Vamos por partes... La formación del docente debe suceder siempre fuera del horario lectivo o lo que es lo mismo, fuera de su jornada laboral, es decir, en nuestro tiempo libre (fines de semana, tardes o vacaciones). En muchos casos, esta formación viene facilitada por los centros de profesores y es gratuita, mientras que en otras ocasiones se realiza fuera de nuestras localidades y pagamos por ella. Evidentemente la llevamos a cabo puesto que la consideramos interesante para nuestra labor docente.

Así mismo, no podemos olvidar la coordinación, no solo entre docentes, sino también con padres, equipo directivo, inspección educativa incluso localidad, dependiendo de aquello que estemos trabajando o investigando con los chavales.

En realidad, y para ser sincera, todo esto vale la pena... Concursos de poesía, grabación de vídeos, montaje de una cueva prehistórica, exposiciones, mercadillos solidarios, muestras de teatro, visitas de papas y mamás para hacer actividades, señalización del centro con pictogramas, creación de cuentos, visitas de autores,.. y tantas cosas que soy incapaz de enumerarlas todas. Actividades que se hacen en todos las escuelas, que enriquecen la vida de los niños y que nos permiten crecer a todos como personas.

Estas y muchas cosas más son las que conforman nuestro día a día. Son estos, días llenos de fechas de entrega, ejercicios programados, evaluaciones y trabajo que preparar que nos hacen llegar al final del trimestre más cansados de lo que nos gustaría, pero también muy satisfechos y satisfechas del esfuerzo realizado por todos aquellos que convivimos en esta realidad.

Así, tal y como reflexionábamos no hace mucho tiempo en una jornada de formación, es importante llegar cada día delante de nuestro “público” con nuestra mejor sonrisa. Ciertamente, da lo mismo que no hayas pasado un buena noche, que te hayas resfriado o que te hayas encontrado con un buen atasco antes de llegar a trabajar... Las niñas y los niños que tenemos delante se merecen nuestra mejor versión y la mejor de nuestras sonrisas, pues, seguro, esperan de nosotros, nuestra dedicación y atención.

De este modo y, a medida que van pasando los días a lo largo del trimestre no podemos olvidarnos de las reuniones con las familias. Para muchas de estas familias, el docente es una persona bien considerada a nivel familiar y es respetada. Nuestra opinión como docentes es importante y se suele tener en cuenta. Algunas veces estas reuniones se enfocan desde la queja, pero mi experiencia me ha demostrado que ambas partes quieren, siempre, lo mejor para el estudiante. Es importante cambiar este enfoque, y que se oriente siempre con el objetivo de crear un solo bando, un grupo de trabajo, donde todos los miembros queremos que el beneficiario sea el pequeño que tenemos delante.

Con todo ello y después de tres meses intensos, no nos faltan las ganas de vacaciones, la verdad. Momentos que nos van a permitir reflexionar a cerca de todo lo que hemos hecho (que no es poco). Momentos para proponer nuevos objetivos, propuestas de mejora, no solo como maestros, sino también como personas. Solo creciendo como personas podremos mejorar nuestro trabajo, crear un entorno más feliz para compartir con todos los que nos rodean en nuestra jornada laboral, padres y madres, niños y niñas, docentes, etc.

Para los maestros una opción de bajar el nivel de estrés que vamos acumulando día a día en nuestras aulas. Fuerza para empezar el Año Nuevo con más energía, con ganas de seguir trabajando para mejorar nuestro trabajo, para ofrecer una mayor calidad educativa, sin olvidar a quien tenemos delante. Las personitas que tenemos delante son aquellas que en el futuro innovarán, investigarán, crearán, participarán y mejorarán nuestra sociedad. Por este motivo, es importante que todos los que nos ponemos delante de ellos en las aulas, nunca dejemos de aprender, pero más importante aún, les mostremos que por encima de todo ello que somos personas diferentes con nuestras habilidades y capacidades, pero también con nuestros defectos.

Aceptarnos como personas y aceptar a quienes conviven con nosotros para mejorar cómo nos relacionamos, aprendiendo unos de otros, sin olvidar aquello que nos une y olvidar lo que nos separa, pues poco nos aporta. Siendo las escuelas una gran comunidad en la que se aprende a cooperar, creciendo juntos y sumando fuerzas con lo que aportamos a los demás.

De este modo, son los días de vacaciones los nos ofrecen la posibilidad a todos de disfrutar de los nuestros. Esta vez fuera de los centros educativos, pero siendo en nuestros hogares donde los más pequeños comparten tiempo con sus familias, así son los padres, abuelos, tíos, hermanos,...quienes descubren que estos pequeños seres van cambiando, han aprendido tantas cosas que muchas veces no los reconocen. Y.. cómo les gusta a los diminutos impresionar a sus familias con todo lo que saben hacer.

Permitámonos hacer desaparecer nuestros malos rollos, sarcasmos, disgustos y ansiedad para dejar entrar en nuestras vidas una dosis de paz, amor y tranquilidad que, aunque suena a felicitación navideña, no es más que un deseo de afrontar los nuevos retos desde una paz interior que deja aflorar lo mejor de nosotros como docentes, padres, compañeros, ... en definitiva CIUDADANOS con nuevos propósitos para el año que empieza. Permitámoslo, porque nos lo merecemos.

Mª Rosario Haro Carmona

Licenciada en Psicologia por la UJI (Castellón)

Maestra de pedagogía terapéutica en el CEIP Manel Garcia Grau (Castellón)

Máster en Programación Neurolingüística per el Centro Gaia (Vila Real)