Trabajo

Seguir con la lactancia después del permiso maternal

Muchas mujeres dejan la lactancia al incorporarse al trabajo

Seguir con la lactancia después del permiso maternal
Seguir con la lactancia después del permiso maternallarazon

En España la baja por maternidad termina a las dieciséis semanas posparto, esto muy a pesar de que todas las recomendaciones de organizaciones oficiales son mantener la lactancia materna en exclusiva durante 6 meses. Y es que no lo tenemos nada fácil y la vuelta al trabajo es una de las razones por las que las mujeres dejan la lactancia materna.

A priori podemos llegar a pensar que es imposible mantener la lactancia y trabajar y, a pesar de que no suele ser fácil, con un poco de información casi siempre es posible mantener total o parcialmente la lactancia materna. Una vez establecida la normalidad en la lactancia, no siempre fácil de lograr, llega la temida vuelta al trabajo y las dudas surgen y, no pocas veces, crean un estrés enorme en la madre que ve con horror que lo que tanto le ha costado lograr, puede peligrar. Sin embargo y a pesar de lo que podamos pensar, mantener la lactancia una vez acabada la baja por maternidad no es, ni mucho menos imposible, tan solo hace falta saber cómo hacerlo y, como casi todo en la maternidad, con mucha organización previa todo resulta mucho más sencillo. Alba Padró es asesora de lactancia e IBCLC y nos ofrece las claves para proseguir con la lactancia.

No existe un único camino...

Cada madre debe encontrar la mejor manera de compatibilizar su vida personal y profesional. No existe una única manera, lo importante es conocer todas las opciones y escoger la que mejor nos funciona. La clave para poder lograrlo es la organización.

¿Cuándo empezar con el banco de leche y cómo se manipula la leche?

Puedes empezar cuando quieras, idealmente un mes antes de la reincorporación. Te puedes sacar leche en cualquier momento del día, aunque que para que te resulte más fácil lo puedes hacer una hora después de haber dado el pecho al bebé, o sacarte leche del pecho que no has ofrecido al bebé. La leche que irás sacando la debes etiquetar y congelar adecuadamente. Lo ideal es que congeles cantidades pequeñas de entre 50 a 75ml para que luego, en el momento de descongelar la leche todo sea rápido. La leche congelada a unos -20Cº se conserva perfectamente durante unos 6 meses. Si dejas la leche en la nevera aguanta de 3 a 5 días perfectamente. Refrigerarla o congelarla va a depender solo del los días que vayas a tardar en usarla.

La edad del bebé es clave...

Según sea la edad del bebé tendremos más o menos opciones para que le puedan ofrecer en nuestra ausencia. Los bebés de menos de cuatro meses solo deben tomar leche. A partir de los cuatro meses si es necesario, y no queremos que el bebé tome leche artificial, podemos empezar con la alimentación complementaria. A partir de los 6 meses en adelante ya pueden comer alimentos en ausencia de mamá junto con leche materna extraída.

Un tema que acostumbra a preocupar mucho a las madres lactantes es acertar con la cantidad de leche que va a necesitar el bebé, pero la verdad es que solo hay una persona que sabe exactamente lo que el bebé necesita y ese no es otro que el mismo bebé. Él va a determinar en pocos días qué cantidad de leche materna extraída necesita. Pero a modo orientativo recomendamos dejar pequeñas cantidades de leche 50-75ml y ver los primeros días qué volumen necesita. Porque también hay algunos bebés que deciden esperar a su madre y no comer en su ausencia y otros devoran todo lo que se les ofrece.

Las horas que estén separados influye.

Porque no es lo mismo estar cuatro horas lejos del bebé que doce, hay que hacer un cálculo de horas de separación, ya que eso nos va a permitir valorar mejor el volumen de leche que necesitamos. Aunque la lactancia sea a demanda, el bebé va a pedir comida aproximadamente cada 2-3 horas, de este dato podemos deducir cuantas tomas va a realizar en nuestra ausencia. Los bebés, también hay que tener presente la edad, pueden tomar cantidades muy dispares de leche: 50ml por toma, 75ml, 150ml o nada... Así pues, es mejor tener leche congelada e ir probando para ver con el día a día qué cantidad es la requerida.

¿Cómo y con qué le van a dar la leche?

Hay muchos métodos de suplementación, según sea tu circunstancia puedes usar uno u otro, ¡o varios! Cuando volvemos a trabajar hace falta dejar a la persona que se va a quedar con el bebé diversas opciones para que ambos, cuidador y bebé, encuentren lo que mejor les funciona. Para descongelar la leche podemos usar varios métodos, el más adecuado es calentar un poco de agua e introducir dentro el recipiente con leche congelada, en poco rato la leche va a estar lista para que le bebé la pueda tomar. ¡Nunca jamás habrá que calentarla en el microondas ya que sus ondas destruyen todas las propiedades nutritivas de la leche.

¿Y en el trabajo? ¿Me saco la leche?

Hasta los 9 meses de vida del bebé dispones de una hora de lactancia que te va a permitir ausentarte en mitad de la jornada; o entrar y salir media hora antes o después. En algunas empresas permiten compactar la hora de lactancia, por lo que la baja por maternidad se puede alargar unas 2 semanas más.

En el trabajo suele ser posible sacarse leche y para ello tan solo necesitas: un sacaleches, recipientes para la recolección y una nevera portátil con placas de frío. Con este sistema de refrigeración la leche se mantiene perfectamente durante 12 horas, lo que te permite ir a casa y conservarla de manera adecuada. La leche que te saques va a ser la leche que le van a dar al día siguiente. Esta leche fresca, más la leche que tengas guardada del banco de leche, suele permitir seguir con la lactancia materna.

Cada vez más madres optan por mantener la lactancia después de reincorporarse al trabajo, casi siempre puede conseguirse con planificación y ayuda. Una buena manera de conocer las opciones que tenemos es hablar con otras madres y preguntar cómo se organizan ellas, seguro que entre nosotras podemos ayudarnos a encontrar la organización que nos vaya mejor.

Consejos de Medela:

Paso 1: preparación para el almacenamiento

Los recipientes ideales para la conservación de la leche son los que están hechos de plástico, bien bolsas bien recipientes de plástico duro de uso alimentario fabricado sin bisfenol A y con tapa hermética. En este tipo de recipientes la leche conservará la mayor parte de sus propiedades inmunológicas. También pueden utilizarse recipientes de vidrio, pero se corre el riesgo de rotura.

Paso 2: pautas para el almacenamiento

La leche puede almacenarse de forma segura a temperatura ambiente durante un corto periodo de tiempo. Aunque los estudios difieren en cuanto al periodo exacto recomendado, en general, las altas temperaturas se asocian con recuentos bacterianos más elevados en la leche extraída. Según las conclusiones de distintos estudios, la proliferación bacteriana, que se restringió principalmente a organismos no patógenos, era mínima a 15°C y permanecía en valores bajos a 25°C durante las primeras 4-8 horas, pero aumentaba rápidamente después de 4 horas cuando se conservaba a 38°C. Los autores concluyeron que la leche a 15°C era segura durante 24 horas, y a 25°C, durante 4 horas. Como resultado, la leche extraída puede almacenarse de forma segura durante unas cuatro horas a una temperatura de hasta 26°C. A una temperatura ambiente más baja, también puede ser razonable un almacenamiento de hasta seis horas en ambientes limpios.

· Refrigeración: la refrigeración a una temperatura de aproximadamente 4°C mantiene la integridad de la leche materna durante más tiempo que cuando se deja a temperatura ambiente. Se ha observado que la refrigeración inhibe el crecimiento de bacterias grampositivas durante tres días, y hasta ocho días en leche con un bajo nivel de contaminación en el momento de la extracción.

· Congelación: un proceso óptimo es la congelación a –20°C durante un periodo de hasta tres meses. A los tres meses se mantiene el contenido de vitaminas A, E y B, proteínas totales, grasa, enzimas, lactosa, cinc, inmunoglobulinas, lisocima y lactoferrina, aunque puede presentarse una pérdida de vitamina C en el transcurso de un mes. La proliferación bacteriana no es un problema significativo durante las seis primeras semanas. Sin embargo, la capacidad antibacteriana suele ser menor que la de la leche fresca debido a la pérdida de células vivas como los fagocitos. Se considera aceptable un periodo de hasta 12 meses en el congelador a < –20°C, si bien pueden producirse cambios de sabor y olor a –80°C, dado que la lipasa sigue degradando la grasa para generar ácidos grasos.

· Si tienes la opción de elegir, tanto en casa como en el trabajo, siempre es preferible refrigerar la leche materna en lugar de congelarla porque pierde menos propiedades bioactivas. Sobre todo, si los padres saben que la van a utilizar en los siguientes días.

· Si la madre está en el trabajo, puede conservarla en el frigorífico o en el congelador, pero, de un modo u otro, siempre hay que asegurarse de etiquetarla adecuadamente (leche materna) para que el resto de compañeros identifiquen los envases claramente. Si la madre no se siente cómoda con esta opción, puede conservarla en una bolsa nevera manteniendo fresca la leche con placas refrigerantes.

Paso 3: descongelación de la leche materna

Si los padres han optado por la congelación como método de conservación de la leche materna, Montse Robles, asesora de lactancia y responsable de divulgación de Medela, indica los pasos a seguir para descongelar la leche de modo seguro.

· La leche puede descongelarse en el frigorífico, mediante un recipiente de agua templada o colocándola bajo el grifo de agua corriente templada.

· Debe evitarse la descongelación de la leche materna con agua muy caliente, en el microondas y en la cocina, ya que las temperaturas elevadas reducen las propiedades antibacterianas y otras propiedades bioactivas de la leche.

· La descongelación es completa cuando la leche congelada se ha vuelto líquida, todavía está muy fría y aún hay presentes algunos cristales de hielo. La presencia de cristales de hielo es un indicador visible de que la leche no se ha descongelado más allá de determinado punto.

· La leche descongelada se debe refrigerar hasta inmediatamente antes de su uso, y no se debe dejar a temperatura ambiente durante más de unas pocas horas para evitar la proliferación bacteriana.

· La leche descongelada por completo hasta la temperatura ambiente no debe volver a congelarse, si bien se ha demostrado que la recongelación de la leche después de la descongelación en el frigorífico mantiene una carga bacteriana segura.