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Fernando Martínez de Irujo también busca liquidez

El único hijo soltero de la Duquesa de Alba busca cumplir su sueño: tener su propio «pisito» en Madrid. Para conseguirlo, se plantea alquilar su casa de Marbella y, a la larga, quizá vender las tierras de labor que tiene en Salamanca

Fernando en el madrileño Palacio de Liria
Fernando en el madrileño Palacio de Lirialarazon

El único hijo soltero de la Duquesa de Alba busca cumplir su sueño: tener su propio «pisito» en Madrid. Para conseguirlo, se plantea alquilar su casa de Marbella y, a la larga, quizá vender las tierras de labor que tiene en Salamanca

Este año, el primero sin que Cayetana se asome al Real en alguno de sus exquisitos carruajes de caballos, ningún miembro de los Alba acudirá a la Feria de Abril sevillana, por respeto al duelo que sigue la familia. También, a estas alturas, ha quedado claro, que el único que abandona el palacio es Cayetano Martínez de Irujo, Eugenia seguirá en la suya y Fernando, el único soltero y sin hijos, seguirá en sus dependencias de Liria todo el tiempo que él quiera. La residencia del duque de Huéscar es un espacio lo suficientemente grande como para que el futuro duque de Alba viva con su familia y con el tío Fernando, que se pone rojo cada vez que alguien le menciona lo buen partido que es ahora y lo falsos que son los rumores sobre sus supuestas novias.

Todos los hermanos Alba tienen sus casas, excepto el marqués de San Vicente del Barco, al que le hubiera gustado que su madre le hubiese dejado en herencia uno de esos pisos que le sirven al duque de Alba, con lo que le rentan de alquileres a contribuir al mantenimiento de su ingente patrimonio. A Fernando, le correspondieron unas tierras de labor en Salamanca, que tiene en explotación con cultivos de temporada, ganado y cereales y que, aún siendo suyas, supervisan Carlos y Cayetano y lo producido está bajo el amparo del sello comercial Casa de Alba. Unas tierras que ahora no están en el mejor momento para ser vendidas, pero quién sabe si en un futuro Fernando decide capitalizarlas porque él no es hombre de campo. Ahora el marqués es consciente, y más él que trabaja para un banco, que no le pagarían lo que valen, así que prefiere esperar a que sigamos remontando la crisis y alguien se encapriche con esas posesiones. Fernando también heredó la espectacular casa en la playa «Las Cañas», pegada al Marbella Club, en plena milla de oro de la Costa del Sol. La posesión, con casi una hectárea de terreno y cerca de mil metros construidos con salida a la mismísima arena de la playa, está llena en verano con sus hermanos y los sobrinos y los amigos, pero durante el año, el mantenimiento y el matrimonio fijo de servicio que vive allí van a la cuenta de gastos de Fernando, de ahí que piense en alquilarla y hay quien ya le ha dicho que podría pedir entre 150.00 y 200.000 euros al mes y eso que no es una casa que disponga de muchos dormitorios, no llega a las diez habitaciones, pero sí que cuenta con una de las mejores ubicaciones y un frondoso y cuidado jardín. Es una casa que Cayetana ha disfrutado mucho, pero los tiempos han cambiado, y el marqués de San Vicente del Barco no tiene hijos ni pensamiento de tenerlos. Así que en un futuro, Fernando no descarta venderla. Si llega alguien ofreciéndole una cantidad imposible de rechazar, no dudaría en deshacerse de ella porque a él lo que le gustaría es tener su «casita» en Madrid, e incluso, en las afueras, por donde la tiene su hermano Cayetano, Pozuelo o Aravaca. Aunque se encuentre muy a gusto en el palacio de Liria, donde tiene su espacio propio y si quiere no tiene ni que verse con su hermano Carlos.

Fernando tiene una agenda social repleta de eventos y en los que evita que le hagan fotos posando con marcas comerciales y aunque él piense en capitalizar algo de lo heredado para mantener el patrimonio, nunca ha querido rentabilizar su imagen, que sería una llegada de dinero en metálico muy jugosa y fácil. Cobrar por asociarse a marcas comerciales como hacen sus dos hermanos pequeños, Cayetano y Eugenia, y su ex cuñada, Genoveva Casanova, es algo que no entra en los planes de Fernando, prefiere vender posesiones que cobrar por promocionar.

Sobre los supuestos problemas económicos de Cayetano, pronto podrían encontrar remedio, además de haber alcanzado un principio de acuerdo con su ex mujer para rebajar la pensión, cuenta con la tranquilidad de tener un hermano mayor que, aunque le haya pedido que abandone Liria y Cayetano ya no disponga como disponía de todo en vida de su madre, el primogénito es un hombre cabal y no dudaría en responder él mismo, pagando de su bolsillo los colegios de sus sobrinos si llegara el caso extremo de que Cayetano no pudiera hacerse cargo de ello. Las exigencias de Genoveva Casanova se han rebajado gracias a que su relación con Michavila va tan rápido que la anulación del matrimonio, requisito importante para casarse con el ex político, parece que no tardará en ser concedida y esa posibilidad de cambio civil contribuye a la distensión de pretensiones, aunque el ex matrimonio mantenga una relación distante y se comunique por medio de abogados. Parece ser que Cayetano no tiene un carácter fácil y es al que más le ha cambiado la vida la muerte de la Duquesa de Alba, en vida de la aristócrata, él era el favorito y disponía de todo. Ahora la situación es diferente.

Empezando por el carácter. Carlos huye de la exposición mediática y en cuanto ponga orden en la Casa, regresará a su fiel anonimato. Alicia Koplowitz fue su última pareja, desde entonces frecuenta a sus amigas, pero vive s´0lo con Fernando en Liria. El hijo pequeño estudia en EE UU y el mayor, Fernando, trabaja en el Banco Santander y vive con su madre, Matilde Solís. También, cuando se vendan los flecos que restan de la herencia y que aún están valorándose, entre ellos, un valioso Renoir, que se puede vender, pero no salir de España, la familia, incluido el viudo de Cayetana, Alfonso Diez, que mantiene una relación cordial con Huéscar, podrá cobrar en «cash». Y sobre la hipoteca que pagaba la Duquesa por la casa de Sanlúcar, que se empeñó en que comprara su marido, a modo de herencia, decir que es Carlos Fitz-James el que se hace ahora cargo de esos gastos y que la seguirá pagando, porque es un compromiso que adquirió con su madre y no faltará mucho para que también cuelgue el letrero de «Se vende» porque no es una casa en la que el viudo de Cayetana se encuentre cómodo.

Dueñas, abierto a final de año

Con respecto a la apertura del Palacio de Dueñas, también tardará un tiempo porque hay que adaptarlo a las visitas turísticas y calculan que podrían abrirlo para final de año. También durante este 2014, el título de conde duque de Olivares pasará a Carlos Fitz-James y éste tendrá que ir pensando cuándo le pasará el ducado de Huéscar a su hijo Fernando, el primogénito y futuro duque de Alba. Un chico discreto, con un sentido del humor irónico, como el de su padre, reservado y muy unido a Sevilla y a sus tradiciones, no en vano el palacio de los Marqueses de la Motilla, de sus abuelos maternos, es otra referencia en la capital andaluza, como Las Dueñas, que algún día será su palacio. Fernando sabe que cuando sea nombrado «delfín», su vida podrá alterarse y quiere retrasar lo máximo posible su exposición mediatica.