Carmen Tello, ante las memorias de Cayetano: “Me dio pena saber que se enganchó a las drogas”

La que fuera mejor amiga y confidente de la duquesa de Alba asegura que si Cayetana viviera “no abriría sus palacios al público” y estaría apenada por la relación entre sus hijos y cómo tratan a su viudo, Alfonso Díez

Fue la mejor amiga de la duquesa de Alba, su confidente, su paño de lágrimas y su cuidadora fiel hasta la muerte. Carmen Tello recuerda a Cayetana con enorme cariño cuando van a cumplirse cinco años de su fallecimiento. No suele conceder entrevistas, procura apartarse de los medios, pero hace una excepción para LA RAZÓN. Se sincera sobre todo lo relacionado con los Alba. Y es rotunda al afirmar que «si Cayetana estuviera viva, sus palacios no se abrirían al público. En su mente no entra eso». Si esta extraordinaria mujer se decidiera algún día a escribir sus memorias...

–¿Cree que, esté donde esté, su amiga se apenará con los desencuentros entre sus hijos?

–Me imagino que cualquier madre se disgusta cuando sus hijos no se llevan como debieran.

–Hoy se presentan las polémicas memorias de Cayetano. ¿Las ha leído?

–Sí, y he descubierto muchas cosas que no conocía. Por ejemplo, me he quedado asombrada al descubrir que él, según su propia confesión, estuvo enganchado a las drogas. No tenía ni idea, me ha dado mucha pena. Cuando yo le conocí ya había superado esa etapa.

–¿Tiene relación con él?

–Nos llevamos muy bien, pero no he podido comentar con él lo que dice en su libro. Ha escrito lo que le ha parecido conveniente y hay que respetarle.

–En el texto tacha a su madre de «autoritaria». ¿Lo fue?

–Creo que sí, era muy autoritaria, pero también tenía un grandísimo corazón. Se entregaba muchísimo a la gente que quería y se portaba bien con ella.

–Es una pena que entre los hijos falle la armonía...

–Es mejor no decir nada, nunca opino sobre ese tema tan delicado. Usted sabe que las relaciones de familia son a veces complicadas... De todas formas, yo solamente tengo relación con Alfonso Díez y con Cayetano, con el resto de sus hermanos, no. Pero es que tampoco la tenía con ellos cuando Cayetana vivía. Quizá un poco con el mayor, con el actual duque de Alba...

–¿Dónde está Alfonso Díez? Parece desaparecido.

–Hace días que no le localizo, debe estar de viaje. Le gusta mucho viajar. Nos veremos en Sevilla el día de la misa por el quinto aniversario de la muerte de Cayetana, que será el próximo 20 de noviembre. Como siempre, la ceremonia se celebrará en la iglesia del Cristo de los Gitanos.

–¿Conoció a su segundo marido, Jesús Aguirre?

–Sí, pero nuestra relación no era buena. Lo traté en los últimos años de su vida, y lo mismo que pienso que Alfonso es una persona maravillosa, con Jesús todo era distante. No me gustaba.

–¿Cómo la recuerda?

–Me acuerdo de ella muchísimo, aprendí muchas cosas positivas de Cayetana. Era una mujer con mucho mundo y cultura, pero a la vez bastante sencilla. Me sentía muy cómoda a su lado.

–También era muy simpática con quien quería.

–Muy divertida, me reía mucho con ella. Contaba miles de historias con mucha gracia y a través de ella conocí a grandes personajes. Madrid le gustaba, pero en Sevilla se encontraba realmente feliz, era su gran alegría.

–Alfonso quería vender la casa de Sanlúcar en la que pensaba pasar largas temporadas con su esposa.

– Ya no. La sigue teniendo. Estuvo a punto de venderla, pero últimamente me comentó que está muy ilusionado con esa casa, es muy mona y va mucho por allí. Que se encuentra muy a gusto en ella. Cayetana se quedó con la ilusión de habitarla.

–Alfonso es un hombre muy especial.

–Una buenísima persona, educado, cariñoso, correcto, todo un caballero, natural y sencillo.

–Es duque consorte y no ejerce de noble.

–No se le ha subido a la cabeza.

–Los hijos de la duquesa tendrían que valorarle más.

–Cayetano se lleva muy bien con él pero creo que el resto no se relaciona. Es una pena.

–Sabemos que ha rechazado buenas ofertas para contar cómo fue su relación con la duquesa.

–Es verdad, pero en su periódico siempre me tratan muy bien y con usted mantengo una buena amistad. Eso me vale para romper mi silencio.

–¿Qué tal se encuentra su marido, Curro Romero?

–Con algún problema en los pies, pero bien. Le quitaron un pólipo de la garganta y va a revisiones, pero no hay problemas.