Gente

El secreto de la “eterna juventud” de Isabel II está en la dieta

No tiene un paladar tan exigente como puede parecer por su cargo y el único “veto” que tiene la reina de Inglaterra es la presencia de alimentos con almidón en las cenas

El secreto de la “eterna juventud” de Isabel II está en la dieta
El secreto de la “eterna juventud” de Isabel II está en la dietalarazon

No tiene un paladar tan exigente como puede parecer por su cargo y el único “veto” que tiene la reina de Inglaterra es la presencia de alimentos con almidón en las cenas

De un primer vistazo, pocos dirían que Isabel II tiene 93 años. Ni por su agenda de apariciones públicas, ni por la vitalidad que desprenden sus estilismos ni por la luz que desprende su piel. Además, en contraste con los achaques que arrastra su marido, el duque de Edimburgo, ella no ha tenido ningún susto importante. Mucho se ha hablado de cuál es el secreto de esa eterna juventud que parece emanar la reina de Inglaterra, pero hasta ahora eran pocas las pistas que conducían a su dieta. Hasta que ha hablado Darren McGrady, el que fuera su chef personal durante más de una década.

Según recoge el diario británico “Express”, Isabel II es buena comensal y no tiene casi ningún alimento vetado. Es decir, su dieta no puede ser más variada. La única excepción está en la cena, cuando no come nada que contenga almidón. Esto es, ni patatas ni arroz ni pasta. Sus platos estrella antes de irse a dormir son o bien un filete de venado o faisán en salsa de champiñones acompañado de crema y whisky, o, por otro lado, un plató con salmón. Las dos materias primas principales proceden de las fincas propiedad de la Casa de Windsor en Sandringham y Balmoral. También hay una tradición para los domingos: asado, siempre bien churruscado.

Para empezar el día, la reina de Inglaterra es clásica: nada mejor que unos buenos cereales, los mismos que podemos comer los plebeyos. Su menú favorito para el almuerzo se compone de pescado con verduras (si es lenguado con espinacas y calabacín, mejor que mejor) o pollo a la parrilla con ensalada. Aunque suene a tópico, como buena inglesa no puede pasar un día sin tomar varias tazas de té. Las acompaña con sándwiches de pepino, salmón ahumado, huevo y mayonesa, o bien de jamón con mostaza. Para los momentos dulces se decanta por galletitas y pastas de miel y crema, jengibre, fruta y chocolate.

Pero McGrady no ha sido el único que ha revelado los secretos de las cocinas del castillo de las dependencias reales. En el libro “Cena en el Palacio de Buckingham”, Charles Oliver, ex empleado real, asegura que esta faceta “conformista” de Isabel II cambia cuando tiene invitados. La reina tiene un cuaderno en el que anota “sugerencias” a sus cocineros para mejorar los platos de cara al futuro. Aunque afirman que casi todas las páginas están en blanco, es célebre la vez que la reina se encontró una babosa en su plato. La envolvió en una esquina de papel y adjuntó un comentario que decía: “Encontré esto en la ensalada, ¿podrías comerlo?”.