Casas reales

Las Casas Reales declaran la guerra a la Prensa

Rania de Jordania emite un contundente comunicado quejándose de la presión mediática después de que Harry y Meghan anunciaran que dejaban la vida pública por el mismo motivo.

Foto: Gtres
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Rania de Jordania emite un contundente comunicado quejándose de la presión mediática después de que Harry y Meghan anunciaran que dejaban la vida pública por el mismo motivo.

No son buenos tiempos para las relaciones entre los medios de comunicación y las casas reales. Si hace unos días los duques de Sussex anunciaban su retirada de la vida pública por la presión mediática a la que se estaba enfrentando Meghan Markle, esta vez las dicrepancias han saltado el charco hasta Oriente Medio. Rania de Jordania se ha visto obligada a emitir, por segunda vez en este año, un comunicado en su página oficial de Facebook para defenderse de la campaña de desprestigio de la que dice sentirse víctima. Concretamente, el detonante habría sido las quejas que ha sufrido por su supuesta pasividad ante la huelga de profesores del país que duró varias semanas y cuyo objetivo era mejorar las condiciones económicas de estos.

La reina se habría visto envuelta por ser la creadora de la Academia de Profesores, fundación que cuenta con el apoyo del Gobierno y la monarquía y el principal motivo por el que no sentó bien que no mostrase su apoyo público a los docentes. «Esta vez me encontré en el ojo de la tormenta y en el centro de una campaña de desprestigio desproporcionada, ¡sin saber por qué me habían arrastrado a ella!, sin embargo, durante las últimas semanas de combate público me abstuve de comentar para evitar ser acusada de intentar secuestrar la conversación», comienza el comunicado. Rania continúa declarando que esperaba que 26 años de servicio público en los que asegura haberse esforzado por dar lo mejor a Jordania y no haber dudado nunca en hacer lo que era correcto fuesen suficientes para demostrar sus intenciones.

A principios de 2019 su oficina de Prensa ya emitió otro texto para protesar contra unas informaciones publicadas que aseguraban que el armario de la esposa de Abdalá era el más caro de una lista de once reinas y princesas, y otras que afirmaban que superó incluso al de Kate Middleton en 2017, cuyo valor era ascendía a los 267.000 euros. Rania supo defenderse entonces, asegurando que la gran mayoría de sus prendas eran «prestadas, ofrecidas como regalo por las casas de moda o comprada a familias reales».

Doble rasero

La reina no ha olvidado este primer comunicado y lo que en él reveló: «Es desconcertante que, desde la Primavera Árabe, cualquiera que tenga un “problema” con el Estado o alguna de sus instituciones, o que tenga un agravio personal o busque atención y fama, haya comenzado a atacar a la reina, a sus iniciativas o incluso sus vestidos. Ha llegado el punto en que atacarme casi se ha convertido en una forma para que algunos flexionen sus músculos o se conviertan en héroes a expensas de nuestro país».Ello es, añade, la muestra de las dos realidades que viven las «royals», que de un lado, reciben «cinismo y dureza» por las redes sociales y en contraposición el afecto que perciben en cada uno de los lugares que visitan. Tema al que ya hizo referencia el príncipe Harry cuando anunció las demandas que iba a emprender junto a su mujer contra los medios de comunicación. A pesar de que sea una postura que puede sorprender a muchos, «los tiempos han cambiado», como declara la propia reina, y todo apunta a que los comunicados reales y las quejas de los «royals» sobre el trato que reciben de la Prensa empezará a convertirse en algo habitual.

En su primera aparición en Londres tras la emisión del documental en el que tanto ella como el príncipe Harry ponían voz a la presión mediática que están sufriendo, la duquesa de Sussex ha elegido un look muy reivindicativo con un vestido midi «low cost» de la línea Babaton by Aritzia en color morado que ya lució durante su embarazo.