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Manuel Blasco: «Invitaría a Merkel a conocer la ciudad de los amantes»

Manuel Blasco / Alcalde de Teruel. Dedicaría el «Que la detengan» de David Civera a cualquiera «que meta la mano en el saco»

«Aún quedan dinosaurios políticos y los ciudadanos deben ponerlos en la vitrina»
«Aún quedan dinosaurios políticos y los ciudadanos deben ponerlos en la vitrina»larazon

Abandera la ciudad del torico, de la tamborrada, de las torres mudéjares, de los amantes, del beso negado, del «se puede morir de amor...» Político por tradición familiar, despacha con los ciudadanos en el ayuntamiento e incluso tomando un café. Dice que lo que no hay que hacer nunca es «engañarles», pero también hay que enseñarles a que «no pueden pedir cosas que no son del todo legales». ¿Un lema?: «Aplicar en la vida pública y privada el sentido común».

– ¿Teruel existe?

– Por supuesto que existe. Es la segunda provincia más despoblada de España, más pequeña en habitantes, pero tiene un encanto especial y se vive excepcionalmente bien. No tenemos equipos de fútbol en «champions», pero sí el mejor equipo de voleibol de España. La ciudad existe y tiene un buen nivel de vida.

–Para ser alcalde de Teruel, ¿hay que ser un romántico?

– No necesariamente. Tiene que gustarte tu ciudad e intentar defenderla a capa y espada. Tiene una historia de tradición romántica, y quien a partir de ahora quiera ser su alcalde tendrá que serlo también de la ciudad de los amantes, de la ciudad del amor. No me considerado especialmente romántico, pero tampoco un soso. Creo mucho en la familia, eso sí.

–Pues yo he venido a que me hable de amores imposibles... ¿No me diga que ha vivido alguna historia parecida a la de los amantes de Teruel?

–Estoy casado hace ahora 25 años; me casé con la que fue mi única novia; sólo he tenido una relación con una mujer, la que tengo, con la que estoy felizmente casado y espero que ella sienta lo mismo. Mi vida propia puede ser la historia que hubiera querido tener.

–¿En Teruel?

–Si, mi mujer y yo nos comprometimos en 1979 coincidiendo con un fin de semana en el que en Teruel hubo un apagón que duró tres días. Nos comprometimos en la oscuridad.

–Coimbra, Teruel, Verona... ¿Encuentra conexión?

–Son tres ciudades que a distintos niveles quieren vivir del turismo y tienen una historia de amor que en Verona se traduce en 3.000.000 de turistas al año. Coimbra no lo vive con esa intensidad, pero tiene un tamaño parecido a Verona. Y en Teruel, siendo la más pequeña, está empezando a crecer ese turismo romántico .

–¿A nivel europeo qué van a hacer?

–Estamos empezando. Estuve también en Montequio, ciudad próxima a Verona, y también se ha apuntado alguna otra ciudad italiana que tiene alguna historia de amor. En España estamos saliendo de una crisis y en Teruel estamos terminando de sanear las cuentas en el sentido de que vamos a dejar la deuda a la mitad de como la encontramos, pero no disponemos de partidas presupuestarias para grandes alegrías. Por ello, tenemos que buscar fondos y en la UE hay programas que pueden financiar grandes campañas de promoción turística, que es lo que nos une a estas tres ciudades, con el fin de conseguir ésa promoción internacional en la primavera de 2015.

–¿A qué líder europeo invitaría a Teruel para contarle su historia de amor... ?

–A Merkel, no sólo para que viera Teruel sino para convencerla de que hay que hacer una política de expansión inversora también en el sur de Europa.

–Recrean las bodas de Doña Isabel. ¿Alguna vez hizo el casting para ser Don Diego?

–No, los alcaldes actuamos el resto del año. Soy uno más de los 15.000 extras, que andamos, paseando por la ciudad, vestidos de época. Somos como los extras de las películas de «Ben-Hur» o los «Diez Mandamientos», uno más de esos anónimos actores. El resto del año ya me toca jugar el papel principal. Esos días, me gusta más pasar desapercibido.

–Teruel fue cuna de dinosaurios... ¿Queda algún dinosaurio en política?

–Sí quedan, y los ciudadanos los tienen o nos tienen que colocar en la vitrina. Cuando un político recibe un castigo tiene que saber interpretar la opinión de los ciudadanos y hace falta renovación constante en los partidos.

–¿Y quién sería?

–No me voy a meter con nadie en una entrevista tan simpática como ésta. Cuando se producen las elecciones tendríamos que empezar a aprender que unos la ganan porque tiene respaldo popular y otros las pierden. Y cuando las pierden, deberían dar un paso atrás. Ha habido políticos que han estado muchos años en política, pero seguían manteniendo el respaldo de los ciudadanos. Ante eso no hay nada que decir, pero cuando la opinión es mala, habría que saber interpretar la opinión de los ciudadanos cuando votan.

–Fue jugador de baloncesto cuando era joven, además tiene altura... ¿Qué haría falta para que Teruel metiera un triple?

–No es bueno poner todos los huevos en la misma cesta. No puede apostar una comunidad, ni un país, por un sector en concreto. Pero nosotros, en esta legislatura, trabajamos por ese Teruel como destino romántico. Con eso metemos un triple. Pero también tengo una esperanza muy grande con que el nuevo aeropuerto industrial que se ha abierto en la ciudad –insisto en lo de industrial– suponga un antes y un después. Si termina de cuajar en lo que se está ya trabajando, Teruel se puede convertir en un pequeño pueblo industrial en el ámbito del reciclado y de la aeronáutica. La inversión está hecha y pagada. La ciudad tiene ahí un oportunidad de futuro.

– Como David Civera es de Teruel... ¿A quién le dedicaría el «Que la detengan»?

–Yo diría que lo detengan o que la detengan a cualquier político que mete la mano en el saco y se aprovecha de los presupuestos del Estado.

–Llegó al Senado y compartió escaño con Manuel Fraga. ¡Incluso le bajaba el micrófono! ¿Le dio algún consejo?

–En cinco años en los que le tuve de compañero aprendí mucho, incluso de sus silencios. Vi que tenía una inteligencia por encima de lo normal y un carácter muy propio. La cabeza mejor amueblada que he conocido, y lo conocí con más de 80 años, y era muy práctico. No le gustaba perder bajo ningún concepto y prefería pactar antes que perder una iniciativa. Por encima de todo, español y gallego.

–Ustedes que tienen un rico legado... ¿cómo ven la pretensión de Andalucía de adueñarse de la mezquita de Córdoba?

–Ésa es la tontería que se le ha ocurrido a alguien en una tarde que estaba aburrido. El patrimonio es del pueblo español y en este caso hasta mundial. Por tanto, está bien como está. La Iglesia no puede renunciar a sus raíces cristianas y católicas. Creo que los españoles están a favor de que la Catedral de Córdoba sea un templo religioso y a la vez abierto al turismo mundial. Eso es lo que hacemos en Teruel con la iglesia de San Pedro y esa simbiosis entre las dos ha funcionado perfectamente.