Educación

Aulas universitarias con la diversidad como seña de identidad

La diversidad enriquece todos los aspectos de la vida. Primero porque favorece el intercambio de puntos de vista acerca de multitud de situaciones y fenómenos, pero es que además promueve el intercambio cultural. Ser distintos y tener características únicas que no se asemejan es algo positivo para cualquier sociedad que abogue por el pluralismo político, social o económico

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Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por integrar a todos los ciudadanos bajo el mismo paraguas, se evidencia un desequilibrio más que evidente a la hora de acceder a ciertos productos y servicios. La llamada ‘brecha social’ provoca que no todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades para el desarrollo personal, por lo que se hacen cada vez más necesarias la puesta en marcha de políticas e iniciativas inclusivas desde diversos puntos de vista que ayuden a reducir esta desigualdad.

Para promover un desarrollo más justo e igualitario para todas las personas, es preciso atajar el problema de raíz, enfocando la mayor parte de los esfuerzos en aquellos ámbitos que sean más propensos a ello, como la educación. Actualmente, existen diversas iniciativas desarrolladas por empresas privadas para mejorar la inclusión social de las personas de los colectivos más vulnerables, como aquellos que sufren algún tipo de discapacidad, las cuales suponen un complemento perfecto para cubrir las carencias de los proyectos gubernamentales con tal fin. Un ejemplo de ello es Banco Santander.

Inclusión educativa, como punto de partida

Según el IV Estudio ‘Universidad y Discapacidad’, elaborado por la Fundación Universia con el respaldo de Banco Santander y el apoyo del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Fundación ONCE, el Real Patronato sobre Discapacidad y la colaboración de la Conferencia de Rectores de Universidades Españoleas (CRUE), cada vez son más los estudiantes con discapacidad que llenan las aulas universitarias, aunque la cifra de los que permanecen, disminuye a medida que avanzan sus estudios.

Por eso, conscientes de la importancia de recibir una buena formación para garantizar el acceso al mercado laboral, la Fundación Universia, dependiente de Santander Universidades, es una de las entidades que hace una firme apuesta por la inclusión social desde el año 2005, concretamente ayudando a las personas con discapacidad a través de proyectos innovadores.

Desde la Fundación Universia se impulsa la investigación, la educación superior y el empleo de calidad de personas con discapacidad. A través de innovadores proyectos, se busca romper con todas las barreras a las que tienen que hacer frente estas personas a la hora de acceder a estudios o trabajos, basando su estrategia en factores como la explotación de las TIC, la organización y participación en eventos de interés nacional e internacional o la consolidación del principio de igualdad de oportunidades. Solo en 2018, 603 universitarios con discapacidad fueron becados, mientras que otras 153 personas con discapacidad fueron apoyadas en el acceso al mercado laboral.

Beatriz e Isabel Calvo han sido dos de estos universitarios beneficiados por la labor de Fundación Universia. Estas dos hermanas catalanas padecen la misma enfermedad, una miopatía cognitiva que produce una gran debilidad muscular en todo el cuerpo, y especialmente en las extremidades. Por eso, cuando llegó la hora de acceder a la Universidad buscaron apoyos económicos: “Busque diferentes opciones, pero Banco Santander, además de ser de las más conocidas, es de las pocas empresas que ofertan becas de grado, no solo de master, y es la que más ayuda económica ofrecía”, explica Beatriz Calvo.

La última beca a la que han accedido estas hermanas ha sido la Beca Fundación Universia Accionistas y Familiares Santander. Una ayuda que supone un importantísimo impulso para personas como ellas, ya que, aunque se ha avanzado mucho en este terreno, “siguen existiendo barreras”. La pequeña de las hermanas, Isabel, coincide con Beatriz en que “tenemos una sociedad que aún está poco preparada, aunque muy dispuesta”. Por eso, gracias a las ayudas que ofrecen empresas como Banco Santander, “con el simple hecho de ir a la universidad, ya estás ayudando a que desaparezcan los perjuicios”, concluyen.

La clase #SOMOS todxs

Como en todos los ámbitos de la vida, la inclusión educativa es clave para asegurar el progreso de la sociedad y de las personas que viven en ella, pero sobre todo es fundamental para garantizar el acceso a una educación de calidad. Tal y como explica la directora de Fundación Universia, Sonia Viñas, “debemos ser capaces de poner en valor como país, lo que estamos consiguiendo en materia de educación superior inclusiva. La educación, si no es inclusiva, no es de calidad. Pero, además, la educación, si no es inclusiva, no es educación”.

Con este objetivo, se ha puesto en marcha la campaña #SOMOS. Promovida por la colaboración entre Fundación Universia y Soledad Cisternas, Alta Comisionada para el Secretario General de la ONU, pretende alzar la voz por una educación inclusiva.

Concienciar a la sociedad y a la comunidad educativa de la necesidad de apostar por una educación superior inclusiva, en particular sobre la comunidad universitaria con discapacidad, es su objetivo principal, porque como aseguran los responsables de la campaña “muchos estudiantes con discapacidad viven en el aula la distancia con el resto de sus compañeros, afectando a su autoestima y en general a la calidad de su experiencia universitaria”. Por eso, esta iniciativa pretende conseguir que los estudiantes con algún tipo de discapacidad se sientan uno más del grupo, porque, en definitiva, la clase #SOMOS todoxs . Conoce más sobre la campaña.

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