Palma de Mallorca

Urdangarín se quita la careta por Carmen Enríquez

La Razón
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La actitud mantenida por Iñaki Urdangarín desde que se conoció su implicación en las turbias y fraudulentas actividades del Instituto Nóos ha estado plagada de desaciertos y torpezas. La última, la búsqueda de un acuerdo negociado con jueces y fiscales que llevan el caso para evitar ir a la cárcel, que tendría como contrapartida el admitir su culpabilidad. Porque, tal y como está planteado este giro de 180 grados en la postura del duque de Palma, lo que le ha hecho cambiar no es que se haya arrepentido de sus fechorías ni que haya reconocido haber actuado de forma ilegal, sino sólo tratar de eludir la prisión.

Aún está muy reciente en la memoria de los ciudadanos la digna y un tanto arrogante declaración de Iñaki Urdangarín a la llegada al juzgado de Palma de Mallorca, afirmando rotundamente que estaba allí para aclarar la verdad de los hechos, defender su honor e inocencia y ratificar que había actuado con total transparencia. Tres afirmaciones que se transforman en falsedades de forma automática si, finalmente, el marido de la Infanta Cristina reconoce que actuó de forma delictiva. Y, además, parece que lo que ha hecho agachar la cabeza al antiguo deportista olímpico y bajar del pedestal en el que se había encaramado es la advertencia de su antiguo socio, Diego Torres, de que no iba a admitir el papel de cabeza de turco y asumir él toda la responsabilidad en las irregularidades perpetradas por ambos a través de Nóos y otras empresas filiales.

Lo malo es que al reconocer su culpabilidad en toda esta trama empresarial fraudulenta, Iñaki Urdangarín también se despoja de su careta, ésa con la que se había cubierto hasta ahora, y queda ante todos como lo que, al parecer, es: un antiguo deportista de élite que, al terminar su exitosa carrera, dejó a un lado los ideales del olimpismo y se lanzó a la carrera desenfrenada de llegar muy lejos en el mundo de los negocios. Aunque para ello tomara atajos y senderos plagados de amistades peligrosas que le llevaran por el camino del mal.

De nuevo, los hechos colocan a la pareja formada por Iñaki Urdangarín y la Infanta Cristina en el ojo del huracán. Y, además, lo hacen en una semana en la que la Reina ha viajado a Washington para ver a sus nietos y compartir con uno de ellos, Miguel, su décimo cumpleaños. Un gesto totalmente entendible desde el punto de vista familiar, por supuesto, pero que hubiera sido mejor que no hubiera coincidido con este momento elegido por el duque de Palma para admitir su culpabilidad y buscar una salida negociada.

Porque ahora, si los «paparazzi» que montan guardia ante la casa de los Palma en Washington captan la imagen de doña Sofía e Iñaki juntos, no faltarán las voces críticas que interpreten la imagen como un apoyo de la Reina a su irresponsable yerno justo cuando éste empieza a admitir su culpabilidad.


LA INFANTA RECORTA SU AGENDA
La Infanta Cristina ha declinado entregar este año los prestigiosos Premios Europeos de Periodismo «Salvador de Madariaga», que se otorgarán en Córdoba a finales de mayo. La hija menor del Rey ha presidido la entrega de estos premios desde su fundación en 1995, con la única excepción del año 2002, cuando el nacimiento de su tercer hijo, Miguel, se lo impidió.