La ley de ciencia se aprueba con el futuro de los investigadores en el aire

Sin embargo, el futuro de los investigadores, marcado por la precariedad, seguirá en el aire una vez aprobado el anteproyecto. El texto ha recibido el apoyo de todos los grupos parlamentarios, salvo IU e ICV.

La plataforma Investigación Digna, formada por 2.560 investigadores, insistió ayer en sus reivindicaciones en una reunión con responsables del Ministerio presidido por Cristina Garmendia. Uno de los puntos se ha centrado en pedir la «estabilización de los investigadores que pasen las evaluaciones establecidas» y evitar la «exportación al extranjero de los científicos más cualificados», afirmó Amaya Moro-Martín, portavoz de la plataforma. Para lograrlo, en los primeros borradores, dice Investigación Digna, se estipulaba que los Contratos de Acceso –los más importantes a los que puede aspirar un investigador– pasarían a estabilizarse tras un período de tiempo. Algo que «ha ido desapareciendo en versiones posteriores». 

«Pedimos un contrato de cinco años, con dos evaluaciones en el segundo y el cuarto año. De superarse, el investigador pasaría a ser indefinido gracias a sus méritos», argumenta Moro-Martín. Sin embargo, el Ministerio respondió ayer que la puesta en marcha de este sistema es «problemática dentro del marco actual». «Estamos perdiendo competitividad. La carrera en España no resulta ni creíble ni atractiva. Por eso proponemos una inversión a medio y largo plazo», afirman en Investigación Digna.

La plataforma exige una «concordancia» en el número de Contratos de Acceso y las plazas de funcionariado o de personal fijo ofertadas para que haya una «planificación real en recursos humanos y «no se creen cuellos de botella». El Ministerio respondió que ésa es la situación ideal, pero que «no puede imponer a los centros el perfil de las plazas». Con todo, la plataforma «insistirá» en la votación del Senado.


«No quieren regresar a España»
El currículum de Aixa Morales, investigadora en Neurociencias de 42 años, es impecable. Pero su expediente no le garantiza la estabilidad. Ahora tiene un contrato de seis meses de duración y su futuro es incierto. «La situación es demencial», apunta. «Muchos compañeros que actualmente trabajan fuera de España «prefieren quedarse más tiempo allí, porque saben que no es el mejor momento para volver».