CRÍTICA DE CINE / «Verbo»: El Duque rapea

Qué es la belleza, se pregunta Chapero-Jackson en su atrevida, conscientemente ingenua, chocante opera prima. Belleza, responde, es el centro de Madrid, aunque esté rebozado en espantosos graffitis, que el director, sin embargo, parece defender incluso desde una cierta nostalgia. ¿Y la fealdad? los extrarradios de cualquier orbe, aunque, claro, siempre podríamos matizar. Sara, la protagonista , piensa lo mismo mientras pasea por las avenidas solitarias del barrio residencial donde vive. Como buena adolescente, a la erudita niña le cuesta comunicarse con sus padres y, en búsqueda de una identidad propia, comienza un viaje iniciático y conoce a extrañísimos personajes (cómo aparece Macarena Gómez vestida, maquillada y peinada...) que lidera un Miguel Ángel Silvestre, eterno Duque, convertido ahora en vengador rapero. La leche, con perdón. Añadan al atípico producto, que encierra una firme defensa de la individualidad, salpicaduras de «Matrix» y «V de Vendetta», entre otras, y obtendrán una cinta/videoclip en la que cualquier personaje puede afirmar, por ejemplo, «esto es un instante infinito» o «el peligro acecha como una flecha» y quedarse luego tan pancho.

lo mejor:
es una película distinta para un público juvenil amante del rap, el skate y los cómics
lo peor:
en muchas ocasiones resulta cándida y un tanto ridícula; de Silvestre, mejor no hablar