España

Uruguay qué grande es ser pequeño

Recuperado de la grave crisis de 2002, Uruguay es una puerta de entrada a Mercosur, un mercado de 270 millones de personas. Gobernado por el izquierdista José Mujica, un ex guerrillero tupamaro, el Ejecutivo ha reducido la pobreza en un 25% y ha saneado el sistema financiero. En los últimos años, su economía ha crecido a un promedio del 6,5%.

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La crisis financiera argentina a principios de siglo hundió la economía de Uruguay y generó efectos sociales devastadores. "El golpe fue tremendo", explica a LA RAZÓN el ministro de Asuntos Exteriores uruguayo, Luis Almagro. Superada la pesadilla, el país austral ha protagonizado una admirable recuperación económica acompañada de un incremento del bienestar social. En los últimos ochos ha crecido un promedio de 6,5% y la tasa de desempleo es del 6%.

"No hay milagros para salir de una crisis profunda", explica el canciller Almagro. "Son fundamentales las políticas de Gobierno, pero también el trabajo y la dinámica empresarial, el papel de los trabajadores y un pacto social muy fuerte que fortalezca la democracia", añade. Los resultados están a la vista.

El país ha reducido los índices de pobreza en un 25%. Ahora es de trece puntos, pero el objetivo del ejecutivo uruguayo, liderado por el izquierdista José Mujica, es acabar la legislatura con una cifra de un sólo dígito. España ha contribuido de alguna manera a esa recuperación. Actualmente, unas 85 empresas se han instalado en el país o están en vías de hacerlo.

Uruguay, con apenas 3,3 millones de habitantes, presenta un problema de escala, pero al mismo tiempo representa la puerta de entrada a un mercado de 270 millones de habitantes que conforman el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay). "Es un mercado muy grande que está lejos de tocar techo. Brasil ha incorporado en los últimos años a millones de personas que han salido de la pobreza", señala a LA RAZÓN el embajador uruguayo en España, Carlos Pita.

La economía uruguaya completó su apertura con el anterior Ejecutivo de Tabaré Vázquez, también del izquierdista Frente Amplio, como el actual presidente. Mujica, que en su juventud ejerció de guerrillero tupamaro, es uno de los líderes de la llamada "izquierda sensata"de Latinoamérica. Su gobierno, explica el embajador Pita, ha seguido "políticas muy serias en cuanto al gasto público y muy rigurosas en materia macroeconómica. Y tenemos un sistema financiero muy saneado y eficiente".

Su economía ya no resulta tan dependiente de los gigantes vecinos -Brasil y Argentina-, se ha diversificado y aunque presenta un alto componente de servicios, también ofrece una amplia gama de posibilidades en sectores como el software, energías renovables (que represetan el 50% del mix energético), forestación, carne, lácteos y producción agropecuaria.

El país vuelve a sentirse nuevamente punta de lanza, liderando en los índices sociales y económicos de la región. Su punto débil es una dependencia energética muy elevada, por eso las autoridades están apostando fuerte por las renovables. Se han licitado 500 MW eólicos (participan las españolas Gamesa y Abengoa) y vendrán otros 500, además de proyectos de biomasa. También se construirán una central de ciclo combinado y una regasificadora. En el pasado, cuando Argentina tenía una economía fuerte, surtía a Uruguay de gas. Ironías de la vida, ahora será justo al revés.