San Sebastián

La conferencia de ETA

La Razón
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Nada ha ocurrido por casualidad en el País Vasco en los últimos meses. Al contrario. Hemos defendido desde el primer día, como lo hicimos en el denominado proceso de diálogo entre el Gobierno y ETA, que los movimientos de la banda, sus treguas trampa, están determinados por una planificación previa y obedecen a un propósito estratégico en virtud de su objetivo de derrotar a la democracia e imponer su proyecto totalitario. Sus falaces concesiones no le han comprometido a nada irreversible y da la sensación de que tampoco a nada que no sirviera a sus intereses. La tutela de ETA sobre Bildu y Sortu era evidente para todo el que quisiera verla. El tiempo ha colocado a cada uno en su sitio y el control de la banda sobre su última criatura ya no es discutido ni por aquellos que desde el Gobierno y el socialismo le extendieron una alfombra roja. Por supuesto, nadie en Bildu ha exigido la disolución de ETA ni la entrega de las armas, ni que se pida perdón a las víctimas ni que los asesinos se arrepientan. Era imposible. Hay una hoja de ruta diseñada por ETA, plasmada en sus documentos y llevada a cabo por las mismas caras de siempre, que no contempla ese escenario, sino otro en el que se legitiman sus asesinatos y se reconoce su carácter de representante de la sociedad vasca en plano de igualdad con el Estado.

En ese guión elaborado por la banda, la celebración hoy de la conferencia internacional de San Sebastián es un episodio importante para los terroristas. LA RAZÓN publica hoy en exclusiva documentos secretos de ETA que demuestran que el cónclave de la claudicación es un elemento determinante en sus planes. En estos papeles los detalles del encuentro internacional están perfectamente definidos, incluido el perfil de los participantes, y se establece la supervisión de los trabajos y los contenidos por parte de la dirección política de ETA. «La conferencia tiene que estar organizada con detalle, ajena a improvisaciones, y debe ser acordada previamente con las personalidades internacionales llamadas a supervisar con posterioridad un proceso de negociación», precisan los cabecillas etarras. En estos documentos reservados, los terroristas consideran que la celebración del cónclave debe partir de un compromiso previo con el PSOE, si bien no se precisa si ese acuerdo existe o no.

Los demócratas tienen hoy como deber principal desmontar la farsa y reorientar la lucha antiterrorista a la estrategia de la derrota incondicional de los asesinos. Por esa razón es tan negativo el respaldo explícito de destacados socialistas al encuentro de San Sebastián y el implícito del Gobierno y del candidato Rubalcaba que no han movido un dedo para desacreditar el montaje. Era tan sencillo como proclamar que España no necesita «intervención internacional alguna» y que la cita de hoy busca legitimar medio siglo de terror, entre otros fines.

Y mientras la democracia se repliega en el País Vasco, ETA mueve nuevos hilos con Amaiur, que ayer presentó sus candidaturas al Congreso y el Senado, encabezadas por conocidos miembros del entramado proetarra en un flagrante caso de contaminación previsto en la Ley de Partidos. El Gobierno debe impugnarlas. Lo contrario no se entendería.