Andalucía

La lluvia arruina la Semana Santa en Andalucía

En Sevilla, más de treinta cofradías se quedaron sin procesionar. 

040and24fot1
040and24fot1larazon

La Semana Santa sevillana se ha convertido, con un saldo de más de treinta cofradías suspendidas por la lluvia, en la más aciaga de las últimas décadas. Las lluvias insistentes y los chubascos tormentosos han dejado este año en sus templos a todas las hermandades del Martes, del Jueves y del Viernes Santo, así como a las populares cofradías de la «Madrugá»: la Macarena, la Esperanza de Triana, el Cristo de los Gitanos o el Señor del Gran Poder, algo que no ocurría desde 1933 por desavenencias políticas con el Gobierno republicano.

Las malas condiciones meteorológicas han impedido realizar su estación de penitencia a más de veinte mil nazarenos y han dejado inéditos los desfiles procesionales de tres días consecutivos: el Jueves y el Viernes Santo.

La primera hermandad del Sábado Santo, y la primera que salía a las calles de Sevilla en los últimos tres días, la del Sol, comenzó a primera hora ayer su estación de penitencia tras un compás de espera pero se tuvo que refugiar horas después dentro de la Catedral para resguardarse de la lluvia. Volvió a las calles pasadas las nueve de la noche acompañada por una multitud.

La Trinidad también regresó a su templo escasos minutos después de haber comenzado su salida procesional. El cortejo que acompañaba a la hermandad de Los Servitas ni siquiera intentó comenzar su estación de penitencia, visto el aguacero que caía sobre Sevilla a primeras horas de esta tarde.

La lluvia también impidió la salida del Santo Entierro y la Soledad de San Lorenzo, cuyas juntas de gobierno acordaron suspender sus estaciones de penitencia.

En Málaga no hubo suerte. El Paso de Riogordo, un evento declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 1997, pudo representarse sólo en parte. La lluvia impidió la interpretación de todas las escenas e influyó en la menor afluencia de público, unas 3.000 personas, menos de la mitad de lo que suele ser habitual.

El Viernes Santo fue algo mejor, y El Sepulcro, el Traslado, la Piedad y Servitas pudieron procesionar sus imágenes en un día marcado por la amenaza de lluvia, que obligó a El Amor, el Descendimiento, Dolores de San Juan y el Monte Calvario a quedarse en sus templos.

Por su parte, más de 15.000 personas acudieron el Viernes Santo a la representación de la Pasión Viviente de Cuevas del Campo (Granada), la localidad de 2.300 habitantes que por estas fechas se transforma en la Jerusalén de hace mil años para recrear las últimas horas de Cristo.

Basada en el Evangelio de Mateo, esta Semana Santa Viviente, de la que ya han disfrutado 150.000 personas en sus diez años de historia, se inicia en la terraza del templo parroquial (Pretorio), lugar donde se celebra el juicio de Jesús ante Pilatos, se le condena a morir en la cruz y se le flagela.