Cuba

Ikea investiga el presunto uso de presos de la Alemania comunista en su producción

La cadena sueca de muebles Ikea informó hoy de una investigación externa independiente en curso y de la habilitación de una línea telefónica especial para esclarecer las acusaciones de que empleó presos de la Alemania Oriental para su producción.

Ikea solicita así a través de esta línea telefónica cualquier información para conocer bajo qué condiciones se fabricaron productos de la cadena en la extinta República Democrática Alemana (RDA), precisó la empresa desde su sede germana en Hofheim-Wallau, en el estado federado de Hesse. Antiguos presos en la Alemania comunista declararon recientemente que tuvieron que producir en la cárcel artículos para Ikea.

La propia empresa dijo que condena el empleo de presos políticos en la producción y aseguró que Ikea se toma muy en serio las acusaciones según las cuales la cadena también habría practicado tales políticas en la RDA en los años 80.

"Si esto ocurrió realmente, estaríamos ante algo totalmente inaceptable y profundamente lamentable", señaló el consorcio sueco.

El diario "Frankfurter Allgemeine Zeitung"publicó en mayo pasado que la compañía escandinava suscribió a finales de los 80 un acuerdo con las autoridades de la RDA, a raíz del cual intervinieron en la producción de sus artículos tanto prisioneros del territorio germano-oriental como de Cuba.

El acuerdo fue suscrito en septiembre de 1987, dos años antes de la caída del Muro de Berlín, tras una visita a Cuba de una delegación del Comercio de Artes y Antigüedades (KuA) y Delta Export Import, dos empresas de la RDA.

Según las informaciones de ese periódico alemán, la delegación, integrada por cinco personas, contactó con un representante de la firma cubana "Emiat", el teniente Enrique Sánchez, que producía muebles de jardín para la cúpula política cubana.

Tal empresa estaba vinculada con centros penitenciarios del Ministerio del Interior, afirmó el rotativo, que se remitió a documentos de la RDA Un mes después de esa visita, se firmó en Berlín el acuerdo correspondiente con "Ikea Trading Berlín", una delegación de la empresa sueca en la entonces ciudad dividida.

La informaciones del Frankfurter siguieron a las difundidas unos días atrás por medios suecos y alemanes, a partir de documentos contenidos en las actas de la Stasi (la policía política germano-oriental) acerca de los contratos suscritos por la compañía sueca y la RDA.

Ikea se comprometió entonces a investigar con meticulosidad ese caso, al tiempo que afirmó, según ese rotativo alemán, que no sabía nada en absoluto acerca de una ramificación de ese negocio, a través de la RDA, hacia Cuba.