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La inversión en I+D de salud da una rentabilidad del 1000%

El sector de la biotecnología es un valor creciente. Sin embargo, la crisis que azota a España hace que las empresas busquen financiación en el extranjero. Los expertos reunidos en el Desayuno A TU SALUD expusieron las últimas novedades en este área rentable y que crea empleo de calidad 

La inversión en I+D de salud da una rentabilidad del 1000%
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La biotecnología permite aplicar –como su propio nombre indica– la ciencia y tecnología a organismos vivos para así obtener productos y servicios. Una disciplina que despierta cada vez más interés y que incluye áreas como la genética, la virología, la ingeniería, la energía, la química, y la medicina, entre otras.

Sin embargo, pese a la multitud de posibilidades que ofrecen, muchas de las empresas comienzan a abrirse hueco fuera de nuestras fronteras. El motivo: la crisis que azota a España, el incremento de las deudas, los recortes de precios... Según explica José María Fernández Sousa, presidente de Zeltia, y vicepresidente de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio) «hay que buscar la internacionalización, porque depender sólo de España es complicado. Desde la asociación ya hemos dado algún paso para dar a conocer las empresas del sector, como Washington y Nueva York, en Estados Unidos, y el más reciente, en Abu Dhabi, que se está diversificando en el sector tecnológico y es una oportunidad de mostrarles cómo está el sector en España».

Y es que la biotecnología se ha convertido en una de las disciplinas de investigación científica que más redundan en beneficios directos para la calidad de vida de los ciudadanos, y además constituye uno de los terrenos más prometedores de desarrollo económico para los próximos años. Algo que corrobora Miguel Ángel Bonachera, consejero delegado de AB Biotics. «Es un área con muchas facilidades para ser internacionalizada, porque sus activos son de interés en empresas para otros países». Y a eso hay que sumar el retorno de la inversión que supone. «El que más valor añadido genera es el área de salud, porque cada vez hay más población y más envejecimiento. De ahí que su valor añadido esté por encima del 1.000 por ciento», especifica Rafael Camacho, director general de Genoma España. «Por ejempo, los implantes dentales pueden estar vendiéndose por más del 2.000 por ciento», añade.

Capital riesgo
No obstante, para crecer se necesita financiación, un factor limitante en la actualidad. «En España somos capaces de generar talento, pero nos falta dinero para financiarlo», matiza Fernández Sousa.

Esto lleva a buscar nuevos instrumentos financieros, y uno de los elementos naturales es el capital riesgo, un segmento poco desarrollado en España. «Quiero partir una lanza en favor del capital riesgo, –aclara Camacho– porque muchas veces se le acusa de que es pequeño y asumir poco riesgo. Eso deriva de una mala traducción del inglés, donde se dice "adventure capital", es decir capital aventura o capital que se mete en nuevas iniciativas compartiendo riesgo, lógicamente, y no capital riesgo». Es la mala interpretación la que hace que en España se asuma que implica invertir el dinero en negocios de alto riesgo, «y no es así. El capital riesgo espera el retorno de su inversión e intenta minimizar el peligro. Lo que ocurre es que invierte en un tipo de negocio que no invierte un inversor tradicional, como en crecimiento y expansión de compañías», continúa Camacho.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que transcurre un período largo hasta que se desarrollan productos diferenciables y de interés, «con lo cual la capitalización de las empresas es importante. Y ahora los fondos de capital riesgo están invirtiendo muy por debajo de lo que debería, están al 50 por ciento respecto a nuestros homólogos europeos», señala Bonachera. «Europa invierte 1.000 millones en este tipo de compañías, y en España el año pasado hubo 42 millones, cuando sería lógico que entraran 100 millones si nos atenemos a que el 10 por ciento de la producción científica europea está hecha en España».

Patentes

A estas barreras se suma la de las patentes, porque en el denominado «sector rojo» (el de salud) estamos por debajo de países como Bélgica y Holanda. La razón de esto se encuentra en la rigidez de las entidades reguladoras a la hora de sacar un fármaco, pues se necesitan muchos datos y precisión para aprobarlos en un corto plazo, lo que hace que no dé tiempo a recuperar la inversión que ha hecho la empresa. «Hay que fijarse en la reacción de países como Francia, que da anticipos de crédito fiscal y no esperar a que lleguen con el producto al mercado y tengas beneficios», afirma Fernández Sousa.

Ante estas circunstancias, los expertos reunidos abogan por la compra pública de tecnología innovadora, que se está empezando a utilizar bastante en Inglaterra. «No debemos esperar a que lo hagan los otros para hacerlo nosotros», dice Bonachera. La compra pública es un aval, ya que cuando se realizan pruebas para validar un producto y llevarlo al mercado, se hace sobre un número mayor de participantes (de toda España en hospitales y centros públicos). Es positivo «porque puede aprovecharse esa circunstancia para obtener condiciones ventajosas, y porque los fondos de capital riesgo cogen mucha confianza». Por lo que, si se quiere hacer bien, «España puede ser puntero a nivel mundial. El sector de la biotecnología ha tenido un gran trabajo detrás de muchísimos años, y tenemos la ilusión de convertirlo en un referente», aseguran los expertos.

En la actualidad, en España existen aproximadamente 400 empresas de Biotecnología propiamente dichas, o lo que es lo mismo, que realizan inversiones productivas (I+D+i). Y, según señalan los expertos en la materia, funcionan. De hecho, y pese a ser un sector relativamente joven (hoy las empresas cumplen una media de 12 años), generan una suculenta facturación (en 2010 superaron los 1.400 millones de euros) y lo más importante, y que probablemente más llama la atención en estos tiempos que corren, crean empleo (en los últimos 10 años han pasado de cerca de 500 empleados a rozar los 6.500, según datos del último informe «relevancia de la biotecnología en España 2011», realizado por Genoma España.


RAFAEL CAMACHO
Director General de Genoma España
«El componente tecnológico es ilimitado, siempre se puede generar más»

Trabajamos para la promoción de la biotecnología en su sentido más amplio, favoreciendo la transferencia de conocimiento desde su centro de generación, ya sea público o privado, para que alcance mayores cuotas de valor. Por eso nos preocupamos de la ciencia, nos preocupamos de la protección del conocimiento, de la formación... Y la biotecnología es uno de los sectores que mejor representan la transferencia del conocimiento. Facturación, valor añadido y empleo.

Porque los medios tradicionales de producción están limitados. Capital puede haber mucho, pero es finito. Sin embargo, el componente tecnológico es ilimitado, siempre se puede mejorar y generar más. La biotecnología representa esa potencialización, y es quizás el sector donde mejor se ejemplifica cómo el conocimiento generado en un entorno de investigación se convierte en empresa y pone nuevos servicios y productos en el mercado. Pero por su propia naturaleza tiene una serie de déficits, como es la baja capitalización en el origen. Tienen que mejorar muchas competencias.

La mayoría del grupo de empresas biotecnológicas, unas 400, tiene de media 10 años, por lo que es un sector joven. Y por su propia naturaleza, sobre todo los que se dedican al desarrollo de productos farmacéuticos, el tiempo medio si todo va bien está entre 12 y 15 años, por lo tanto estamos todavía llegando a cumplir esos primeros ciclos. Por eso hasta ahora ha habido pocos lanzamientos, pero cada año estamos registrando más.

Otro factor limitante es la financiación. Porque estas empresas, aunque vienen de la investigación, no se pueden financiar con costas de investigación, por eso hay nuevos instrumentos mejor adaptados a la innovación que lo que hacen es desarrollo tecnológico, madurar una tecnología hasta convertirla en un producto o servicio que es apreciado por la sociedad.


José Mª Fernández Sousa
Presidente de Zeltia/ vicepresidente de Asebio
«Hay que mostrar al mundo que España es un sector fuerte y que atrae interés»

En estos momentos que está viviendo España es de vital importancia la internacionalización. Es necesaria, porque todo lo que estamos viviendo en el sector de la salud, como son los recortes de precios, el hecho de que vendemos y no cobramos, la deuda de las administraciones públicas... En definitiva, la crisis nos afecta tanto en el dinero como en el recorte de la apuesta de I+D+i.
Todo esto hace que debamos tratar de minimizar ese riesgo internacionalizándonos todo lo que podamos. En ese sentido, ya desde la organización hemos dado un paso para dar a conocer las empresas del sector de la biotecnología española y hemos tenido reuniones durante varios años en Estados Unidos.
De esta forma, en 2011 hemos viajado a Abu Dhabi, que es uno de los emiratos más importantes. Porque Abu Dhabi ha decidido (ante el agotamiento de petróleo previsto para dentro de unos 50 años) diversificarse en el sector tecnológico, incluso están apostando por las energías renovables. De ahí que pensásemos que era una gran oportunidad de mostrarles cómo funciona realmente la biotecnología en España, para tratar así de llegar a un acuerdo de tendencia tecnológica y que instalen plantas o compren tecnología que nosotros les podamos vender.
De alguna manera, se trata de mostrar al mundo que en España no existe una compañía, ni dos ni cuatro de tecnología, sino que se trata de un sector potente y que es bueno, porque se está mostrando que el sector es fuerte en nuestro país y que atrae interés.
También estamos presentes en el EuropaBio, y celebramos cada dos años en España la feria BioSpain, que se ha convertido en la más importante del sur de Europa. la última tuvo lugar en Pamplona, y la sede para 2012 será en Bilbao.


Miguel Ángel Bonachera
Consejero delegado de AB Biotics
«Los sueldos de nuestro sector están un 40% por encima de la media»

Lo negativo es la desconfianza, que dificulta conseguir financiar proyectos, y los nuestros tienen un periodo de madurez largo, por lo que necesitamos capitalizarnos bien. Pero en España no ha habido una tradición de capitalizar muy bien las compañías, que normalmente han tenido un crecimiento orgánico, y cuando miras sus fondos propios ves que la parte de capital es menos relevante que en otros países.
Ahora, los fondos de capital riesgo están invirtiendo muy por debajo de lo que debería. Están al 50 por ciento respecto a nuestros homólogos europeos, y aún por debajo de los americanos. EE UU es un caso aparte porque invierte aun más, pero si nos vamos a Europa, ésta invierte 1.000 millones en este tipo de compañías, y en España el año pasado hubo 42 millones, cuando lo lógico sería que entraran 100 millones si nos atenemos a que el 10 por ciento de la producción científica europea está hecha en España.
Hay proyectos y gestoras de fondos que también están teniendo problemas para levantar nuevos fondos de capital y es importante poder incentivarlo al máximo, porque un euro invertido en biotecnología desde un punto de vista de generación de puestos de trabajo es muy importante. Si contamos 270 millones que ha invertido el capital riesgo en nuestro sector en los últimos 10 años, veremos que al final hay 6.000 puestos de trabajo, y cuando hace ratios salen unos espectaculares respecto a otro tipo de inversión. Porque nuestro sector se basa en el trabajo que realizan las personas, con lo cual no hay que hacer grandes inversiones en equipos ni estructuras, es decir hay que invertir en personas y eso al final tiene un efecto directo en el empleo. Y teniendo en cuenta que los sueldos de nuestro sector están un 40 por ciento por encima de la media, pues esto es algo relevante.