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Polémica final por Julián García Candau

La Razón
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La cuestión es tan seria que no podemos recurrir a la excusa de una ciudadana que justificaba el nacimiento anual de un niño afirmando que en el pueblo no tenía otro «intritinimiento». Las sospechas de fraude al final de cada Liga no son puro «intritinimiento» de los periodistas. Los más viejos del lugar tenemos amplio conocimiento de hechos, perseguibles de oficio, que nunca habían figurado en el Código Penal como ahora. Desde la Liga de Fútbol Profesional se ha alertado a la Fiscalía del Estado por si hubiera lugar a alguna investigación. No hay acusaciones concretas. Simplemente, aviso para barcos pesqueros y navegación de cabotaje.
El «intritinimiento» va a estar en los medios de Madrid y Barcelona. Desde los primeros ya se ha recordado la prima al Tenerife. Desde los segundos acabará saliendo la del Madrid al Sevilla para ganarle la Liga a la Real Sociedad y el penalti de Córdoba al Barça. Resuelta la Liga, confirmada la salida de Pep Guardiola, habrá que polemizar sobre los antecedentes, que ahora serían penales. La pasada temporada tuvimos conocimiento exacto de lo actuado por el Hércules, al que una derivada jurídica del caso «Brugal» le salvó del presunto delito.
Suele decir mi amigo Alfonso Azuara que es necesario tener los pelos de la burra en la mano para acusar, lo que no hace algún colega, experto en pegarse tiros en el pie como se dice ahora. Es lo mismo que ha dicho Miguel Ángel Lotina. Sabemos, pero sin pruebas concluyentes. Al final, los protagonistas no dan la cara. Es el callejón de escape del fútbol español.
Posdata. Las primas, aunque sea para ganar, son panacea para los ricos. Pueden pagar.