La SGAE en venta por Jesús Mariñas

Mientras Madrid atiende, no sin alucine, el desinterés público ante la divertida reposición teatral de Bibiana Fernández y Loles León, o por «Follies», que ha visto rebajada su audiencia tras una primera etapa rebosante –las segundas partes nunca fueron buenas–, la SGAE, a través de la Fundación Autor –dinero de todos, a fin de cuentas–, encuentra dificultades para desmontar la red de ocho teatros entre los que se encuentra el antiguo Español de Colsada de Barcelona, los madrileños Coliseum y Lope de Vega, y el Campos Elíseos bilbaíno, de sabor y arquitectura modernista. También la Sala Berlanga, el Pellegrini de Buenos Aires y el Cervantes de México D.F., situado en un complejo urbanístico propiedad de Slip, que quizá ya lo haya comprado.

 Más difícil resultará desprenderse, o más bien quitarse de encima, el macroteatro de la antigua Expo' 92, bautizado popularmente y con pretensiones como Al Andalus, cuando este auditorio de la ruinosa Expo apenas se utiliza, aunque mañana cobijará el presunto y desmedido homenaje a «Azabache». Fue un espectáculo descomunal que por primera vez reunió a Rocío Jurado, Juana Reina, la mítica Imperio Argentina, muy maltratada como luego me contaba, Nati Mistral, sobrevividora del elenco original buscado por «Los Yuyos», y María Vidal, empujada por la chipionera que hasta la bañó en champán alguna madrugada que yo presencié y en la que también estuvo Rociíto, qué tiempos aquellos.

Siempre animo a J. A. Campos, director del Auditorium, a que escriba la historia real de lo que allí sucedió: los dispendios de Frigerio y Esquaciarpino, lo baldío de tan ímprobo trabajo, la relación de Carlos Fernández de Castro con la Jurado –que incluso soltó el micrófono mientras cantaba en un arranque visceral de celos que todavía no me explico, aunque estaba al tanto de la historia que él tenía con una de las bailarinas, que increpó a la más grande–. Sería curioso también hablar del desconocimiento que de la copla tenía Gerardo Vera, que dirigió el espectáculo, que silenció hasta el estreno lo que cantaba cada artista, incluso, que Rocío trató de impedir que incluyesen los temas de Concha Piquer, aunque luego se arrepintió porque no cabía una antología sin sus grandes éxitos.

Éxito de taquilla
La SGAE, presidida por Antón Reixa, se quita de encima lo que considera un muerto. Aseguran que en el inacabado auditorio hispalense llevan invertidos más de noventa millones. «Lo de Sevilla es imposible de vender porque allí no hay público para eso», aseguran. Por su parte, el Lope de Vega cobija multitudinarias funciones de «El Rey León», que ofrece óptimas ganancias, mientras que enfrente, en el Coliseum creado por el maestro Guerrero, lo mismo canta María Dolores Pradera que reaparece Al Bano y Diana Navarro encandila con sus coplas. El 27 de septiembre se estrenará allí «Sonrisas y lágrimas» con Carlos Hipólito, que encarnará al barón Trapp. El musical ya ha vendido todas las entradas de las ocho funciones en La Maestranza que inician esta noche. Parece imparable el «boom» de este género teatral.