Cataluña

El árbitro

La Razón
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La playa de La Concha, en San Sebastián, y otras del País Vasco, son escenario todos los fines de semana de los partidos de fútbol entre escolares. Miles de niños aprenden no sólo a jugar a ese deporte sino también a actuar en equipo, a ser generoso y, sobre todo, disciplina y principio de autoridad. Desde bien pequeños saben que el árbitro es quien manda en el campo y que su decisión es inapelable, aunque haya errado en su apreciación. Es más, quien protesta vehementemente es expulsado del campo. Sirva el símil para comparar el Tribunal Constitucional con la actitud del tripartito catalán. El Constitucional es el árbitro que se ha dado el entramado jurídico político español para dirimir cuestiones relativas a la constitucionalidad de una norma, una ley o cualquier otro asunto que plantee dudas. Es la máxima autoridad y quien tiene la última palabra. Su decisión es inapelable por lo que actitudes contestatarias como la ocurrida el sábado en Cataluña no conduce más que a la melancolía, en el mejor de los casos. Y en el peor a generar sentimientos de odio hacia los símbolos de España, lo que destruye la convivencia. Así las cosas, no es de extrañar que jóvenes catalanes o vascos hayan tenido que trasladarse a Madrid para poder celebrar con entusiasmo y sin presión el triunfo de la selección española en el Mundial. ¿Son conscientes de lo que están haciendo? ¿Qué pretenden conseguir Leire Pajín o José Blanco acusando de anticatalán al PP? Respeten al árbitro, por favor.