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Hora asiática por Julián García Candau

La Razón
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El Sevilla pudo haber aplazado los cánticos de celebración del Santiago Bernabéu, pero sus jugadores cometieron errores que, teniendo en cuenta sus todavía esperanzas europeas, fueron casi imperdonables. No se pueden crear cuatro ocasiones claras de gol y errarlas todas. Al Madrid no se le pueden ofrecer regalos de este tipo sabiendo que no tardará en agarrarse al triunfo. También marró el árbitro, Mateu Lahoz, a quien parece que le han cambiado parte de su estilo desde el alto mando del arbitraje. No dio validez al gol de Negredo, nada más comenzar, y luego perdonó un penalti al Sevilla que no necesitó el Madrid para ganar desahogadamente.
El Madrid necesitaba vencer sólo para amarrar cuanto antes el título de Liga. No tenía necesidad de hacer olvidar lo ocurrido frente al Bayern: estaba perdonado. La Liga de Campeones es agua pasada que no mueve molino como lo fue la Copa del Rey. Lo gozoso es ganar la Liga después del ciclón barcelonista. Y más aún, tras haber asentado el liderato justamente en el Camp Nou. Ganar al Sevilla propiciaba la posibilidad de cantar el alirón tres jornadas antes del final del campeonato.
El Santiago Bernabéu vivió la primera jornada dominical matutina con el respaldo masivo de los suyos, a pesar de la lluvia. El mal tiempo no podía borrar la buena cara que se tenía por la Liga. Además, el Madrid, por fin, jugó un partido en hora idónea para Asia, doctrina que salió del Bernabéu, pero que aún no se le había aplicado.
Posdata. La historia de la Liga recordará a Pep Guardiola como futbolista y entrenador. A Aitor Karanka, como intérprete de ventrílocuo.