País Vasco

ETA lanza una «ofensiva» para radicalizar las calles en el País Vasco

La Guardia Civil detiene a cuatro individuos que intentaban quemar un repetidor en Bilbao n Desde agosto, se han producido 18 atentados

La Razón
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MADRID-El terrorismo callejero («kale borroka»), cuya reactivación ha ordenado ETA, ha sido tratado con sordina por medios oficiales y políticos vascos. No se quería reconocer la realidad, que ponía en cuestión el llamado «proceso» y supuesto «cese armado». Era cuestión de tiempo que las Fuerzas de Seguridad pudieran acreditar la realidad y eso ocurrió en la noche del sábado.

Una operación de vigilancia, en la que participaban agentes del Servicio de Información de la Comandancia de Vizcaya y de los Grupos de Acción Rápida (GAR), de la Guardia Civil, permitió detener a cuatro individuos que intentaban quemar un repetidor de telefonía en el barrio de La peña de Bilbao, según han informado fuentes antiterroristas.

Los arrestados pertenecen al entramado de ETA y la auto desaparecida Segi, que anunció su disolución en junio pasado, dentro de la estrategia de favorecer a los miembros de esta organización pendientes de juicio.

En contra de lo que es habitual, el juez de guardia de la Audiencia Nacional, y pese a tratarse, según todos los indicios, de un ataque de «kale borroka», no ha decretado la incomunicación de los detenidos (aunque sí el registro de sus domicilios), por lo que han podido establecer contacto con sus familiares, designar un abogado de confianza (Kepa Mancisidor, letrado que defiende a encartados en terrorismo callejero).

Los hechos, según las citadas fuentes, se enmarcan en la campaña de intensificación de la «kale borroka», dentro de la estrategia de radicalización de las actuaciones del «complejo ETA», que han ordenado los cabecillas y de la que forma parte el comunicado de la banda hecho público la semana pasada. En el texto, se criticaba abiertamente a Batasuna por los errores cometidos en la conducción del «proceso» y se hacía un llamamiento a la «lucha».
El ataque ocurrió alrededor de las doce de la noche. La Guardia Civil, a la vista del incremento de la «kale borroka», había montado dispositivos en distintos puntos del País Vasco, susceptibles de ser atacados por los integrantes del terrorismo callejero. En uno de los apostaderos montados por la Benemérita, en el barrio de La Peña de Bilbao, los agentes observaron la llegada de un vehículo con cuatro individuos, del que descendieron tres que iban encapuchados. Portaban un bidón de gasolina.

Trataron de escalar la valla que protegía el repetidor de telefonía, pero, al no conseguirlo, optaron por rociar de gasolina dos contenedores que había en el lugar y prenderles fuego.
En ese momento en que llegaron las patrullas de la Guardia Civil y procedieron a su detención. Tres son de Bilbao y el cuarto, de Baracaldo. En principio, no tienen antecedentes pero se sabe que pertenecen al entramado de la banda terrorista.

ETA mantiene en la actualidad un debate interno sobre la vuelta o no a los atentados, cuyos resultados se conocerán en los primeros meses del año que viene. El citado comunicado y el rebrote de la «kale borroka» hacen pensar, según las citadas fuentes, que en el seno de ETA se están imponiendo las posturas más «militaristas».

La respuesta de Batasuna, de obediencia a la banda, a la que han tenido que reconocer en publico que ya se han hecho la «autocrítica» por los errores que han cometido, demuestra que está sometida a los dictados de los cabecillas etarras. De una preminencia de los «posibilistas» de Otegui, Díez Usabiaga y Rufino Echeverría, en pleno «proceso», ahora hace un año, se ha pasado a un control de los pistoleros.

Por ello, opinan los expertos, el «cese definitivo armado», anunciado en octubre del año pasado, tiene poco, o nulo, valor a partir del próximo 21, fecha de celebración de las elecciones autonómicas vascas, y su mantenimiento en el tiempo ofrece, a día de hoy, serias dudas