Andalucía

Recogida de basura inteligente

Investigadores de la Universidad de Sevilla y la empresa Wellness Telecom trabajan en el diseño de un sistema que detecte cuándo están repletos los contenedores y crear la ruta más eficiente 

Recogida de basura inteligente
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Reducir es la «R» más importante de la regla de las tres erres. Pero si, además de generar menos desperdicios (asignatura pendiente), se logra que la recogida de la basura sea más eficiente, es todo un éxito. Investigadores de la Universidad de Sevilla y la empresa Wellness Telecom están inmersos en la creación de un sistema inteligente que permita detectar cuándo los contenedores de basura están llenos y así diseñar la ruta para los camiones más eficiente. Un fórmula sencilla de ahorrar en litros de combustible, emisiones de CO2 y en costes. En definitiva, mejorar la eficiencia de los servicios de recogida de basura en núcleos urbanos. Para ello, el proyecto, llamado e-garbage y respaldado por Corporación Tecnológica de Andalucía, combinará una red de sensores con los que se sabrá qué contenedores están llenos.


Ahora se encuentran evaluando diversas tecnologías. Uno de los sensores de llenado que probarán son «los volumétricos, que dicen la distancia que hay entre la parte superior del contenedor hasta la basura mediante ultrasonidos. Informarán de que el contenedor está lleno, al estar ubicados en la parte de arriba del recipiente. El inconveniente que tienen es que no resultan prácticos con el contenedor azul, ya que en ocasiones el papel se atasca, lo que no quiere decir que esté lleno. Probaremos también cómo funciona este mecanismo si ponemos varios sensores en vertical (PIR). Estos detectores de infrarrojos registrarán el volumen de basura paulatinamente, por lo que si en un contenedor de repente se atasca un cartón se podría saber si es por eso o porque está ya lleno», explica Alfonso Campoy, director de Innovación de Wellness Telecom, empresa de telecomunicaciones y nuevas tecnologías.

Infrarrojos y ultrasonidos
«De hecho –prosigue–, seguramente se usen los ultrasonidos para los contenedores de envases de plásticos y de vidrios y los infrarrojos para papel». Algo importante, porque este sistema será más útil en el caso de los envases, no tanto en el de desechos orgánicos, «ya que por temas de olores tendrán que recogerse de forma diaria», recuerda.
«Una vez que se sepa si el contenedor está lleno –continúa– se transmitirá la información obtenida a una centralita mediante tecnología inalámbrica que utilizaría banda libre, que repite la señal que detecta sin coste alguno. En contraposición con lo que sucede con las comunicaciones de telefonía móvil, que costaría entre cinco y diez euros al mes recibir la señal por contenedor», aunque podría bajar a 2-3 euros mes por el volumen de contenedores. 


Y después, con un software, se establecerán las rutas que deberán seguir los camiones de la basura antes de que inicien su recorrido para que ésta sea lo más compacta posible. Así, en la ruta que reciban por GPS los camioneros no se incluirían los contenedores vacíos, «con las consiguientes ventajas económicas, medioambientales y sociales, ya que el ciudadano no tendrá que sufrir los olores que supone un recipiente desbordado de basura ni ver una calle llena de envases de papel o plástico», dice David García Ternero, director general de Wellness Telecom. Y «todo ello se hará con información en tiempo real», añade. Ahora bien, aún habrá que esperar un tiempo, pues se han embarcado en este proyecto hace tan sólo dos meses. «Podrá comercializarse en un año aproximadamente», estima Campoy.
¿Cuánto ahorro de combustible se logrará? Lo cierto es que desde Wellness prefieren no concretar aún ninguna cifra, ya que parte de este proyecto se centra en cuantificar este ahorro. Sirva una dato, un camión de basura en una ciudad sin demasiado tráfico consume 100 litros a los 100 kilómetros.