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En casa del pobre por Javier G Ferrari

La Razón
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La alegría en casa del pobre dura muy poco y los aficionados del Atleti tenemos experiencia en ese sentido para aburrir. Empatar un partido y casi perderlo, a cinco minutos del final, es, sencillamente, marca de la casa.
Eran demasiadas satisfacciones las que llevábamos en las dos últimas semanas como para que la faena se redondeara manteniendo viva la quimera de clasificarnos para la Liga de Camepones. Algo que ya queda demasiado lejos para el equipo rojiblanco, a seis puntos del Málaga y del Valencia cuando sólo quedan tres jornadas por jugarse antes del final de Liga.
Ante un Betis más que mediocre, los «colchoneros» fueron incapaces de mantener un resultado favorable cuando el partido daba sus últimas boqueadas. Otra vez será. Ahora hay que ir a Bucarest a ganar al Athletic Club la final de la Liga Europa para sumar un nuevo trofeo en nuestras vitrinas.
Lo peor de ayer fue ver el encuentro con un adolescente madridista que se pasó los noventa minutos tocando eso que todos ustedes saben.