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«Quiero que el público vuelva al cine español»

Hasta ayer era un conocido productor, distribuidor y exhibidor de cine. Desde ayer, además, llevará las riendas de nuestro cine, con Marta Etura y Judith Colell como vicepresidentas 

«Quiero que el público vuelva al cine español»
«Quiero que el público vuelva al cine español»larazon

La Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas, léase Academia de Cine, tiene desde ayer nuevo presidente. Se llama Enrique González Macho, y aunque es un viejo conocido en los círculos cinematográficos, es probable que al espectador medio su nombre le diga poco. Veamos: cántabro de 1947, productor y distribuidor desde hace décadas, González Macho ha convertido a Altafilms en una de las empresas más veteranas y sólidas de la distribución independiente (o sea, al margen de las «majors»); también se bate en el complejo mundo de la exhibición: suyos son los cines Princesa y la cadena Renoir.

Su candidatura, que incluye como vicepresidentas primera y segunda, respectivamente, a la actriz Marta Etura y a la directora Judith Colell, se impuso ayer a la del cineasta Bigas Luna en una votación que dejó claro que era la opción favorita: 256 votos frente a 101.

-Hay muchos asuntos que tendrá que abordar como presidente de la Academia de Cine. El público es uno de ellos, pero, ¿hasta qué punto? ¿Cuánto le preocupa que el cine español logre tantos millones más o menos de espectadores en un año?
-Me preocupa y mucho, lo que quiero es que el público español vuelva en su inmensa mayoría al cine español, y luego que lo juzgue como considere oportuno, como es lógico. Pero, cuando menos, que vuelva para verlo. Lo que es muy triste es cuando te dicen: «Yo no veo cine español porque es muy malo». Bueno, si no ven, ¿cómo saben que es tan malo? Yo no sé cómo es el cine filipino, porque no lo veo, pero no digo que no lo veo porque es muy malo.

-¿Cree entonces que esa ruptura con el cine español no es real del todo, o que el público se equivoca?
-No, creo que hay una animadversión por un sector del público, por cuestiones pasadas, el cual ha cogido tirria a toda una profesión y no va. No es un sector mayoritario ni mucho menos, pero me da mucha pena. Sería bueno intentar recuperarlo.

-¿Cómo se lo recupera, tienen pensada alguna fórmula o estrategia?
-No, no hay ninguna fórmula maestra ni nada. La fórmula es la comunicación continua y estar hablando del tema constantemente. Es como todo, como cuando se dice que hay que ver lo que cobran los actores españoles. No, hay que ver lo que cobran seis o siete, pero hay mucho actor muy humilde en sus emolumentos, y sin embargo trabajan mucho. Generalmente, en el cine se pasa siempre de lo particular a lo general, y eso no es bueno.

-El año que no hay un «Torrente» o una película de Amenábar se nota.
-Sí, pero eso es así aquí y en todo el mundo.

-¿Es bueno contar con ellos?
-Es bueno contar con todas las películas, con las minoritarias, con las «medionitarias» y con las mayoritarias, con todas. Cada una tiene su parcela y su interés, y el público es diverso también y tiene derecho al tipo de cine que le apetece ver.

-Pero, ¿hay que depositar las esperanzas del cine español en ellas?
-No hay que depositar nuestras esperanzas, hay que hacer que su existencia sea posible. Y luego que surja, porque también es muy difícil que aparezca un «Torrente». La prueba es que hay uno. Es muy difícil encontrar un Santiago Segura.

-La relación del cine con internet, tan compleja, es un asunto relevante, tanto como para haber causado la dimisión de su predecesor, Álex de la Iglesia. Hablando claro: ¿descargas sí o descargas no?
-Descargas sí, pero legales.

-O sea, de pago.
-No tienen por qué ser de pago. Tú puedes colgarlo en la red si te da la gana para que lo coja quien quiera porque es tuyo. O decir que no quieres, que prefieres cobrar por ello. Se puede llegar a una fórmula en la cual el internauta llegue a la mayor parte de las películas y al precio mejor o más accesible. Yo he producido todas las películas de Ken Loach, un cineasta reputado en el mundo entero y mayor. Él nos dijo a los productores que quería poner toda su filmografía gratis en internet porque siente que su final está próximo, y dijimos que sí, y pusimos todas sus películas gratis en internet. Era el dueño de sus derechos y con su trabajo puede hacer lo que considere oportuno. Internet es gratis y seguirá siéndolo para muchas actividades. Para otras no lo va a ser.

-Para aquellos que no respetan la voluntad de los creadores de cobrar por sus trabajos, ¿hasta qué punto está esta presidencia dispuesta a defender el desarrollo de la «Ley Antipiratería»? ¿Defienden que se corte la conexión a quien se descargue películas?
-No sé todavía cómo ha de ser eso, no sé si será cortar la conexión, si será advertir al internauta... En el fondo quienes mandan en esto son las compañías de telecomunicaciones, que son las que tienen la llave del grifo. Y todavía no está claro cómo. Lo que sí es cierto es que existen algunos procedimientos que se están aplicando en otros países y que están dando resultado. Ya que nos gusta tanto eso, copiemos algunos de fuera.

-¿Por ejemplo?
-Pues en los países nórdicos, en Francia, en Inglaterra, en Alemania... Y por supuesto en EE UU. En casi todos los países. «Piratas» va a haber siempre, como es lógico y normal, igual que existen defraudadores en todo tipo de actividad económica. Pero algo habrá que hacer.

-La Academia es una institución independiente, que trabaja para sus miembros, pero tendrá que tratar de cerca con el Ministerio de Cultura. ¿Qué relación espera tener?
-Pretendo tener buenas relaciones con todo el mundo, y con el Ministerio no hay por qué tenerlas malas.

-Además, su titular es una compañera de profesión...
-Sí, pero aunque no lo fuera, porque a Ángeles González-Sinde le seguirá otro ministro, y a mí otro presidente, eso está más claro que el agua. Habrá que intentar, dentro de nuestros medios, comunicarle cuáles son nuestras inquietudes, opiniones y aspiraciones, y que ellos las tengan en cuenta.

-Se acercan unas elecciones generales con el escenario posible de un cambio de signo político. ¿Cómo afectará eso a la posición de la Academia?
-No le tengo ningún miedo a un cambio. El Ministerio de Cultura seguirá existiendo, el cine también, y habrá unas personas que administren los fondos, etcétera. Será hablar con ellos igual que con cualquier otro.

-En el programa electoral de su candidatura adelantan que buscarán un espacio mayor para acoger los premios Goya. El Teatro Real fue elegido para una ocasión especial, el XXV aniversario de los galardones. ¿Esa búsqueda de un espacio ideal podría llevarles de vuelta al Palacio de Congresos, la casa de los Goya durante tanto tiempo?
-Podría ser, o incluso el Teatro Real. No he dicho que no vayan a ser ahí, tan sólo que necesitamos un marco más grande.

-¿Tuitea?
-No, no tengo Twitter. Me meto en internet, veo cosas, pero no tengo personalmente.

-Así que no lo utilizará, como De la Iglesia, para comunicarse...
-No, es que a mí los elementos donde puede escribir la gente de forma anónima no me gustan. Estoy absolutamente de acuerdo siempre y cuando se identifique la parte contraria. Si no, me parece muy absurdo, para eso, que te insulten por la calle.