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El doctor de los «test de virginidad» libre

El doctor de los «test de virginidad» libre
El doctor de los «test de virginidad» librelarazon

EL CAIRO- No habrá justicia para las víctimas de los abusos cometidos por los militares en Egipto, sobre todo si éstos son juzgados por sus propios verdugos. El médico militar acusado de practicar pruebas de virginidad a varias manifestantes detenidas hace ahora un año fue declarado ayer inocente por un tribunal militar de El Cairo.

El doctor Ahmed Adel el Mughy fue acusado de haber introducido sus dedos en la vagina de siete mujeres, supuestamente en busca de su himen para comprobar si eran vírgenes, mientras otros soldados observaban a las detenidas, a las que se les había ordenado anteriormente que se desnudaran. También fueron golpeadas y electrocutadas, según los testimonios de cuatro de las chicas recogidos por el Centro Nadim para la Rehabilitación de las Víctimas de la Violencia. La doctora Magda Adly, que las atendió, cuenta a LA RAZÓN que estaban «traumatizadas» y «por ello no han llevado los hechos ante la Justicia».

La única víctima que se atrevió a hacerlo fue Samira Ibrahim, de 25 años, la cual se desmoronaba ayer tras conocer el veredicto final. Antes de entrar al tribunal para escuchar la sentencia, Samira decía a través de Twitter que «la justicia y la victoria sólo vienen de Dios», consciente de las pocas posibilidades que tenía de ganar. El doctor El Mughy se enfrentaba a una pena máxima de un año, acusado simplemente de un «acto indecente» en lugar de «abuso sexual», pero su condena hubiera sido simbólica.

Los militares han negado en todo momento que las pruebas de virginidad tuvieran lugar y sólo un general admitió de forma anónima que sí fueron llevadas a cabo para asegurarse que las chicas eran vírgenes y no pudieran denunciar posteriormente haber sido violadas mientras estaban bajo custodia militar.

Según Magda Adly, «es una rutina en los centros de detención militares», aunque el de Samira es el primer y único testimonio directo, gracias al cual un tribunal civil emitió el pasado diciembre una sentencia en la que se prohibía las pruebas de virginidad en las prisiones militares, dando por hecho que era una práctica común en ellas.

Samira ganó ese primer caso, tramitado por lo civil, pero no esta segunda batalla. Aun así, al salir del tribunal, la joven anunciaba a través de Twitter que seguirá hasta el final para obtener no sólo sus derechos, sino los de todo Egipto, y desde el Centro Nadim aseguraban a este periódico que el caso será llevado a una instancia superior, pero siempre por la vía militar, porque un soldado sólo puede sentarse ante una corte militar.

«Un tribunal militar jamás va a condenar a uno de los suyos», asegura Nadim Amin, del grupo «No a los juicios militares». Miles de civiles, mayoritariamente activistas pro democracia, han sido juzgados por la vía militar en Egipto desde que el Ejército asumió el poder en febrero de 2011. «El doctor El Mughy era un soldado raso, ni siquiera un alto mando, y aun así no ha sido castigado», dice a LA RAZÓN Amin, asegurando que la sentencia no ha sorprendido a nadie.

La ONG Amnistía Internacional decía antes del juicio que ésta era la gran oportunidad que tenía el Ejército para demostrar que los abusos no permanecen impunes, pero los generales han vuelto a reafirmar, una vez más, su inmunidad.