Copa del Rey

Bilbao

Irreversible como la muerte para Marcelo Bielsa

Marcelo Bielsa habla bajito, con las gafas en la punta de la nariz y la mirada caída. Da muchos rodeos para decir las cosas más simples, pero a sus jugadores les llegan los mensajes. Y ayer se esforzó tanto en repetir que el resultado de una final es "irreversible"que parecía que hablaba del paso al más allá más que de un partido de fútbol.

Irreversible como la muerte para Marcelo Bielsa
Irreversible como la muerte para Marcelo Bielsalarazon

"Uno cuando se enfrenta a un partido cuyo resultado es irreversible, tiene un montón de sensaciones que se repiten: ilusión, esperanza, deseo, ambición... Ojalá podamos corresponder con lo que los espectadores esperan de nosotros", explica el preparador argentino.

"Es una instancia final", insiste. "A todos los que intervenimos las emociones y sensaciones se nos multiplican, pero lo significativo es cómo se traducen en juego todas esas particularidades", dice. Pero vuelve al concepto fatídico de la final, un encuentro sin vuelta atrás, en el que ganas o no eres nada. "los partidos de Liga son eslabones de una serie de compromisos que siempre tienen opción de corrección.

La final es única e irreversible y esa misma condición es la que establece la diferencia más significativa. Eso añade un valor para todos los que competimos", argumenta. En apenas unos meses en Bilbao, Bielsa ha asumido lo que supone pertenecer al Athletic, aunque todavía le cuesta no referirse al club con el nombre de la ciudad.

"En instituciones como el Athletic, lo que sucede en el presente siempre está tutelado y vinculado con lo que sucedió antes. Es una organización que se retroalimenta. Disfrutamos de una generación joven y en un porcentaje muy alto criada en Lezama", reconoce. Una generación que sabe lo que significa el escudo de su equipo y espera llevarlo mañana hasta donde nadie lo ha llevado antes, a la consecución de un título continental.

Bielsa no quiere que sus jugadores estén nerviosos. "Cuando un equipo está demasiado calmo no es bueno, tampoco cuando está demasiado excitado. La sensación de equilibrio es la que corresponde", afirma. Pero regresa a la trascendencia del partido: "El resultado es irreversible. Esperemos estar a la altura de esa exigencia".