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China mantiene silencio sobre la detención de Weiwei

Las autoridades chinas mantuvieron hoy silencio sobre la detención del famoso artista contemporáneo y disidente Ai Weiwei, transcurridas más de 48 horas desde su arresto, cuando la policía debería emitir una orden de detención formal.

El Buró de Seguridad Pública de Pekín no ha contestado hasta ahora a las peticiones de Efe para conocer el motivo de la detención y el estado de Ai, de 53 años y uno de los artistas contemporáneos chinos más famosos.

Ai Weiwei fue detenido en el aeropuerto de la capital china por los guardias de aduana el domingo por la mañana cuando se disponía a tomar un vuelo con destino a Hong Kong y su teléfono privado se encuentra desconectado.


En una reciente entrevista con Efe señaló que cada vez le era más difícil trabajar en su país, que estaba siendo vigilado y que era un momento muy peligroso, pero aseguró que quería seguir en China a menos que lo obligaran a marcharse. La esposa de Ai, la también artista Lu Qing, de 47 años, no tuvo noticias de su marido transcurridas 24 horas de su detención, como estipula la ley china, y a día de hoy desconoce su paradero y situación, según informó el abogado del artista, Liu Xiaoyuan. "No tengo ni idea de lo que le ha pasado ni de lo que le están haciendo", señaló Lu Qing, de 47 años.


La propia Lu y ocho asistentes del artista fueron también detenidos, interrogados y liberados ayer, lunes, mientras que hoy la policía ha cuestionado a otros ayudantes. "Por lo menos otros dos asistentes fueron interrogados hoy", señaló a Efe Alison Klayman, una documentalista de EEUU que trabaja a menudo con el artista y está en contacto con su estudio.


El activista y periodista Wen Tao también fue arrestado durante la redada que ha realizado la policía en los dos estudios que el artista tiene en la capital china y continúa desaparecido.
Aunque Ai ha sido detenido en numerosas ocasiones e incluso golpeado por expresar sus ideas contra el régimen chino, en esta ocasión su familia y amigos han mostrado una especial preocupación, porque además de que ya han transcurrido dos días, los efectivos han confiscado ordenadores y anotaciones de su estudio.


Estas requisas son habituales cuando el régimen chino quiere llevar a los tribunales a un disidente por "subvertir el poder contra el Estado", acusación por la que cumple condena de once años el premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, o desde el mes pasado, el disidente Liu Xianbin, sentenciado a diez años por el mismo motivo. Dada la repercusión mediática de Ai, su detención es la más ruidosa dentro de la campaña de represión que Pekín lleva a cabo contra la fragmentada y reducida disidencia china en los últimos meses, y ha provocado las críticas de la Unión Europea, Alemania o Estados Unidos, que piden su liberación.


Entre los desaparecidos se encuentran los abogados Teng Biao, Jiang Tianyong o Tang Jitian, mientras que el escritor Ran Yunfei, el activista Hua Chunhui y la disidente Liang Haiyi, entre otros, han sido detenidos formalmente bajo sospecha de "poner en peligro la seguridad del Estado". Aunque estas detenciones arreciaron desde febrero con motivo de llamadas anónimas a emular en China las protestas que se registran en el norte de África y Oriente Medio, la actual campaña empezó en octubre, cuando se supo que el intelectual encarcelado Liu Xiaobo era el nuevo premio Nobel de la Paz.


De hecho, la esposa del nobel, la poetisa Liu Xia, lleva bajo arresto domiciliario desde entonces, y el propio Ai Weiwei fue detenido en diciembre cuando se disponía a viajar, debido a que Pekín temía que asistiera a la ceremonia de entrega del Nobel. "Las autoridades impidieron a Ai, así como a un número de activistas, que abandonaran China cuando se concedió el premio para evitar que asistieran a la ceremonia", señaló a Efe Wang Songlian, investigadora de la ONG Chinese Human Rights Defenders (CHRD).


A continuación, Ai fue puesto bajo arresto domiciliario durante cierto tiempo, y de nuevo en enero por segunda vez, cuando invitó a "celebrar"la demolición forzosa de su estudio en Shanghái. "Pero en esta ocasión es diferente, porque es la primera vez que desaparece durante tanto tiempo y que se produce una redada en su oficina. Otro síntoma de que la campaña de represión está escalando en China", agregó Wang.


A estas críticas se unió hoy Amnistía Internacional (AI) al recordar que en los últimos meses el régimen chino ha detenido a decenas de disidentes, abogados e intelectuales en la peor campaña contra la disidencia política en los últimos años. "Si las autoridades se han atrevido a capturar a este artista de fama mundial a plena luz del día en el aeropuerto de Pekín, da miedo pensar lo que tienen que estar haciendo con otros disidentes menos conocidos", señaló en un comunicado Sam Zarifi, responsable de AI para Asia Pacífico. Hasta ahora, 1.785 personas han firmado en una campaña que se lleva a cabo en un microblog pidiendo la liberación de Ai (http://twitition.com/ao9m7).