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Luis Francisco Esplá: «Hay que devolver al toreo sus constantes vitales»

Alejado de los ruedos, apartado de raíz del mundo del toro. Así ha transcurrido el primer año de Luis Francisco Esplá después de cortarse la coleta. El diestro alicantino habla con la perspectiva del que ha salido a la superficie para tomar oxígeno, pero con el poso y la cordura del que no ha dejado de amar esta Fiesta. Porque, en su caso, la experiencia es más que un grado.

Luis Francisco Esplá: «Hay que devolver al toreo sus constantes vitales»
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–Después de más de treinta años de alternativa, ¿ha echado de menos ponerse el traje de luces?
–No demasiado. He pasado mucho tiempo en el campo, ajeno a todo. Hasta exagero si digo que he visto más de cinco corridas de toros. Pero sí he percibido que se ha hecho patente la crisis. Estamos ante un negocio que empieza a evidenciar un estado alarmante.

–Se le ve pesimista…
–No, no soy pesimista, aunque lo parezca, quiero dejarlo claro, pero no niego que el ser positivo me lo daba el que este mundo gozara de buena salud económica, y ahora mismo incluso también empieza a tambalearse. Se ha reducido el número de festejos, la afluencia de público, el prestigio del toreo… Muchos síntomas que hacen ver que la Fiesta pasa por un estado crítico.

–Habla de regeneración, ¿por dónde empezaría la reconstrucción del modelo actual?
–Cambiaría muchas cosas, tendríamos para dos días de entrevista. Empezando por algo tan anecdótico como el contrato. Cuando en él se pongan las cantidades que cobran los toreros y no «la convenida», empezará esto a prosperar, porque ese acuerdo sólo implica al matador, no compromete al empresario absolutamente a nada. Luego, la televisión. En plena era de la imagen, somos el único gremio sin su tutoría. Son dos ejemplos de cuestiones que están resueltas por terceras personas. Otras tienen soluciones más ridículas, ¿cómo solucionamos la pérdida de movilidad del toro? Con tamaño. Y claro, con esos volúmenes y esos pitones, ¿ceñido y circular? Se hace imposible para la lidia. Es una mera cuestión física. Los recursos del torero fluctúan en función del material.

–Los pliegos tampoco ayudan…
–No toda la culpa es del empresario. Las fortunas que pagan por los suelos de plaza obligan a cuadrar los números con toreros y ganaderos sustrayendo calidad al espectáculo. Esas cifras son las que coartan crear buenos carteles y ser más imaginativos… Es el caso de Madrid y los 200 toreros que se anuncian por lo que les quiera dar la empresa. Un inmueble público cuyo uso pasa por miles de personas no puede convertirse en una fuente de ingresos para el Estado.

–También discrepa del cambio a Cultura.
–Sí, en estos momentos. Creo que hay otras prioridades. Primero le tendremos que devolver al toreo sus constantes vitales, porque está lamentable. Cuando le hayamos restablecido la salud y le hayamos reubicado en el siglo XXI, entonces ya nos plantearemos a qué ministerio llevarlo, pero ahora estamos llevando a un enfermo agonizante a que expire en un hospital.

–¿Sirven para algo las reuniones de las figuras con la ministra de Cultura y el Congreso o son meras palmaditas en la espalda?
–Sí lo aparentan, pero porque hay mucha indefinición. La reacción debe ser serena y continuada. Si usted lleva al ministerio un argumento sólido, concreto y con garantía de prosperidad, seguramente seríamos atendidos con dignidad. La buena voluntad y las promesas no valen para cambiar de un ministerio a otro. No debemos cobijarnos en que Cultura sea la panacea sino dejar claro que Cultura es la única en la que podemos existir.

–¿Recela del apoyo del PP?
–No, me inquieta que se tiña de política, porque esas apropiaciones harían aún más daño. Me parece fenomenal su ayuda, pero tengo dudas cuando viene generado por el interés en el voto. El PP tuvo 8 años para invertir y no lo hizo. Por los intereses que sean, al menos, han tenido decencia, los socialistas en la vida se han preocupado del toro.

–Cataluña fue el detonador que activó la bomba.
–Todos sabemos que detrás hubo una maniobra política. Lo malo es que ha desatado la moral de los antis, aunque hayan sido utilizados por las fuerzas políticas catalanas para un fin diferente al suyo. Cataluña era un reducto mínimo de aficionados sin fuerza para defenderse. Los políticos demostraron que saben atentar contra las libertades como en ningún otro sitio. En una sociedad como la suya que presume de cosmopolita y tolerante es una salvajada aberrante. Que se preocupen de los toros cuando el país se desmorona, da su medida.

–El 3 de noviembre recibe la Medalla de las Bellas Artes, ¿ilusionado?
–Sí, sobre todo porque una concesión que no venga del mundo del toro es todavía mejor recibida. Esa extrapolación de mi trabajo es lo que más me reconforta. De mi gente ya espero todo. Es el broche de oro a mi carrera,

–Otro premiado reciente es Vargas Llosa, Amante de los toros.
–Amante de las tradiciones. Al final detrás de una persona que le gustan las corridas hay una persona aficionada a las tradiciones. Negar el Arte es negar algo tan rotundo como que un premio Nobel puede deleitarnos escribiendo de toros.


Medalla de las Bellas Artes
Después de la enorme polvareda que despertó hace un año la concesión a Rivera Ordóñez, la Medalla de las Bellas Artes del toreo fue a parar este año a manos del espada alicantino. Galardón unánime que el próximo 3 de noviembre recibirá de manos del Príncipe Felipe en Jérez. «Subiré al estrado y le daré las gracias a su Alteza, sin más, con humildad y sin aspavimientos, la merecen multitud de toreros que la reciba yo no me hará un ser especial». Así, es Esplá.