Bruselas

Teddy Bautista el jubilado de oro

El presidente de la SGAE afirmó ayer que cobra 250.000 euros anuales y que tiene garantizada una pensión vitalicia del 60 por ciento del sueldo. Son «condiciones de mercado», según afirma, a pesar de que la entidad está constituida como sociedad civil sin ánimo de lucro. Zapatero gana 78.000 euros.

Teddy Bautista gana 250.000 euros al año
Teddy Bautista gana 250.000 euros al añolarazon

La transparencia ha llegado por fin a la SGAE como esta misma semana prometió su presidente, Eduardo Bautista, que en un foro de debate anunció un plan para lavar la imagen de la entidad. Una de sus primeras decisiones ha sido exponerse a las preguntas de los internautas en un foro virtual en el que Bautista admitió ayer cobrar 250.000 euros anuales, aunque no aclaró si brutos o netos. Sin embargo, esta transparencia llega tarde, porque el mandato de Bautista encara ya su recta final –la entidad tendrá nuevo presidente a finales de mayo de este año–, y porque antes, como informó LA RAZÓN, ya se apunta que su salario anual podría superar los 323.000 euros. Bautista preside una entidad sin ánimo de lucro cuyos objetivos son el reparto de los ingresos por concepto de propiedad intelectual entre los artistas, pero justifica su salario según «la franja media de las condiciones de mercado», es decir, 250.000 euros repartidos en 14 pagas y una jubilación por la que percibiría una cantidad «igual al 60 por ciento de mi salario a partir del día de mi jubilación», indicó. Es decir, que cuando abandone la dirección de la SGAE seguirá percibiendo entre150.000 y 193.000 anuales.


De 300 euros a 250.000
El sueldo del presidente de la SGAE había permanecido entre las materias opacas de la entidad, pero Bautista dibujó incluso la curva de su poder adquisitivo, desde que ganaba «300 euros semanales en concepto de gastos» (algo más de 200.000 pesetas al mes de entonces) en 1983, cifra que había hecho pública antes y que le sirvió para justificar su plan de pensiones, hasta que pasó a los 60.000 y en 1996 a los 120.000 euros anuales. Después fue, según él mismo afirma, una consultora independiente la que fijó su sueldo en esos 250.000 anuales, a lo que habría que sumar partidas complementarias como las dietas, por ejemplo, o los derechos de autor que le corresponden en tanto escritor de canciones (fue líder de Los Canarios) y que la propia entidad que preside recauda.

«Ejecutivos de sociedades de gestión con mucha menos recaudación que la SGAE ganan bastante más que yo, y eso es fácilmente constatable», subraya, según informa Ep. En todo caso, el presidente de esta entidad constituida como civil ganará este año tres veces más que el presidente del Gobierno, cuyo sueldo supera por poco los 78.000 euros.


La pensión llega al Congreso
Este periódico ya ha informado en ocasiones anteriores del plan de jubilación por todo lo alto de Bautista (y otros 19 directivos de la SGAE, aunque en otras condiciones), que se ha producido por sucesivos aprovisionamientos de los ingresos de la entidad que alcanzan hasta los dos millones de euros entre los años 2002 y 2007. Ésta es una práctica frecuente en grandes compañías privadas pero de difícil encaje en una sociedad civil sin ánimo de lucro. En concreto, adelantamos que la pensión vitalicia se correspondería con el 60 por ciento de su sueldo, materia que fue objeto de pregunta parlamentaria al Gobierno y de quejas de los artistas, y cifra que el propio Bautista corroboró ayer. La revelación de las condiciones de su pensión coincidieron, durante el pasado año, con la mala situación económica que atravesaba la entidad, endeudada por ambiciosos proyectos inmobiliarios como la compra de teatros y sumida en el proceso de un plan de despidos.

Ésas fueron las horas más bajas de Bautista, que recibió las críticas de autores y compositores como Loquillo que pidieron saber «quién había aprobado esas cifras o quién aprueba las políticas de inversión inmobiliaria», es decir, los mismos reproches de falta de transparencia que se le han achacado a la entidad desde fuera. El colofón a las críticas lo puso la Comisión Nacional de Competencia cuando abrió, primero en 2008 y luego en 2010, sendos expedientes a la entidad por aplicar tarifas abusivas, llegó a cuestionar el modelo de funcionamiento y reclamó la «revisión de la ley», al entender que se dejaba a las sociedades de gestión actuar sin controles en un régimen de «oligopolio».


Aumentar la recaudación
La principal razón para los sucesivos aumentos de sueldo de Bautista ha sido el vertiginoso incremento de la capacidad recaudadora de la SGAE bajo su mandato, que ha elevado su techo hasta los 334 millones de euros en 2008 (por 24 millones en 1983) con una política voraz que le ha valido la mala fama contra la que ayer volvió a rebelarse Bautista: «En una reunión familiar, nada hay que abonar. El derecho del autor a cobrar una remuneración nace cuando hay un empresario que ofrece un servicio con las obras de los músicos. Es el empresario que explota el local y ofrece la música quien ha de pagar el servicio como paga el servicio de la luz o del agua. Y, compañero, en este caso, no cabe hacer excepciones. Ni cuando el novio sea el presidente de tu sociedad», aseguró.

Después de los varapalos legales que obligarán a reformar el modelo de cobro de derechos de autor y de la mala imagen pública de la entidad, la última estrategia de Bautista ha tenido que pasar inevitablemente por «lavar la cara» a la entidad. Esta semana decidió aprobar un decálogo de buenas prácticas entre las que se incluían «no iniciar litigios con usuarios individuales, sino con empresas».

En el pasado, inspectores de la SGAE han llegado a personarse en peluquerías con la radio encendida o a grabar bodas en vídeo para cobrar los derechos de autor. Para dichas situaciones, Bautista anunció la creación de un «defensor del cliente» que recoja las quejas de los ciudadanos.

También se comprometió a «ser más transparente con el reparto de los ingresos de la entidad con una explicación detallada de las reglas que se aplican, para garantizar que el dinero llegue a los autores» y, obligados por la Justicia, a adaptarse a la pérdida de ingresos en aplicación de un canon que Bruselas ha calificado de manera tajante como «indiscriminado». Además, el pasado jueves, la entidad decidió «someterse voluntariamente» (aunque la reforma de la ley hará que sea obligatorio próximamente) ante la Comisión de Propiedad Intelectual del Congreso con el objetivo de «dirimir las controversias que surjan en cuestiones tarifarias entre los autores y editores y las asociaciones representativas a nivel estatal de colectivos de empresas».


Pide cobrar también a las telefónicas
Mientras la reforma legal que ataje la «piratería» encalla en el Parlamento y espera una segunda oportunidad en el Senado, Teddy Bautista se pronunció ayer para hacer la guerra por su cuenta y anunció que la SGAE se está planteando «una remuneración a cargo de la compañías telefónicas», ya que, según afirmó, «hacen caja con las comunicaciones y a costa de los autores». Bautista alegó que dicho cargo a las compañías telefónicas debería plantearse en relación a internet. «Quizá sea necesario una solución de este tipo en el esquema de futuro para internet, si no es posible canalizar su uso a plataformas licenciadas (de pago). Lo que está claro es que, entre tanto, sería una compensación necesaria para los creadores», subrayó.
También dio respuesta a varias cuestiones sobre la sentencia del canon digital que dictó el Tribunal Europeo y que considera su aplicación en el entorno profesional y de la empresa de «indiscriminada». Bautista precisó que la parte del derecho de autor que se aplica al precio final de los discos es «ínfima». «De 0,99 céntimos de euro que iTunes (el servicio de venta de canciones de Apple) cobra por una descarga lícita, los derechos del autor son 0,07 céntimos. Es autoexplicativo», defendió.


El detalle
Una polémica tras otra

La Sociedad General de Autores posee un largo curriculum de polémicas. Se ve que es muy dadivosa con las jubilaciones, pero no con las parejas que deciden casarse. La SGAE es implacable con estas celebraciones. Sólo hay que recordar que la Comisión Nacional de la Competencia abrió un expediente sancionador contra la entidad por un supuesto abuso a la hora de aplicar tarifas a los locales dedicados a celebrar bodas, comuniones y bautizos. De hecho, hubo hasta protestas por infiltrar en estos convites una especie de detective-espía para saber si se vulneraban los derechos de autor. Y lo peor es que muy probablemente lo hicieran sin invitación. No se trata, sin embargo, de la primera vez que se ha protestado contra esta institución. Fuenteovejuna se levantó porque se le intentó cobrar por la representación de la obra (en la imagen). Como al final el autor de la adaptación, por lo visto, no pertenecía a la SGAE, se pasó por alto. Más esperpéntico fue el asunto de las peluquerías catalanas. La SGAE pedía un canon por poner la radio. Hubo hasta una campaña en la que los dueños de estos establecimientos pedían a sus clientes que trajeran su propia música. Y original, ojo.