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Un sueño hecho realidad

HERENCIADescontento generalLa gestión socialista en Justicia ha logrado algo histórico: la unión de todas las asociaciones judiciales por la situación que atraviesa la Carrera. Ello se plasmó en una histórica huelga de togas. El alejamiento de los profesionales ha sido evidente. La política del fiscal general del Estado, de situar a miembros de la Unión Progresista de Fiscales en puestos clave ha provocado igualmente fuertes críticas.

Ruiz-Gallardón tiene ante sí una ardua tarea en el Ministerio
Ruiz-Gallardón tiene ante sí una ardua tarea en el Ministeriolarazon

Dicen los más allegados que si Ruiz– Gallardón hubiera podido escoger ministerio, no habría escogido el de Justicia, pero una vez hecho el reparto está satisfecho. Y es que la Justicia profesional no le es ajena al nuevo ministro. Su padre, José María Ruiz–Gallardón, fue un ilustre jurista, y también está emparentado con la familia de fiscales Jiménez Villarejo; él mismo fue el segundo de su promoción y el fiscal más joven de España, aunque cambió la toga y las puñetas por la política en el año 1983, cuando entró en el Ayuntamiento de Madrid como concejal de Alianza Popular.

Era un joven de verbo fluido y cierta radicalidad en sus postulados políticos. De él dijo el alcalde Tierno Galván: «Es un joven con talento e inteligencia que llegará muy lejos en política, pero ha de moderarse un poco, porque está sobrado de ímpetu y a veces se hace insoportable». Mi experiencia personal de aquella época es que el joven Gallardón era el único capaz de sacar de quicio en los debates plenarios al viejo profesor con sus discursos bien fundamentados, como si en cada asunto municipal hubiera puesto el tecnicismo fiscal.

Gallardón es un político todo-terreno curtido en los sillones del poder y en los bancos de enfrente. Pasó de la oposición en el Ayuntamiento a ser oposición en la Asamblea de Madrid. Después de varios años de estar enfrente de los que gobernaban, sus insistencia, su perseverancia, se vieron compensadas al ganar las elecciones en la Comunidad de Madrid y ser su presidente en dos legislaturas. En el Ayuntamiento de Madrid consiguió sentarse en la alcaldía en 2003, 2007 y el pasado mes de mayo, por tercera vez.

Un día tuvo sueños de superior grandeza y puso su objetivo político personal en La Moncloa, esperando la retirada de Aznar y luego la de Rajoy. Tuvo que atemperar su ánimo cuando en el Congreso de Valencia vio cómo el partido respaldaba a Rajoy, y entonces cambió la estrategia de jugar a ser alternativa por la de ponerse al lado de vencedor y participar de sus triunfos, sin renunciar al futuro.

De momento, ha conseguido ser ministro. Sabe que el ministerio que le ha tocado no es el más apropiado para el lucimiento político, pero puede dejar huella si acomete los retos pendientes de la Justicia.Sus enemigos le reconocen como un «animal político» y sus amigos como, «un luchador tenaz que no pone límites a sus legítimas ambiciones políticas. El hombre y la bestia. Ya ha conseguido la mitad de su sueño: llegar a la Moncloa.

 

LOS RETOS
1.-Renovación de las instituciones.
En los últimos años, todos los estudios vienen a coincidir en la desafección de los ciudadanos hacia la Administración de Justicia. Instituciones como el Tribunal Constitucional deben recuperar su prestigio.
2.- Reducir la litigiosidad y adecuar la planta judicial
Los juzgados y tribunales no pueden soportar el volumen de causas que deben resolver. Es necesario crear unidades judiciales donde sean necesarias, con independencia de las comunidades en las que se ubiquen.
3.- Ley de enjuiciamiento criminal y modernización.
Hay que actualizar una ley que proviene del siglo XIX, para adecuarla a la nueva situación real de la Justicia en el siglo XXI. La implantación de las nuevas tecnologías es una cuestión que no admite más demora.