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Batasuna no pidió perdón a las víctimas por orden de ETA

La Razón
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MADRID-El contenido del documento «Ekia-16», elaborado por ETA en octubre del año pasado, distribuido entre sus presos entre noviembre y diciembre, demuestra que es la banda la que manda en todo el entramado.

No sólo en sus «aparatos» operativos y los reclusos, sino también en el brazo político, ahora llamado «Izquierda Abertzale» pero que no es otra cosa que una Batasuna tolerada, pese a su ilegalización por los Tribunales.

En dicho documento, cuyo contenido fue adelantado por LA RAZÓN, ETA prohibía expresamente a los presos que pidieran perdón a las víctimas, lo mismo que ha hecho ahora la «Izquierda Abertzale», en el manifiesto que hicieron público el domingo, en el que se limitan a «lamentar profundamente» la actividad criminal de la banda, de la que no reniegan.

Ordeno y mando
El tono general del «Ekia-16» es de «ordeno y mando, según expertos antiterroristas, consultados por este periódico. Avala que es ETA la que lleva la batuta, ahora con más fuerza, por los nulos avances del «proceso», que socialistas y nacionalistas habían pactado, a través de intermediarios, con la banda y su entramado, durante la anterior legislatura.

Por ello, resulta curiosa la explicación que ayer dio Mariví Ugarteburu, portavoz de la «Izquierda Abertzale», sobre la no petición de perdón. En declaraciones a una emisora, aseguró que «el concepto de perdón corresponde al terreno de la religión». La argumentación se cae por su propio peso, según expertos consultados por este periódico, ya que si no lo hicieron es porque ETA se lo había prohibido, al igual que a los presos. La banda no hace distingos en su estrategia sobre las víctimas.

Ugarteburu dijo también que «este tipo de terminología corresponde más con una declaración por parte de la Iglesia (...) Hay que dar una salida al tema de las víctimas pero no desde un discurso de confesionario, sino desde términos estrictamente políticos. Cuando se habla una y otra vez de perdón, de hacer genuflexiones, de arrepentirse, es un discurso que corresponde con el imaginario cultural del imperio español del vencedores y vencidos».

ETA ha limitado al máximo, desde que inició el citado «proceso», la emisión de documentos, como los «Zutabe» (revista interna). Con ello, trataba de evitar que su contenido pudiera «alterar» de alguna manera la imagen de «buenismo» y «pacifismo» que han querido transmitir, al menos hasta que el Partido Popular ganó las elecciones por mayoría absoluta.

Para todo el entramado
Sin embargo, el control de los presos requería la emisión de unas órdenes concretas, contenidas en el «Ekia-16», de cuya lectura se desprende que ETA no da consejos, sino órdenes, que afectan, no sólo a los reclusos, sino al conjunto de su entramado.
En el documento hecho público el pasado domingo por Batasuna, se «quitaron la careta», según los expertos, y lanzaron el aviso de que «la paz no está garantizada».
«Por más que algunos se empeñen en mantener la teoría de que es Batasuna la que manda, la realidad demuestra lo contrario. Sería conveniente que esto se tuviera en cuenta de ahora en adelante, para poder analizar de forma correcta lo que ocurre en el mundo de ETA», agregaron los expertos.