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La ruina de la cultura gratis

Con la ley «antipiratería» en marcha, los creadores defienden un modelo de consumo legal en internet que beneficia tanto a los propietarios de los derechos como a los usuarios. Ahora habrá que ver si es suficiente

La ruina de la cultura gratis
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Es el argumento preferido. El que usan tantos. La cultura gratis. Una frase que parece extraída del Siglo de la Luces, pero que no es más que un pretexto. La cultura, como el conocimiento, debe ser accesible, no gratis. Las diferencias son fáciles de comprender. «Cuando una persona paga por un libro, está reconociendo el trabajo del autor y el valor de ese objeto. Me parece bien la cultura gratis. Ahí están las bibliotecas públicas. Que recurran a ellas. Estas instituciones pagan licencias por los libros y se van a incorporar dentro de nada al e-book. ¿Por qué los que defienden la cultura gratis no acuden a las bibliotecas? El problema es robar. ¿Por qué tienen que penalizar a los escritores?», asegura Paula Canal, de Anagrama, una editorial que se ha incorporado al mundo del libro electrónico con éxito.

200 euros por el fútbol
Antonio María Ávila, de la Federación del Gremio de Editores, contesta con un argumento casi histórico: «España siempre ha despreciado la cultura. No la valora. Un ejemplo. Muchos de los que dicen que una obra literaria de diez euros es cara, pagarían 200 euros por una entrada de fútbol. El valor depende de cada uno. El cine, por ejemplo, entre que vas y pagas la entrada y todo lo demás, supera perfectamente los diez euros. ¿Es caro? Hay una parte de nuestra sociedad a la que le molesta pagar. Parte de la responsabilidad es de los poderes públicos por haber permitido eso. Se paga por todo. Las cosas no caen del cielo. La cultura no es gratis, como no es gratis el ADSL o los ordenadores. Esos que pregonan lo de la cultura gratis, sin embargo, pagan por estas cosas». Desde las editoriales y las instituciones y organismos que velan por proteger los derechos de autor aportan razones: la retribución a los escritores, el coste de una obra, pagar a los distribuidores. Cada vez que se «piratea» un libro hay una cadena de personas que ven su puesto de trabajo perjudicado. Incluso se aduce un motivo mayor: Hacienda deja de percibir ingresos, ya que los productos que se venden van gravados con IVA.

Santos Palazzi, de la editorial Planeta, sostiene que «la cultura tiene que ser accesible, pero no gratuita. No se puede trabajar sin remunerar a los que intervienen en la cadena de valor editorial. En este sentido, las bibliotecas públicas deben desarrollar proyectos y empezar a alcanzar acuerdos para introducirse en el mundo digital. Con esa posición se daña tanto a los creadores como a editoriales y librerias on-line». Palazzi suma argumentos, ideas, y aclara: «Esas personas no son conscientes de lo que le cuesta al autor escribir su obra así como el coste de publicar el libro. Es importante que se elimine la errónea acepción de que editar es simplemente imprimir libros. Por cada libro que se publica, el editor descarta centenares de propuestas. El filtraje, el "editing"de la obra junto con el autor, la distribución y la promoción son parte fundamental de nuestro oficio, siempre con el foco de atención puesto sobre los lectores, los verdaderos protagonistas de toda la cadena editorial».

Con respecto al argumento que algunos esgrimen sobre la capacidad de los músicos de obtener ingresos gracias a las actuaciones en directo, el presidente de la patronal de las discográficas, Antonio Guisasola, responde: «No todos quieren hacerlo y, en realidad, no existe un motivo por el que deban estar obligados. Es sencillo: hacen un producto y si lo quieren comprar, que lo compren. Conseguir este producto puede suponer un trabajo de 10 horas al día durante tres meses. Después, todavía tendrían que salir de gira para intentar amortizarlo». A este problema hay que añadir el hecho de que los autores no tienen por qué ser necesariamente intérpretes.

Ventanas menos rígidas
También es cierto que, hasta no hace tanto, resultaba más simple encontrar contenidos en la red gratuitos e ilícitos que de calidad y pagando, pero esto empieza a no ser así. El desafío ahora está en tratar de conciliar el mercado físico con el digital, lo que, en el caso del cine, resulta complejo por el concepto de inmediatez, tan deseado por el internauta, que se ha acostumbrado a ver en casa los estrenos del cine. Juan Carlos Tous, impulsor de la web de oferta legal de cine filmin.es, reconoce que las películas no pueden estrenarse al mismo tiempo en salas y en casa, pero «no podemos mantener las ventanas tan rígidas –ahora las cintas españolas tienen la obligación de estar entre tres y cuatro meses en los cines–. Debe ser el productor quien decida cuándo debe pasar a la siguiente, para evitar que haya películas premiadas que no se puedan ver en ningún sitio, como ya ha ocurrido», añade.

El compositor y candidato a presidir la SGAE José Miguel Fernández Sastrón cree que la cultura gratis no está respaldada por ninguna argumentación: «Escuchamos a menudo reivindicaciones sobre el libre acceso a las obras intelectuales por parte de los ciudadanos, dando al término libre un intencionado carácter anglosajón que lo asocia a gratuito. Lo que no acaban de explicar es por qué las obras, que tienen un legítimo dueño y que son producto de un esfuerzo y una inversión, tienen que ser gratuitas, en contraste con el resto de bienes y servicios de nuestra vida cotidiana. Los creadores y en general todos los trabajadores de la industria cultural tienen que poder vivir de su trabajo, como el resto de los ciudadanos».


Nueva treta «pirata»: clones de webs para evadir la ley
Las primeras tretas para intentar evitar los efectos de la ley «antipiratería» ya se han puesto en marcha. Una de las páginas más populares de enlaces, seriesyonkis.com, ha comenzado a redirigir a sus usuarios a seriescoco.com, donde realmente están alojados los enlaces a las series. Lo que pretende seriesyonkis es que no puedan denunciar esta página, aunque sí la de seriescocos, que, en caso de cerrarse, sería sustituida por otros clones similares. Lo que quizá no están teniendo en cuenta los administradores de esta web es que, cuando el procedimiento recae sobre un infractor al que ya se le ha exigido anteriormente la retirada de un contenido, es decir, que reincide, la Comisión puede acortar eel procedimiento administrativo de forma que éste se reduzca a escasos días.