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Retos del turismo en España por Pedro Alberto Cruz Sánchez

La Razón
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Es evidente que buena parte del crecimiento considerable que ha experimentado el turismo español durante los dos últimos años se debe a ese amplio grupo de «turistas prestados» que han venido rebotados por el efecto de la «Primavera Árabe». A estas alturas nadie pone en cuestión tal extremo. El problema que se plantea –y no sin razón- es qué es lo que sucederá cuando, a resultas del desvanecimiento del mencionado «efecto rebote», destinos como Túnez o Egipto vuelvan a recuperar su musculatura pasada. ¿Cuántos de los nuevos y coyunturales turistas habremos sabido fidelizar? O dicho de otro modo: ¿cuál es. A día de hoy, la dimensión real de la industria turística española?

La respuesta no es fácil, máxime cuando, si continuamos tirando del hilo de esta reflexión, comprobamos cómo la necesaria renovación que España debe afrontar más pronto que tarde de sus principales productos turísticos pudiera haber quedado disimulada por este sobresaliente crecimiento experimentado durante los últimos periodos de medición. Imaginemos, por un momento, que la pérdida de los «turistas prestados» coincide con la excesiva visualización del envejecimiento de nuestros productos tradicionales… El efecto podría ser demasiado pernicioso para un sector que, por naturaleza, está obligado a encabezar el proceso de recuperación de la economía nacional.

Además, hay otro factor que no se debe perder de vista: nuestras empresas –y, en este caso, las de la Región de Murcia merecen una mención especial- están realizando esfuerzos denodados por rebajar los precios de comercialización y, de este modo, aminorar al máximo el margen de beneficios con el que trabajan. Pues bien, a pesar de ello, seguimos resultando un destino muy caro en comparación con nuestros competidores del norte de África y del Mediterráneo; cuestión que se ve todavía más acentuada cuando se constata que, para muchos españoles, resulta mucho más barato viajar al extranjero que hacerlo a cualquier destino de la geografía autóctona -algo que resta muchas posibilidades a territorios como la Región de Murcia, dependiente en casi un 85 por ciento del turismo nacional. Urge, en consecuencia, ponerse a trabajar en estos «puntos críticos» a fin de que el futuro más inminente del turismo español sea lo menos proceloso posible.