Historia

Bruselas

OPINIÓN: Bélgica en verso

La Razón
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De Maastricht en tren a Lieja/ desembarco en la estación/ que diseñó Calatrava/ -como en Venecia y Oviedo-/ casi cae del resbalón/ otra anciana que desliza/ por los cristales mojados./ Traigo los huesos tibios/ de primavera española/ y el cielo gris europeo/ se me encadena en el alma/. Entre nieblas los canales/ de una Brujas fantasmal/ relata un cuento de hadas/ medieval en mi memoria./ Callejones de ladrillo/ rinconcitos de leyenda/ el gótico nos eleva/ a un cielo belga que araña./
En Gante hay un castillo en una plaza/ inserto en la ciudad y sus canales/ me reclaman los dulces en vitrinas/ y platos suculentos que me embriagan/; pediría otra cerveza deliciosa/ pues tienen más de mil en el país/ pero es tarde, el tranvía nos espera/ saquemos el billete y a la fonda./ Me siento entre el barullo de turistas/ converso con amigos sobre España/. Con su gorra, avanza entre la gente/ un perspicaz señor, que es del transporte./Extraña su sonrisa maliciosa./ Yo aún floto entre recuerdos del país:/ una Bélgica llena de españoles/ me sorprende exquisita de belleza./ Repentino circunda nuestra zona/ me acosa y me interroga el revisor/ ¿Por qué es a mí entre todos los presentes?/ «Les pido yo el billete con sospecha/ sabemos que es ladrón quien es de España /se cuelan en los trenes si es que pueden/ les niegan las propinas a los belgas/ se quejan de que España es lo mejor/ sin ver el que ellos mismos son su lacra»./ ¡¿Qué dice?!-Le respondo yo indignada/. Que somos buena gente y de palabra/ Bruselas está lejos y no entiende/ que somos una raza singular./ A ver si Doña Merkel nos afloja,/ que ya ni para pipas nos dejó./ Incluso en el Financial Times aclaran/ que tanta restricción es una asfixia.