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Explosión por simpatía por Martín Prieto

La Razón
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Los explosivos explosionan a sus vecinos por simpatía. Tal como Argentina y Bolivia. El nuevo socialismo latinoamericano puede ser más dañino que la nueva vía de Zapatero. Nos queda ver la actitud de Ollanta Humala en el Perú, que además es otro milico, o qué hace Correa en el Ecuador, o Daniel Ortega en Nicaragua y eso que se ha convertido al catolicismo. Hugo Chávez no ha metido la mano en el puchero porque está dedicado al turismo oncológico con Cuba. El único país grande que ofrece garantías empresariales es el Brasil de Dilma Rousseff. La chulería argentina, la vaguedad estadounidense y la pachanga de la Unión Europea han animado a los depredadores. Evo Morales, que tiene gravísimos problemas en Bolivia, incluida la secesión de Santa Cruz, nos ha cortado la luz manumilitari porque sabe que no va a pagar ninguna factura. Como con Repsol, todo queda a una jurisdicción internacional interminable. Morales empezó diciendo que el consumo de pollo homosexualizaba a los hombres y propiciaba el divorcio y es cocalero y sin estudios primarios. Emular a la Kirchner era una tentación. Nuestra mayor inversión extranjera está en Iberoamérica; concretamente en Argentina supera a la de los Estados Unidos, pero nuestros servicios de inteligencia parecen estar papando moscas. El Centro Nacional de Inteligencia no previó la crisis de Repsol, y eso que se venía gestando y cantando desde hacía meses. Y nuestros agentes se han encontrado en La Paz con las luces apagadas. Las colonias castigan y hasta se vengan de una metrópoli en gran debilidad. Salimos mal: el último virrey del Río de la Plata fue un marino francés mercenario, Santiago de Liniers y Bremond. Lo fusilaron.