Buenos Aires

El teatro argentino aprieta fuerte

Claudio Tolcachir logró la unanimidad de público y crítica en España. Madrid vuelve a rendirse al autor argentino con la programación completa de su trilogía por primera vez fuera de Buenos Aires

Claudio Tolcachir
Claudio Tolcachirlarazon

Pocas obras han suscitado tanta unanimidad entre aficionados y crítica como «La omisión de la familia Coleman». La primera vez que el montaje del director Claudio Tolcachir se vio en Madrid fue durante cuatro funciones y en una sala alternativa. Pronto el público supo que estaba ante algo especial. El montaje repitió en 2008 y 2009. Luego se vería «Tercer cuerpo», segunda parte de una trilogía que el director ha cerrado en 2010 con «El viento en un violín», estrenada en París y vista en Gerona. Este miércoles, el Matadero reúne, por primera vez, las tres obras, que nunca se han visto seguidas ni en la sede en Buenos Aires de su compañía, Timbre 4. Estas son las claves de su éxito.

ACTORES
«Llegué al teatro desde la actuación. Hacer teatro para mí es el encuentro con los actores, la investigación sobre los personajes, tratar de sacar de ellos lo que tienen oculto», asegura. En «El viento en un violín» repite con parte del reparto de «La omisión de la familia Coleman». «Hay un vínculo de confianza. Muchas cosas nunca las habría hecho si no hubiera sido por ellos. Son actores extraordinarios. Después de seis años, en cada lugar que llegamos ensayamos la obra. No tengo ni que pedírselo».

HUMOR/DOLOR
Sus montajes, con la vida dibujada en crudo realismo, arrancan sonrisas y carcajadas. «Es un misterio para mí cómo encuentro el equilibrio entre dolor y humor. Al escribir, por más que no quiera, me salen comedias, y me divierto escribiéndolas. Me atrae inventar situaciones un poco bordes. Las historias son siempre las mismas a lo largo de la historia, pero uno va tratando de contarlas de una manera particular. Y siempre me acerco al absurdo. El humor no deja de ser el juicio más tremendo».

PATETISMO
En Tolcachir la fortuna no es amiga de los protagonistas. «Me veo en todos los personajes. Puedo defender del primero al último, porque entiendo lo que hacen y por qué lo hacen. Son el peor ejemplo, gente equivocada, inmadura, egoísta, pero con sueños y deseosa de ser feliz. No creo que sea pesimista: el mundo es así. "El viento en un violín"trata más de eso, de no luchar contra lo que somos, sino de asumirlo, y con ese desastre intentar construir la felicidad. Es la obra más esperanzadora».

TIMBRE 4
«Es el caldo de cultivo de todo», cuenta el director sobre la sala donde nació la trilogía, en Buenos Aires. O, mejor dicho, su casa. «Los experimentos fueron allí. Pude probar a escribir, a contar historias, porque tenía el apoyo de un grupo y un espacio donde hacerlo sin presiones. Pusimos las sillas en el fondo de mi casa, y recuerdo que el día del estreno nos mirábamos y decíamos: «Pero, ¿quién va a venir?». Hace un mes han abierto una nueva sede, aunque la sala original sigue en funcionamiento. «Poder hacer algo diferente me salvó la vida. Pude generar propuestas sin esperar a que me llamaran».

ARGENTINA
«Mi formación fue con una actriz famosa, Alejandra Boero. Cuando yo tenía 14 o 15 años, ella construyó el último de los seis teatros que levantó. Nos dio un martillo y un cincel a cada uno. Entramos, rompimos las paredes y vimos que, de una fábrica de tornillos, surgió un teatro. Cuando te has formado en eso lo ves como normal. Todos los que estuvimos allí después creamos nuestras salas. En Buenos Aires la gente hace teatro en cualquier lado y los actores famosos se van un día a un sótano a investigar con un director nuevo. Si ese ambiente no hubiera existido, a uno ni se le ocurre hacerlo. No era algo tan loco para mí».

«LA OMISIÓN...»
En la carrera de Tolcachir hay un punto de inflexión. «Fue la primera experiencia de escritura, el parto más profundo y personal». Y subraya una cosa buena de aquella experiencia de 2006: «Lo hicimos sin ninguna expectativa. Pero es el mejor punto de partida: hacer algo porque te interesa, porque es un desafío personal». Y añade: «Nunca me olvido de que los actores de "Coleman", con la perspectiva de que estrenábamos para hacer una función que no iba a durar más de dos noches y sin cobrar ni un peso, ensayaron durante casi un año de doce de la noche a cuatro de la mañana».

LAZOS FAMILIARES
La familia vertebra la primera y la tercera parte de la trilogía y se intuye en los protagonistas de la segunda, compañeros de trabajo en un ambiente claustrofóbico. «Voy a tener que aceptar que hay en mí un tema ahí», ríe el director. «Es muy atractivo, desde Edipo para acá, la familia está en todas las obras de teatro. ¡"Hamlet"es un drama familiar! Pero me llamó la atención con "Coleman"que se hablara tanto de eso, porque para mí trataba de personajes que son familia por casualidad, están conviviendo pero con ganas de irse. En "El viento en un violín"es al revés: la construcción de una familia a partir de la aceptación de las diferencias. Tiene más que ver con lo que yo siento ahora. La familia potencia lo mejor y lo peor de las personas... Es un tema inagotable».

CRISIS
Parte del fondo de la trilogía tiene que ver con la situación que se vive ahora en España y que Tolcachir conoce bien: «Nunca viví fuera de una crisis. En Argentina hace noventa años que estamos así y ya nos parece natural», bromea. Y explica: «Las crisis no son buenas, a menos que sirvan para mover de lugar lo que está establecido y sacar a relucir los proyectos más independientes. Cuando uno no ve la salida por los caminos que conocía, empieza a inventar espacios, formas de producción y cosas que no existían». De subvenciones sabe poco. «Algunas hemos recibido, pero pequeñas. En Argentina las posibilidades de subvencionar son pequeñas ». Él lo tiene claro: «Todo está pensado para que no hagas nada, pero de ahí surgió Timbre 4».

REALISMO
En las dos piezas vistas en España, los personajes hablan a la vez. «Son periodos: hice cosas diferentes. Trabajé en cabaret, en "Lisístrata"... No creo en los estilos. Hay que ser sensible al material, dejar que la obra te diga cómo hay que hacerla. No me gustaría que el estilo estuviera por delante de la obra como un sello. Uno dice realismo y piensa en dos personajes tomando té, pero si ves estas obras, se tiran unos encima de otros, están al límite. Es como veo la vida. El mundo que me rodea son personas al límite».

ESPAÑA
Tolcachir se deshace en palabras de agradecimiento hacia nuestro país, donde el éxito le sonrió desde el comienzo. «La forma tan amorosa en que nos recibieron fue inesperada. Para mí una cosa positiva fue el encuentro con actores españoles. Tolcachir dirigió en 2010 esta producción del Teatro Español, con Carlos Hipólito y Gloria Muñoz. «Son muy buenos actores, desde el primer taller me impresionó el nivel, contra lo que los mismos actores españoles dicen».

 

El detalle
LA MISIÓN DE UNA VIDA

La trilogía empieza con «La omisión de la familia Coleman», pero el público espera «El viento en un violín»: «Son dos historias. Una pareja de chicas que quiere tener un hijo: necesitan a alguien y lo van a buscar. Por otro lado, hay una madre y un hijo de treinta años que no se ha independizado. La misión en la vida de su madre es hacer lo que sea por que sea feliz. Son mundos diferentes, personajes perdidos y violentos. Pero todo lo hacen apoyados en un amor muy intenso».


- Cónde: El Matadero. Paseo de la Chopera, 14 Madrid.
- Cuándo: Del 6 al 24 de abril .
- Cuánto: 22 euros