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La novela erótica (casi pornográfica) que devoran las mujeres

Una universitaria de 21 años virgen y que, para más señas, jamás se ha masturbado. Un multimillonario de 27 años que le dice qué ropa debe ponerse, qué tiene que comer, a dónde puede y a dónde no puede ir y que, sobre todo, hace realidad las fantasías más salvajes que ni siquiera soñó tener. Una historia de sumisión que cuestiona el mito de que las mujeres no consumen porno. 

La novela erótica (casi pornográfica) que devoran las mujeres
La novela erótica (casi pornográfica) que devoran las mujereslarazon

La protagonista, Anastasia Steele, cursa estudios de Literatura Inglesa en su último año en la Universidad Estatal de Washington. En plenos exámenes finales, su compañera de piso, que se encuentra enferma, le pide que vaya en su nombre a hacer una entrevista a un joven millonario para una revista universitaria.El encuentro casual dará paso, muy pronto, a una relación cuesta abajo y sin frenos que termina con la joven que jamás se había asomado al sexo en una espiral de escenas pletóricas de erotismo (y algo más) sin escatimar detalles ni adjetivos. Ejemplos hay muchos. Imagine y acertará.No sólo es lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. Y, sobre todo, a quién se cuenta. De la noche a la mañana, en un abrir y cerrar de ojos, "Fifty shades of Grey"("50 sombras de Grey", el apellido del protagonista) se ha convertido en un número 1 en la librería Amazon, se ha asomado a la portada del The New York Times y se ha encaramado a la lista de los libros más vendidos que publica el periódico. De momento, a la autora, E.L. James, ya le han comprado los derechos no sólo de este título, sino de los dos siguientes, porque la historia está concebida como una trilogía.Porno para mujeres¿Por qué triunfa la novela? ¿Ha llegado el momento, por fin, del porno para mujeres? Los críticos literarios de los principales periódicos estadounidenses y británicos intentan, a la carrera, encontrar algunas explicaciones para describir lo que, de momento, nadie se atreve a clasificar. ¿Es una novela porno? Sí y no. Tiene escenas de sexo duro, de sumisión y de humillaciones consentidas, pero no es una obra pornográfica al estilo de otras al uso.¿Es una novela erótica para chicas? ¿Se ha dado, por fin, con la tecla para dar con el "porno que le gusta a las mujeres", ese mito del que nadie ha demostrado aún su existencia? "Para las mujeres es tabú admitir que ven pornografía, pero por alguna razón les parece bien admitir que están leyendo este libro", escribe el diario The Hufftington Post. ¿Qué experimentan las mujeres al leerlo? A tenor de los resultados, de todo y, sobre todo, satisfacción, porque el boca a boca está surtiendo efecto en un libro que, como ocurre con los grandes booms editoriales, no ha tenido campaña de promoción. "Mi marido y yo hemos pasado muy buenos ratos con este libro", confiesa una lectora, a la que cita este diario. "Es el primer libro que he leído en nueve años", asegura otra al diario "USA Today".Como la saga Crepúsculo, pero más alláDe alguna manera, muchas de ellas encuentran similitudes con la saga Crepúsculo aunque, por supuesto, yendo mucho más lejos, como destacan los expertos. "En la saga Crepúsculo los temas más repetidos son una heroína inocente e introvertida y un héroe con un secreto capaz de protegerla y colmarla de fantasías, también eróticas", afirma la bloguera Sarah Wendell.Pero, quizás, el ingrediente de este libro que más intriga genera es el de la sumisión, el eje central de la relación entre la ex virginal (y de pronto insaciable) protagonista femenina y el dominador multimillonario. "La fantasía femenina más común es la sumisión -explica la sexóloga Laura Berman en las páginas de The Hufftington Post-. Y dentro de esas fantasías, la de que la pareja le dé unos azotes en el trasero es una de las más deseadas".Literatura erótica femeninaA la autora, EL James, se le ha adjudicado ya el mérito de haber introducido a las mujeres en la literatura erótica sin sucedáneos, en el porno más o menos explícito que la ha convertido en el fenómeno editorial del momento. De esta británica, madre de dos niños, se sabe poco más que vive el este de Londres, y que en enero abandonó su puesto de productora ejecutiva para dedicarse de lleno a terminar su libro. Pero ni siquiera se sabe cuál es su nombre completo. Ni se le ha escuchado, por el momento, en entrevista alguna.Según su editora, Valerie Hoskins, de Vintage Books, desde Estados Unidos está llegando un auténtico "bombardeo"por hacerse con los derechos cinematográficos de la obra, a la que le auguran un éxito seguro como otras sagas similares, pero esta vez con una apuesta más subida de tono."En muchos aspectos es un romance clásico. Es la historia de la bella y la bestia, pero pos supuesto con significativos pasajes eróticos entre los dos protagonistas –explica Hoskins en las páginas de The Guardian-. Se ha beneficiado del boca a boca entre mujeres que hasta ahora no habían comprado ficción erótica y que, por supuesto, nadie tiene que saber que lo han hecho si lo están leyendo en un e-book"."Definitivamente, en todo esto hay un factor viral entre los grupos de mujeres que hablan del libro cuando se encuentran a las puertas del colegio, en los parques, las peluquerías o el gimnasio", concluye la editora.Fifty Shades of Grey está concebido como el primer título de una trilogía que continuará con Fifty Shades Darker (50 sombras más oscuras) y Fifty Shades Freed (50 sombras liberadas).Las ventajas de leer en un e-bookLa conclusión es que es un libro erótico escrito por y para las mujeres, aquellas que nunca se asomarían a ese "porno tradicional"concebido por la mente calenturienta de un hombre y que desmienten, con esto, que no puedan ser consumidoras de cierto sexo explícito, al menos el que se muestra entre las líneas de un libro.Y una segunda ventaja, que no ha pasado desapercibida a los expertos y que puede explicar, en parte, el fulminante éxito de esta novela. Los libros electrónicos permiten a las mujeres leer y guardar, disfrutar y esconder sin las miradas indiscretas de un pasajero del metro que se asoma a las letras de una portada, o sin el temor de dejarlo olvidado en la mesa de la oficina.

Todos los secretos caben en un bolso de una mujer.