Política

Estado Islámico

A la reconquista de Ramadi

El Ejército iraquí, apoyado por milicianos chiíes y suníes y los aviones de la coalición, contraataca en la ciudad tomada por los yihadistas. El EI entra en el museo de Palmira

La bandera de Estado Islámico ondea en el castillo de Palmira
La bandera de Estado Islámico ondea en el castillo de Palmiralarazon

El Ejército iraquí, apoyado por milicianos chiíes y suníes y los aviones de la coalición, contraataca en la ciudad tomada por los yihadistas. El EI entra en el museo de Palmira

El Estado Islámico (EI) no tardó más de tres días en conquistar la ciudad de Ramadi. Una semana después, las tropas iraquíes lanzan un contraataque para hacer revertir la situación. Una columna de miles de milicianos chiíes y agentes de seguridad iraquíes salieron ayer desde la base militar de Habaniya, a unos 30 kilómetros al este de Ramadi, en dirección a las localidades ocupadas por la organización yihadista en la provincia de Al Anbar.

La primera operación para expulsar a los terroristas se llevó a cabo en la población de Hasiba, 20 kilómetros al este de la ciudad, donde Fuerzas de Seguridad, apoyadas por los voluntarios chiíes y combatientes tribales suníes contraatacaron a los yihadistas. Una fuente de la Policía informó de que, por el momento, las fuerzas gubernamentales lograron recuperar el control de la comisaría de Hasiba, así como sus alrededores. «La operación logró avances significativos», agregó la fuente. Paralelamente, la coalición internacional golpeó objetivos yihadistas cerca de Ramadi. Desde el viernes, se han lanzado una veintena de ataques aéreos contra posiciones y equipamiento de los radicales suníes en diferentes puntos de Irak, cuatro de ellos cerca de esta estratégica población. Hasiba cayó en manos del EI el pasado jueves, cuatro días después de que el grupo liderado por Al Bagdadi se hiciera con el control de Ramadi.

Se trata de la primera contraofensiva en Al Anbar tras la toma de su capital por parte del EI y se produce tras la llegada de refuerzos de combatientes de las milicias progubernamentales. A pesar de que hay muchas voces en contra del papel de los grupos paramilitares chiíes en las provincias de mayoría suní porque pueden provocar choques sectarios, las fuerzas proiraníes fueron esenciales para recuperar la localidad de Tikrit, en la provincia de Saladino.

El contraataque de las fuerzas iraquíes se produce un día después de que los yihadistas atacaran a las tropas de Bagdad en la periferia de Hasiba e hicieron explotar varios coches bomba contra las posiciones del Ejército, aunque sin lograr un avance sobre el terreno. Esta localidad está próxima a las áreas de Al Habaniya y Al Jaldiya desde donde las fuerzas gubernamentales y los milicianos chiíes se han concentrado para lanzar una ofensiva contra Ramadi.

Unos 40.000 civiles han abandonado Ramadi en los últimos días, que se suman a los 120.000 que desde abril han huido de la zona. La mayoría de los desplazados ni siquiera ha podido alcanzar un destino porque se hallan atrapados en un puente cerrado por las autoridades en la ruta hacia Bagdad.

Aunque la ciudad de Tikrit, cuna del ex dictador Sadam Husein, fue liberada hace un mes, todavía quedan bolsas de yihadistas y ayer los radicales lanzaron un ataque contra las tropas en Hamrin, a la altura del campo petrolero de Alas. Primero hicieron explotar un coche bomba en la zona, situada a 40 kilómetros al este de Tikrit, a lo que siguieron enfrentamientos entre los dos bandos.

En la vecina Siria, donde el Estado Islámico capturó el miércoles Palmira, ha empezado a imponer su régimen del terror. Combatientes yihadistas irrumpieron ayer en el museo de la ciudad monumental, pero sólo destrozaron algunas réplicas estatuas de escayola, ya que su contenido más valioso fue sacado por las autoridades antes de que cayera la ciudad.

El director general de Antigüedades y Museos de Siria, Maamún Abdelkarim, explicó que «el EI ha colocado su bandera en lo alto de la ciudadela» de Fajr Edin al Maani del siglo XIII d.C., que se eleva sobre un monte desde el que se divisa la urbe. En cuanto a las ruinas, que se encuentran al suroeste de la parte moderna, «no hemos detectado movimiento en su interior», apuntó Abdelkarim, quien, no obstante, manifestó su inquietud por el futuro de este sitio arqueológico.

Al menos 2.269 combatientes del Estado Islámico han muerto en los últimos seis meses por los ataques de la coalición internacional liderada por EE UU en Siria, según los datos publicados ayer por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. De esas bajas, la mayoría eran extranjeros, que perecieron por los bombardeos de aviones y los proyectiles de la alianza.

«Tendremos la bomba atómica en un año»

El Estado Islámico especula en su revista electrónica «Dabiq» con la posibilidad de hacerse con una bomba nuclear en menos de un año. Con ella perpetrarán un atentado contra Estados Unidos que dejará en ridículo anteriores acciones terroristas. «Dejadme plantear una hipotética operación. El Estado Islámico tiene miles de millones de dólares, así que podría comprar un artefacto nuclear a traficantes de armas de la zona de Pakistán», plantea el EI en un artículo firmado por el británico John Cantlie, secuestrado por el grupo. La bomba llegaría a Occidente a través de Libia y Nigeria.