Investidura de Donald Trump

«A Trump hay que otorgarle el beneficio de la duda»

Entrevista con el reverendo Samuel Rodríguez/ Presidente de la Conferencia Nacional de Líderes Hispanos Cristianos.

Samuel Rodríguez
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Entrevista con el reverendo Samuel Rodríguez/ Presidente de la Conferencia Nacional de Líderes Hispanos Cristianos.

Cuando recibió la invitación para participar en la inauguración del 45º presidente, el reverendo Samuel Rodríguez se sintió honrado y agradecido, pero también vio la oportunidad perfecta para acercar el mundo hispano a un mandatario como Donald Trump, quien no ha tenido precisamente palabras afables con la comunidad latina. Ayer se dirigió a todo EE UU, Rodriguez, nacido en Nueva Jersey y de padres puertorriqueños, es el primer reverendo evangélico hispano en participar en una ceremonia inaugural. Antes de hacer historia, atendió a las preguntas de LA RAZÓN.

-¿Cómo se sintió al recibir semejante invitación?

-Es un privilegio y un honor poder representar a la fe cristiana y también a la comunidad latina en la plataforma máxima posible a nivel mundial.

-¿Qué texto ha elegido para leer?

-Las sagradas escrituras. El evangelio según San Mateo, capítulo 5, sobre “Las bendiciones del señor, bienaventurado es el pobre”. Comenzaré con el versículo tres, y seguiré con el 16: “Ser luz en medio de las tinieblas”.

-Con todos los comentarios que ha hecho Trump contra los hispanos durante su campaña, ¿no resulta contradictorio que elija a alguien de la comunidad para participar en su inauguración?

Durante la campaña, yo fui una de las voces religiosas más comprometidas en empujar hacia atrás la retórica del entonces candidato Trump y defender a nuestra comunidad latina y nuestra comunidad de inmigrantes. En ningún momento, ni abracé ni toleré su retórica, pero lo hice de una forma muy respetuosa. Creo que ellos vieron ese respeto que yo le otorgué, a pesar de ser crítico, y por eso me invitaron a participar y estaré eternamente agradecido. No tengo que apoyar ni aprobar, sino sencillamente presentar mi comunidad y mi grupo de fe.

Por lo que a pesar de que Trump haya sido tan duro con los mexicanos o siga empeñado en el muro, su presencia en el acto no es una hipocresía, ¿no está siendo infiel a sus principios?

Al contrario, estoy luchando precisamente. Uno de mis ídolos y mentores es Martin Luther King Jr. y él siempre decía, cuando le criticaban por participar en eventos que no le correspondían con sus valores, que “donde no hay presencia, no puede haber cambios, donde no hay diálogo, no puede haber transformación” y yo estoy haciendo presencia porque quiero hacer cambios en este país.

Digamos que pese a que usted es un activista de los derechos de los latinos e inmigrantes, ¿el gesto de Trump ha sido conciliador?

Es correcto. Lo veo como un gesto muy reconciliador por su parte, de invitarme a mí. En este sentido, veo que hay cierta indicación por parte de la nueva Administración a trabajar por los latinos y resolver el asunto de la inmigración. Lo recibo con humildad y con una gran responsabilidad.

-¿Está nervioso? Aunque usted como reverendo está acostumbrado a orar en público...

(se ríe). No se puede negar que es una oportunidad de una vez en la vida y los nervios se activan, no importa cuánto uno haya practicado u orado ante una audiencia grande. Es una oportunidad que estremece a uno.

¿Le dirá a Trump lo que piensa de la reforma migratoria, por ejemplo?

Ya he hablado con él sobre el asunto, el día de la inauguración es un día de celebración y festejo. Estaré con él en alguna de las fiestas. Pero creo que llegará el día a finales de enero o principios de febrero en el que hablaré con el presidente sobre estos puntos y buscaré la solución.

¿Trump es cristiano?

Es la primera inauguración en muchos años en la que vayan a participar tantos líderes cristianos. No se puede negar que el 81% de los cristianos evangélicos votaron por Donald Trump, y si no fuera por ese voto, Trump no estaría ocupando la Casa Blanca. Él no se identifica como evangélico, es un presbiteriano, pero el apoyo de los cristianos en EE UU ha sido clave.

¿Se está alojando en el hotel de Trump?

No, estoy en otro hotel.

He leído que su iglesia siempre piensa en los pobres, da la cara por los más desfavorecidos, y sin embargo, el Gabinete de Trump está formado por multimillonarios... ¿Les recordará que no todo el mundo tiene la misma suerte?

Vamos a hacer abogacía para lo que es el pobre, el inmigrante, el que está marginalizado, el que está sufriendo, el desamparado, el que está encarcelado... Y vamos a dirigir una buena campaña con mucho respeto para lanzar una señal de rectitud y justicia en este país. Vamos a ver cómo es el inicio de su Administración, vamos a otorgarle al presidente el beneficio de la duda. Esperemos a ver si puede sanar y unir este país, proveer de recursos y trabajos a esta nación. Estaremos ahí para ayudarle y respaldarle cuando él esté ayudando al pobre.

Algunos de los que participan en la inauguración han sido muy criticados. No sé si usted ha recibido críticas, pues lo cierto es que le veo como tan conciliador...

Sí, en mi caso, la crítica ha sido mínima, porque conocen mi corazón. He sido asesor de Obama, no soy ni republicano ni demócrata. Soy un votante independiente. Creo que han visto la integridad y la credibilidad que poseo y mi palabra. Hemos tenido un respeto muy lindo.

¿Qué le ha dicho su familia al respecto?

Mis niños y mis padres, mis conocidos todos están encantados, incluso si algunos de ellos no votaron por Trump, sino por Hillary. Me han enviado su agradecimiento. Me han dicho: “qué orgullo que usted nos represente”, y para mí eso es una bendición. Así puedo dormir por las noches, gracias a dios que tengo la bendición del pueblo y de nuestra comunidad.

¿Ha entregado su discurso antes?

Fue entregado y aprobado ante el Comité inaugural. Fue algo muy breve. Como se dice en Puerto Rico, en un minuto, lo tumbamos.

¿Qué planes tiene para después del acto?

Vamos a un sinnúmero de galas y fiestas. Y el sábado volvemos a San Francisco.

¿Cuántos evangélicos hay en EE UU?

Hay unos 100 millones de evangélicos, en general, no sólo latinos. Aproximadamente, una tercera parte, aún más un 40% se identifican como evangélicos y el grupo que más crece demográficamente son los hispanos.