África

Libia

África-UE: Plan de choque para frenar a las mafias

La trata de seres humanos moviliza a los líderes presentes en la Cumbre de Abiyán. Merkel propone la creación de una ruta legal para que los africanos alcancen Europa de forma segura, mientras que el resto apuesta por grandes inversiones en el continente.

Merkel y Rajoy junto al resto de líderes africanos y europeos, ayer, en Abiyán
Merkel y Rajoy junto al resto de líderes africanos y europeos, ayer, en Abiyánlarazon

La trata de seres humanos moviliza a los líderes presentes en la Cumbre de Abiyán. Merkel propone la creación de una ruta legal para que los africanos alcancen Europa de forma segura, mientras que el resto apuesta por grandes inversiones en el continente.

La inhumana situación de miles de emigrantes subsaharianos en Libia fue protagonista ayer desde el primer momento en la sesión inaugural de la V Cumbre Unión Africana-Unión Europea. La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró partidaria de crear vías seguras y legales para la inmigración para evitar desastres como el que está teniendo lugar en Libia. «Es muy importante que apoyemos a los africanos para poner fin a la inmigración ilegal, para que la gente no tenga que sufrir en horribles campos o incluso ser víctimas de trata de personas como si fueran esclavos», dijo.

Horas después saltaba la noticia de que la Unión Africana, la UE y Naciones Unidas habían acordado la creación de una «task force» para «salvar y proteger la vida de los emigrantes y refugiados a lo largo de sus rutas, especialmente dentro de Libia». El grupo de trabajo acelerará el proceso de repatriación de aquellos emigrantes que deseen volver a sus países de origen y ayudará a los que huyen de situaciones de violencia y conflicto buscando protección internacional.

El acuerdo fue «conociéndose» a lo largo de una mañana de discretas conversaciones en los pasillos de la Cumbre y tras un medido goteo de declaraciones a los medios desplazados a Abiyán. El ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, (del SPD) se pronunció sobre este tema llegando incluso a sugerir que Europa podría ofrecer asilo a varios cientos de miles de inmigrantes cada año siempre y cuando se comprometieran a volver voluntariamente a sus países después de tres o cuatro años. Pero no faltaron detractores al jefe de la diplomacia germana, incluso entre las filas de su propia delegación: el enviado especial de Merkel en África, Günter Nooke (de los democristianos de la CDU), mostró su escepticismo sobre la conveniencia de esta medida al afirmar que «ningún ministro del Interior de Europa dejará que entren en su país cientos de miles si no está seguro de que la mayoría de ellos va a regresar». Para Nooke, la solución pasa por crear condiciones objetivas para una vida digna en los países de origen. «Hay que crear semillas de crecimiento, con parques industriales y zonas económicas especiales. Es cuestión de crear empleo, empleo y empleo», dijo. Merkel apuntó otra idea en este sentido al decir que para construir mejores condiciones en esta parte del mundo es crucial «la educación de los menores y adolescentes, especialmente las niñas».

Las imágenes llegadas de Libia, en las que se veía a emigrantes subsaharianos siendo subastados, han causado un fuerte impacto en todo el mundo, pero el horror que han despertado en los países del África Subsahariana ha sido mucho más intenso. La tensión en las delegaciones provenientes de estas naciones se hizo sentir ayer en el Hotel Sofitel Ivoire, donde se celebra la Cumbre, en el exclusivo distrito de Cocody en Abiyán, a tan sólo dos calles de zonas muy deprimidas de este enclave portuario, uno de los principales del Golfo de Guinea. Las declaraciones del presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, hablan a las claras de este clima cuando afirmó que «eran nigerianos los que estaban siendo vendidos como cabras por un par de dólares en Libia».

Por parte europea, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, también se expresó con contundencia sobre este asunto y comprometió el apoyo europeo para solucionar el problema: «Las imágenes de Libia son simplemente terroríficas. También debemos recordar que murieron el año pasado 5.000 personas en el Mediterráneo. No se puede aceptar. Como tampoco debemos aceptar la narrativa de que la UE y África se echen la culpa mutuamente». Buena parte de la disparidad de intereses entre europeos y africanos está influenciada por el hecho de que sólo el 20% de la emigración que tiene lugar en África se da entre este continente y Europa. El 80% restante sucede entre unos países africanos, lo que convierte a esta región en el mayor receptor mundial de refugiados y personas desplazadas. En numerosas ocasiones las políticas que benefician a Europa tienen un «efecto devastador» en África, en opinión de la ONG Oxfam. En este sentido también se escuchó ayer en Abiyán que muchas veces comprometer grandes cifras de inversión no es suficiente si no se toman las medidas necesarias para que la ayuda llegue allí donde más se necesita. Y es la juventud en este continente en el que el 60% de la población tiene menos de 25 años la que debe ser la receptora privilegiada.

Para abordar la inestabilidad en Libia, Emmanuel Macron convocó una reunión no prevista inicialmente con Angela Merkel, Mariano Rajoy, Paolo Gentiloni, Federica Mogherini y el secretario general de la ONU, António Guterres, con representantes de Níger, Chad y la Unión Africana.