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Al menos 147 muertos en el asalto de Al Sahabaab a una universidad en Kenia

Dos sanitarios ayudan a una mujer liberada por Al Shabab, en la Universidad
Dos sanitarios ayudan a una mujer liberada por Al Shabab, en la Universidadlarazon

Los terroristas asaltan la Universidad de Garissa y secuestran a cientos de alumnos cristianos tras liberar a los musulmanes. Al menos 147 muertos en el asalto de Al Sahabaab

La ciudad de Nairobi amanecía ayer sin aliento. La sombra de los atentados en el centro comercial del Westgate en 2013 pesaba en cada rincón de este centro neurálgico de África del este. La Prensa internacional y local se hacía eco rápido y el rumor se extendía. Nadie confía en nadie. Y el silencio era más que natural en los transportes públicos edulcorados habitualmente con música reggae. El grupo terrorista Al Shabab atentaba la pasada madrugada contra el centro Garissa University College, donde al menos 147 personas fallecieron, la gran mayoría estudiantes. El asalto de las Fuerzas de Seguridad kenianas, según informaron desde el Ministerio del Interior, se saldó con cuatro de los cinco terroristas muertos. Éste se ha convertido en el ataque más mortífero del grupo islamista perpetrado en Kenia. Al centenar de fallecidos se sumaron los más de sesenta heridos, aunque todavía, al caer el sol, vecinos de la zona aseguran que se seguían oyendo ráfagas de disparos y que los asaltantes seguían controlando la operación. Las autoridades kenianas localizaron a 280 de los 815 jóvenes inscritos en la universidad. Según apuntó el ministro del Interior, Joseph Nkaissery, «el 90% de la amenaza ha sido eliminada», pero se mostró prudente ya que al parecer algunos asaltantes seguían en el interior de la universidad. Los hechos, según los comentaba Beatrize Ondayo, una estudiante que logró escapar, se sucedieron de forma muy rápida. «Los encapuchados entraron en el campus universitario y empezaron a disparar en la zona de los dormitorios». Según Ondayo, la primera explosión tuvo lugar en la puerta del centro, dejando un gran agujero y provocando una auténtica carnicería». Los terroristas dividieron a los estudiantes en la universidad entre musulmanes y no musulmanes, dejando a los primeros libres y subrayando que su lucha es contra los cristianos según explicó el portavoz islamista Sheikh Ali Mohamud Rage. Además de la lucha contra los cristianos, el móvil de este atentado responde también a la venganza por las tropas kenianas que luchan en territorio somalí como parte de una misión de la Unión Africana contra Al Shabab en Somalia.

Ante la repercusión internacional del atentado, Joseph Nkaissery se apresuró a difundir una imagen de un hombre sospechoso del ataque ofreciendo una recompensa de 215.000 dólares por cualquier información que conduzca a la captura de Mohamed Mohamud. Su edad exacta no se conoce, pero se cree que ronda los 30. Mohamed es un keniano-somalí y fue un director en una madrasa o escuela islámica, en la ciudad de Garissa, hasta 2007. Fue entonces cuando cruzó la frontera hacia Somalia para unirse a la Unión de Tribunales Islámicos (UTI), que en ese momento controlaba gran parte del país. Está acusado de haber estado detrás de varios ataques contra soldados kenianos que están luchando Al Shabab en Jubaland. Al Shabab –que significa «los jóvenes»– reivindicó el ataque y aseguró que «Kenia está en guerra con Somalia». Como subrayó Mohamud Rage, «la misión de nuestros hombres es matar a aquellos que están contra Al Shabab». Ya la pasada semana se volvía a repetir un violento desenlace en la localidad fronteriza con Somalia de Mandera. El grupo, vinculado a la organización terrorista Al Qaeda, asesinó a 28 personas no musulmanas tras pasar un autobús y obligar a los pasajeros a recitar versos del Corán antes de matar posteriormente a los que no los conocían como respuesta a las redadas de la Policía en la ciudad keniana de Mombasa.

Garissa (a 4 horas y media en coche desde Nairobi) es uno de los puntos comerciales más importantes de la zona. A unos 150 kilómetros de la frontera con Somalia, su población es mayoritariamente de la etnia somalí.