Bruselas

Bruselas teme otro retraso del divorcio

Juncker y la primera ministra británica abordarán hoy por teléfono la situación

La Razón
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Bruselas acogió ayer con su habitual prudencia el fallo de la Justicia británica sobre la necesidad de recibir el plácet del Parlamento británico para activar el Artículo 50, que permite la salida de la UE. Pero bajo el aparente respeto, la capital comunitaria deja entrever su impaciencia por lo que puede suponen un nuevo retraso después de que Reino Unido haya intentado, por el momento sin éxito, utilizar los tiempos políticos a su antojo para ganar ventaja y conseguir una prenegociación a la sombra sobre su futuro estatus como socio privilegiado de la UE.

El portavoz de la Comisión, Margaritis Shinas, recordó que tanto el Ejecutivo comunitario como los Veintisiete han pedido una rápida invocación del artículo, prevista ahora a finales de marzo. Hoy habrá una conversación telefónica entre la primera ministra Theresa May y el presidente de la CE, Jean Claude Juncker, a instancias de la primera. Tras el portazo del 23 de junio, Francia y Bruselas apostaron por presionar a Reino Unido para una activación de la cuenta atrás lo antes posible, pero el pragmatismo de la canciller alemana, Angela Merkel, ganó la partida y las capitales europeas decidieron esperar a la luz verde de Londres, pero sin emprender negociaciones previas.

Aún es pronto para medir las consecuencias de este varapalo para May. Pieter Cleppe, representante de la oficina en Bruselas del «think tank» británico Open Europe, no tiene dudas sobre la posibilidad de que se postergue una vez más el comienzo del divorcio y cree que el Parlamento británico intentará utilizar esta opción para «conseguir más coordinación con el Gobierno sobre cómo se conducen las negociaciones», aunque también remarca que Westminster tan sólo tiene potestad para decir «sí» o «no» y que, por lo tanto, «su capacidad de influencia es limitada» y descarta que el Brexit pueda ser revocado. Es difícil, por lo tanto, predecir si las pretensiones de Londres de apostar por el «Brexit duro» van a verse alteradas en un proceso de resultados imprevisibles y en el que se desconoce quién estará en el Elíseo y la Cancillería al final del camino. Por ahora, la «premier» británica ha conseguido un resultado inesperado: unir a las capitales europeas en un mensaje inequívoco. Ante la ofensiva británica, las capitales europeas han cerrado filas y apuestan también por la mano dura.