Reino Unido

Cameron descarta otra consulta si gana el Brexit

El «premier» protagoniza el primer rifirrafe con Johnson y otros «tories» euroescépticos al presentar en el Parlamento el acuerdo con Bruselas.

Cameron se dirige ayer a los miembros del Parlamento en la Cámara de los Comunes
Cameron se dirige ayer a los miembros del Parlamento en la Cámara de los Comuneslarazon

El «premier» protagoniza el primer rifirrafe con Johnson y otros «tories» euroescépticos al presentar en el Parlamento el acuerdo con Bruselas.

El «premier» David Cameron advirtió ayer sobre las devastadoras consecuencias que el Brexit podría desencadenar en la economía británica. «No es el momento de dividir Occidente», advirtió. Lo hizo durante su comparecencia en la Cámara de los Comunes, donde presentó el acuerdo alcanzado en Bruselas con el resto de líderes comunitarios tras la intensa cumbre de la pasada semana. Pese a que el primer ministro recalcó que se había logrado un «nuevo estatus», las reformas no son suficientes para los euroescépticos. Y en este sentido, son las propias filas «tories» las que se muestran más críticas con el primer ministro.

Según la BBC, hasta 104 de los 331 diputados conservadores en Westminster están dispuestos a hacer campaña por la salida del «club». Aunque, sin duda alguna, de todos ellos el que más dará que hablar será Boris Johnson. El «premier» intentó hasta el último momento agotar todas las vías para conseguir el apoyo del alcalde de Londres de cara al plebiscito del 23 de junio y el hecho de que finalmente el excéntrico político le haya dado la espalda se ha visto como una humillación personal para con el líder «tory».

Al fin y al cabo, la rivalidad entre ellos viene desde los tiempos en los que coincidieron en el colegio y luego en la universidad. Y son muchos los que consideran que la decisión de Johnson es pura estrategia política para convertirse en el próximo líder de la formación. Al respecto, aunque no mencionó en ningún momento su nombre, Cameron realizó un comentario para quien quisiera leer entre líneas: «Yo no me voy a presentar a la reelección y no tengo otra agenda que no sea lo mejor para nuestro país».

Ayer era la primera vez que se veían las caras tras el intenso fin de semana. La tensión era más que evidente, entre otras cosas, porque, según la Prensa, Johnson le comunicó la noticia el domingo por mensaje de texto. Durante el acalorado debate en Westminster, el alcalde no dudó en preguntar al primer ministro hasta qué punto el pacto de Bruselas devolvía soberanía a Londres. Pero antes de que hablara, sus compañeros de partido empezaron a armar alboroto. Está claro que la formación vive una auténtica guerra civil. En respuesta, Cameron argumentó que el acuerdo devolvía «poderes en economía e inmigración, además de que sacar para siempre a Reino Unido del propósito de forjar una unión más estrecha».

Dardos envenenados

«Ésta es una decisión vital para el futuro de nuestro país y debemos dejar claro que es una decisión final», dijo el «premier», que subrayó que si la opción de salir de la Unión Europea gana la votación, se iniciará un proceso de dos años para abandonar el bloque. «La decisión será entre quedarnos y salir, y no habrá una segunda oportunidad».

De nuevo sin nombrar a su enemigo recalcó: «Señorías, no voy a señalar la ironía de que alguna gente quiere votar por salir para luego usar ese voto para quedarnos. Pero ese punto de vista demuestra un profundo desconocimiento de la democracia, la diplomacia y la legalidad». «Por desgracia conozco a gente que ha iniciado un proceso de divorcio. Pero lo que nunca he visto es comenzar ese proceso con la idea de renovar los votos matrimoniales», añadió. Por su parte, el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, coincidió en criticar un acuerdo que considera «decepcionante», aunque afirmó que una «mayoría aplastante» del Partido Laborista hará campaña por mantenerse dentro de la UE.

El «premier» habría revelado ya en privado a su círculo más íntimo que no entiende cómo el alcalde de Londres puede apoyar la salida de la Unión con todos los riesgos que eso conlleva para la City. Y los mercados emitieron ayer mismo los primeros avisos. Está claro que la incertidumbre política en torno al plebiscito no sienta nada bien. En la primera jornada tras el acuerdo alcanzado en Bruselas, la cotización de la libra frente al dólar sufrió su peor sesión desde la reciente crisis financiera, lo que provocó el hundimiento del cambio de la moneda británica frente al «billete verde» hasta su nivel más bajo desde marzo de 2009, los 1,4056 dólares.