Represión en Venezuela

Cerrojazo chavista a la Prensa

La Razón
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El régimen ha acosado a los medios críticos con multas, condenas judiciales y restricciones a la venta de papel para los periódicos

Con el diálogo roto, la oposición venezolana volvió a marchar ayer hacia las sedes del Consejo Nacional Electoral para reclamar unas elecciones regionales y municipales que estaban programadas para este año y que no han sido convocadas pese al vencimiento del mandato. Pero la oposición también demandaba comicios para reemplazar al presidente Nicolás Maduro. En este contexto, el Gobierno prosigue la represión política y las limitaciones a la libertad de expresión. Tras adquirir algunos medios de comunicación emblemáticos –a través de empresarios amigos– como «El Universal» o Globovisión–, el Ejecutivo ha optado por amordazar a la prensa escrita. En marzo, «El Correo del Caroní», el diario más importante del sur de Venezuela, fue multado con casi un millón de dólares y cuatro años de prisión para su director, David Natera.

Otra de las tácticas que el Gobierno utiliza es negar sistemáticamente la venta de papel a los periódicos para su funcionamiento, medidas que están sufriendo «El Nacional» o el diario regional «La Mañana» del estado de Falcón, que también circuló por última vez en marzo debido a la falta de insumos. Antes, los periódicos y revistas podían surtirse de material importándolo directamente o a través de pequeños y medianos distribuidores, pero desde hace al menos tres años todos dependen de la venta de papel periódico que centraliza el Estado venezolano a través de la Corporación Maneiro.

La «ofensiva mordaza» se completa con deportaciones. El año pasado se registraron varios incidentes –hasta 16– con reporteros extranjeros en Venezuela. Periodistas del diario francés «Le Monde», la cadena árabe Al Yazira, la radio pública estadounidense NPR, el diario «Miami Herald», la radio y televisión colombiana Caracol, la cadena Televisa y la agencia Ap fueron considerados como «no admisibles». La mayoría de casos se produjo en la víspera de una manifestación contra Maduro que, según la oposición, congregó a un millón de personas el 1 de septiembre en Caracas.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) menciona en un comunicado que la prensa venezolana también ha sufrido ataques y menciona el que se registró en la sede del diario «El Nacional» el 30 de agosto a manos de colectivos que lanzaron excrementos. Una semana antes, el «Diario de Los Andes», ubicado en Valera, (Trujillo) fue tiroteado. De acuerdo con la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por RSF en el año 2016, Venezuela ocupa el lugar 139 de 180 países.

Con el diálogo roto, la oposición venezolana volvió a marchar ayer hacia las sedes del Consejo Nacional Electoral para reclamar unas elecciones regionales y municipales que estaban programadas para este año y que no han sido convocadas pese al vencimiento del mandato. Pero la oposición también demandaba comicios para reemplazar al presidente Nicolás Maduro. En este contexto, el Gobierno prosigue la represión política y las limitaciones a la libertad de expresión. Tras adquirir algunos medios de comunicación emblemáticos –a través de empresarios amigos– como «El Universal» o Globovisión–, el Ejecutivo ha optado por amordazar a la prensa escrita. En marzo, «El Correo del Caroní», el diario más importante del sur de Venezuela, fue multado con casi un millón de dólares y cuatro años de prisión para su director, David Natera.

Otra de las tácticas que el Gobierno utiliza es negar sistemáticamente la venta de papel a los periódicos para su funcionamiento, medidas que están sufriendo «El Nacional» o el diario regional «La Mañana» del estado de Falcón, que también circuló por última vez en marzo debido a la falta de insumos. Antes, los periódicos y revistas podían surtirse de material importándolo directamente o a través de pequeños y medianos distribuidores, pero desde hace al menos tres años todos dependen de la venta de papel periódico que centraliza el Estado venezolano a través de la Corporación Maneiro.

La «ofensiva mordaza» se completa con deportaciones. El año pasado se registraron varios incidentes –hasta 16– con reporteros extranjeros en Venezuela. Periodistas del diario francés «Le Monde», la cadena árabe Al Yazira, la radio pública estadounidense NPR, el diario «Miami Herald», la radio y televisión colombiana Caracol, la cadena Televisa y la agencia Ap fueron considerados como «no admisibles». La mayoría de casos se produjo en la víspera de una manifestación contra Maduro que, según la oposición, congregó a un millón de personas el 1 de septiembre en Caracas.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) menciona en un comunicado que la prensa venezolana también ha sufrido ataques y menciona el que se registró en la sede del diario «El Nacional» el 30 de agosto a manos de colectivos que lanzaron excrementos. Una semana antes, el «Diario de Los Andes», ubicado en Valera, (Trujillo) fue tiroteado. De acuerdo con la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por RSF en el año 2016, Venezuela ocupa el lugar 139 de 180 países.