China

China crece a su ritmo más bajo desde 1990

Los estímulos del Gobierno estabilizaron la economía del país asiático en 2016

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Los estímulos del Gobierno estabilizaron la economía del país asiático en 2016

Las medidas de estímulo económico que Pekín lleva implementando desde que estallara la crisis bursátil de 2015 parecen haber surtido efecto. Ayer, las autoridades chinas anunciaron que su economía creció a un ritmo del 6,7% en 2016 con respecto al año anterior, un dato positivo y que coincide con las expectativas del gigante asiático.

Tras un débil comienzo de 2016, en el que la moneda y el mercado de valores cayeron y numerosos expertos predecían el fin de tres décadas de expansión, "la economía nacional ha conseguido un desarrollo moderado, pero firme y sólido, logrando un buen comienzo para el periodo del XIII Plan Quinquenal", afirmó Ning Jizhe, vicepresidente de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo en rueda de prensa.

Según anunció la Oficina Nacional de Estadísticas, el Producto Interior Bruto (PIB) aumentó un 6,8% en el último trimestre del año, una décima superior a los tres periodos anteriores, en los que la la economía creció a un invariable 6,7%. Esta tasa de aumento, pese a ser la más baja desde 1990, se corresponde con el objetivo que se marcó el pasado marzo el primer ministro chino, Li Keqiang, de crecer a un ritmo de entre el 6,5 y el 7%.

Para lograrlo, las autoridades comunistas incrementaron el gasto gubernamental y la concesión de créditos bancarios, medidas que han traído consigo el fuerte aumento de una deuda que preocupa a los expertos. Para ellos, se trata de un crecimiento no sostenible porque en los dos últimos años y medio el país ha promovido tasas de aumento del crédito que doblan las de la economía real.

No obstante, Ning Jiznhe dijo al respecto que “no creo que esta preocupación sea necesaria". En este sentido, el Banco central chino ha manifestado su voluntad de controlar el vertiginoso incremento de la deuda corporativa, así como se han establecido limitaciones para poner fin a la burbuja inmobiliaria, decisiones a las que se suma el impulso por parte del gobierno de importantes reformas estructurales.

"Los esfuerzos para recortar la sobrecapacidad, reducir las existencias, reducir el endeudamiento, bajar los costes y fortalecer los puntos débiles han dado resultados notables", señaló Ning, quien aseguró que China también cumplió su objetivo de eliminar el exceso de capacidad productiva de acero y carbón para 2016.

En su determinación por llevar a cabo una reconversión industrial y apostar por el consumo interno, el sector terciario encabezó una vez más la expansión económica del gigante asiático con un aumento del 7,8 % interanual, por encima de la industria (6,1 %) y la agricultura (3,3 %). El sector público dio muestras de ser el motor de dicho crecimiento con una inversión de las empresas estatales del 18,7%, mientras que el de la privadas fue del 3,1%.

Sin embargo, Ning advirtió de que las condiciones económicas domésticas y externas son todavía "complicadas"e instó a continuar con las reformas y a adoptar políticas macroeconómicas "flexibles". Las mermadas exportaciones de China también podrían verse sometidas a nuevas presiones si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue adelante con las promesas de imponer medidas proteccionistas más duras y lograr su objetivo de volver a abrir fábricas en su territorio. El economista jefe de China de JP MOrgan, Zhu Haibin, afirmó que "posiblemente la mayor incertidumbre externa para China"es su relación con Estados Unidos.

Mientras tanto, diversos economistas han sugerido que el gobierno chino maquilla unas cifras que no se corresponden con la realidad. Una afirmación que se ha visto respaldada después de que esta semana el gobernador de la provincia de Liaoning, Chen Qiufa, reconociera que su administración había exagerado los datos de crecimiento entre 2011 y 2014. "La distorsión de datos perjudicó el juicio de los políticos en 2016 cuando el gobierno desató un fuerte estímulo monetario y fiscal para apuntalar la inversión", apuntó en una nota Shen Jianguang, economista jefe de Mizuho Securities Asia.