China

China exhibe su poder militar en su 70º aniversario

Pekín celebra hoy el mayor desfile armamentístico de su historia Todo listo para apuntalar la figura del nuevo Gran Timonel, Xi Jinping.

Ciudadanos chinos observan ayer el izado de la bandera nacional en la Plaza de Tiananmen, en Pekín / Efe
Ciudadanos chinos observan ayer el izado de la bandera nacional en la Plaza de Tiananmen, en Pekín / Efelarazon

Pekín celebra hoy el mayor desfile armamentístico de su historia Todo listo para apuntalar la figura del nuevo Gran Timonel, Xi Jinping.

En China, Xi Jinping está de moda. Especialmente en estas fechas en las que se celebra el 70º aniversario de la fundación de la República Popular China y en las que numerosos ciudadanos tratan de honrar a su patria y a su líder adquiriendo platos o carteles con su rostro o incluso comprando una réplica de su busto. En sus ocho años al frente del gigante asiático –por ahora, ya que el Partido Comunista chino aprobó la posibilidad de extender su mandato– el mandatario ha acumulado tantos cargos que muchos le equiparan con Mao Zedong, el fundador de la nación.

Y no es para menos. Papá Xi –como muchos le llaman de manera paternalista– es secretario general del Partido Comunista, presidente de la Comisión Militar Central, jefe de Estado y cabeza de una serie de comisiones. Pero además, en 2016 fue nombrado «núcleo» del partido, un título honorífico con importantes connotaciones en el país comunista. Por eso, el discurso que hoy dirija a su nación, en el que se espera que arroje luz sobre la dirección de China para los próximos años, será parte esencial de los fastos previstos para celebrar el Día Nacional.

Su imagen se multiplica estos días por todo el país y el culto a su personalidad es tal que hasta unos 10.000 periodistas estatales deberán pasar en los próximos días un examen para verificar su lealtad a un líder cuyo pensamiento se incorporó a la Constitución del partido. Esta nueva doctrina política, conocida como «Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era», debe ser estudiada por los más de 90 millones de miembros del PCCh e incluso se ha creado una aplicación móvil, que se ha convertido en la más descargada de la Apple Store en el país.

Los analistas apuntan a que el ascenso de Xi responde a que actúa con la creencia de que para controlar China, debe controlar su historia. Para lograrlo, la Administración ha modificado durante su mandato libros de texto, programas de televisión, películas y museos para que coincida con su narrativa de unidad nacional y rejuvenecimiento bajo el gobierno de un único partido. Precisamente, a través del PCCh se ha promovido la nostalgia revolucionaria y se han minimizado los conflictos de la era de Mao. Por eso, hoy la celebración del 70º aniversario tratará de mostrar al mundo los logros económicos y tecnológicos de China, minimizando los obstáculos sorteados para llegar a convertirse en la segunda economía del mundo desde la tradición comunista que Xi abandera.

Como aperitivo, el presidente chino presentó ayer sus respetos al cuerpo embalsamado de Mao que se encuentra situado en un mausoleo de la Plaza de Tiananmen, el mismo lugar donde hace siete décadas el Gran Timonel proclamó la República Popular de China. A esa visita, hoy le seguirá el desfile militar más grande de su historia –con 15.000 soldados, 160 aviones y 580 piezas del armamento más puntero de las Fuerzas Armadas–; un desfile civil; y el esperado discurso de un poderoso mandatario a quien últimamente le crecen los desafíos internos y externos.

Entre ellos, el de Hong Kong, donde desde finales de junio se suceden las protestas contra su Ejecutivo y el Gobierno central y ya acumula más de 1.500 detenidos. Allí, hoy se esperan grandes altercados entre la Policía y algunos de los manifestantes más radicales que pretenden participar en una marcha no aprobada. Puede ser «muy, muy peligrosa», aseguraron ayer los cuerpos de seguridad en una rueda de prensa tras la batalla campal que se vivió en las calles de la ciudad el domingo y donde fueron arrestadas más de cien personas.

«Tenemos inteligencia que sugiere que algunos manifestantes muy violentos están incitando a otros, incluidos aquellos con tendencias suicidas, a cometer actos extremos, como asesinar policías, disfrazarse de oficiales para matar a otros y provocar incendios en estaciones de servicio», advirtieron sin mostrar pruebas las autoridades.

Otros de los retos de Xi, cuya política exterior y éxitos económicos muchos cuestionan de puertas para afuera, son la guerra comercial que mantienen con Washington desde hace más de un año y que amenaza con de-sestabilizar la economía mundial; o asuntos más domésticos como el incremento del precio de la carne de cerdo en el país que más consume porcino del planeta. Para no socavar su poderío, Xi deberá aprovechar el tirón de la celebración y destacar el papel del PCCh en sacar al país de la pobreza y aislamiento de hace 70 años y convertirlo en un jugador clave de las relaciones internacionales que puede hacer frente a sus adversarios más fuertes y a los problemas económicos.

Además, también se espera que arroje algo de luz sobre la posición que Pekín tomará con el cada vez más controvertido asunto de Hong Kong, donde muchos de sus ciudadanos se dedicaron el domingo a pisotear su rostro impreso y pegado en el suelo de las calles. Todo lo contrario que en Jingdezhen, la capital de la porcelana china, donde los bustos y estatuas del líder son el «souvenir» más preciado.