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Elecciones en Reino Unido

Cómo se vota en Reino Unido

La Razón
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Reino Unido utiliza en las elecciones generales el sistema llamado «First Past The Post» (FPTP, traducido como «el primero que llega a la meta gana»). Se trata de un modelo uninominal mayoritario que data de 1948. Desde su entrada en vigor, ha sido calificado de «injusto y desigual», pero se le perdonaba todo porque –según sus creadores– permite «gobiernos fuertes, estables y decisivos». El país (compuesto por Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte) está dividido en 650 distritos, con una media de 70.000 electores. Cada circunscripción elige a un diputado, no directamente al primer ministro. Para ganar, el candidato no necesita obtener una mayoría de votos (es decir, el 50% + 1). Sólo requiere tener un voto más que el resto. En otras palabras, el candidato que más votos recibe se lleva el escaño, mientras que el resto de los sufragios caen en saco roto. De esta manera, se favorece la formación de grandes mayorías, pero se hace a costa de ser poco representativo.

¿Un partido puede tener más votos pero menos escaños que otro?

–Sí. De hecho, en las elecciones de 2010, el Partido Conservador necesitó 35.000 papeletas por cada diputado. Al Laborista le bastó con 33.000, pero el Liberal Demócrata necesitó casi 120.000 por asiento. Pese a que el UKIP fue la cuarta fuerza más votada, no obtuvo representación, ya que no consiguió ganar en ninguna de las circunscripciones. Este año podría conseguir el 15% de los votos y ganar sólo dos o tres asientos. Sin embargo, los nacionalistas escoceses, pese a que sólo presentan candidatos en Escocia, podrían conseguir 59 asientos. Esto se debe a que vale lo mismo el escaño de una circunscripción pequeña que el de una grande.

¿Por qué son tan importantes las llamadas «circunscripciones marginales»?

–Se llaman así porque el margen entre los partidos es muy pequeño y los que ganaron un año podrían perder su escaño en las elecciones siguientes. Se considera que casi dos tercios de los escaños están adjudicados de antemano antes de los comicios, por lo que son en estas circunscripciones donde está en juego la mayoría absoluta.

¿Por qué este año no hay un claro vencedor?

–Cuando los conservadores ganaron en 2010, se encontraron que el Estado estaba tomando prestada una libra por cada cuatro que gastaba, una situación que no se había vivido desde la II Guerra Mundial. La deuda ascendía al 76,39% del PIB y tuvieron que aplicar un duro programa de recortes para encauzar de nuevo el crecimiento y la recuperación económica. Lógicamente, la austeridad no es popular. Por otro lado, el laborista Ed Miliband es un líder que no acaba de convencer y cuyo partido no genera confianza en la cuestión económica por el gasto desmedido que se llevó a cabo en los años de Gordon Brown y Tony Blair. Los liberal demócratas, por su parte, han perdido gran apoyo de sus votantes después de formar coalición con los «tories» en 2010.

¿Es la primera vez que ningún partido va a conseguir mayoría absoluta?

–No. En 2010 también se vivió lo que se llama un «hung parliament» (parlamento colgado). En la Cámara de los Comunes hay 650 asientos. Para conseguir la mayoría absoluta se deben conseguir 326. Pero en la práctica, con 323 valdría. El Sinn Fein de Irlanda del Norte nunca ocupa sus escaños (aboga por unirse con la República de Irlanda y separarse de Reino Unido) y normalmente siempre consigue cinco diputados. Los conservadores se hicieron con 307 diputados y los laboristas con 258. Pero en Reino Unido no están acostumbrados ni a coaliciones ni a gobiernos en minoría. De hecho, antes de 2010, el último «hung parliament» fue el de 1974. El conservador Edward Heath consiguió 297 escaños frente a los 301 del laborista Harold Wilson. El «tory» intentó negociar con los liberal demócratas, pero no pudo. Wilson se quedó en Downing Street y ocho meses más tarde logró mayoría absoluta en otros comicios.

¿Por qué si el sistema no beneficia a los conservadores, éstos defendieron el FPTP en la consulta de 2011 sobre este modelo?

–Los «tories» siempre se han opuesto a cambiar de sistema por miedo a que otro modelo les ponga aún las cosas más complicadas y porque con el FPTP consiguen un gran número de escaños en Inglaterra. Por este motivo, hicieron una potente campaña a favor del «no» en el referéndum de 2011, cuando se planteó a los británicos cambiar al voto alternativo que proponían los liberal demócratas. En éste los votantes numeran a sus candidatos por orden de preferencia. El pueblo votó entonces 68% a favor de quedarse con el FPTP frente al 32% que abogaba por un cambio. Hoy, sin embargo, un 61% votaría por una reforma porque la presencia de los partidos minoritarios es cada vez mayor y claramente se ven desfavorecidos con el FPTP.

¿Los resultados de 2010 habrían sido distintos con el voto alternativo?

–Sí. En las elecciones de 2010, los conservadores consiguieron 307 diputados (36,1% de apoyo), los laboristas 258 (29,0%) y los liberal demócratas 57 (23%). Con el voto alternativo, los conservadores habrían bajado hasta los 281 escaños, los laboristas ganado 262 y los liberal demócratas 79.