Reino Unido

May afronta un complot de más de 30 diputados

Parte de los «tories» pretende ejecutar ya su relevo, y no esperar a la fecha prevista de 2019, cuando Reino Unido deje la UE

Theresa May, el miércoles en el congreso anual del Partido Conservador
Theresa May, el miércoles en el congreso anual del Partido Conservadorlarazon

Parte de los «tories» pretende ejecutar ya su relevo, y no esperar a la fecha prevista de 2019, cuando Reino Unido deje la UE.

La política es caprichosa, y lo que no ha podido conseguir un gran varapalo en las urnas lo podría conseguir ahora un resfriado. Tras perder la mayoría absoluta en las generales de junio que ella misma adelantó, la «premier» Theresa May se quedó sin autoridad entre sus filas, pero debido a las circunstancias excepcionales del Brexit, los «tories» acordaron de manera extraoficial dejarla en el cargo hasta 2019, cuando está previsto que Reino Unido salga de la UE. Sin embargo, tras el desastroso discurso del miércoles con el que May cerró el congreso anual del Partido Conservador, al menos 30 diputados se han sumado a un complot para adelantar su dimisión. La conspiración está capitaneada por el ex copresidente de la formación Grant Shapps, un eurófilo próximo a David Cameron.

La rebelión se fraguaba en secreto y, según el propio Shapps, su intención era hablar con ella en «privado». Pero los aliados de la «premier» filtraron los planes a la Prensa al ver que la revuelta tomaba fuerza tras la bochornosa actuación de May en Manchester. La líder «tory» sabía que, tras la delicada situación en la que quedó en junio, debía dar un mitin con el que recuperar la confianza. Pero nada más lejos de la realidad. Aparte de quedarse literalmente sin voz por un fuerte catarro, las letras del eslogan que protagonizaba el escenario comenzaron a caerse y un espontáneo fue capaz de acercarse hasta ella para entregarle una falsa carta de despido «firmada» por su enemigo Boris Johnson. En definitiva, fue la viva imagen de un líder a la deriva. Y aunque el público se puso en pie varias veces para aplaudirla, daba la sensación de que lo hacían más por compasión que por apoyo.

«Un número cada vez mayor de colegas, incluidos cinco ex ministros del Gobierno, se han dado cuenta de que la solución no es enterrar la cabeza en la arena», explicó Shapps, sin aportar nombres, a Sky News, donde aclaró, eso sí, que no había actuales ministros de May. De hecho, varios miembros del Ejecutivo salieron ayer en defensa de su líder. No obstante, Shapps aseguró que «así no vamos a ninguna parte». «Lo que está pasando recuerda mucho a los gobiernos de John Major y Gordon Brown», recalcó. El diputado rebelde afirmó que la primera ministra es una «persona honrada» pero que «hizo rodar los dados» al convocar comicios anticipados y la jugada no le salió. «Hemos tenido un resultado que no fue lo que todo el mundo quería, o al menos lo que ella quería o anticipaba y, a veces, cuando las cosas ocurren, uno tiene que asumir la responsabilidad», afirmó.

Por su parte, el «tory» Ed Vaizey, ministro con Cameron, aseguró que «cada vez hay más personas que creen que (May) debe renunciar». «El congreso anual fue una gran oportunidad para retomar las riendas del partido y del país, pero finalmente no se hizo nada», añadió. «Muchos esperaban a 2019, pero tras el discurso cada vez hay más gente que cree que ha llegado la hora de irse», añadió.

Hacen falta 48 diputados para poner en marcha una moción de censura contra la líder conservadora. Pero Charles Walker, vicepresidente del influyente «Comité 1922» –que reúne a los «tories» sin cartera– asegura que el cabecilla del complot «no tiene el mínimo respaldo dentro del partido». «Para ser honesto, creo que esto se va a acabar disolviendo», advirtió.

Con todo, la revuelta interna protagoniza estos días todas las portadas, y algunos tabloides aseguran ya incluso que May no sobrevivirá políticamente a las Navidades. La preocupación ha llegado hasta Bruselas, donde, según «The Times», altos cargos diplomáticos cuestionan la autoridad de la «premier» para continuar las conversaciones del Brexit. Se plantean hasta qué punto merece la pena negociar con un gobierno que quizá no llegue a 2019. Pero al mismo tiempo advierten del caos que causarían ahora dos meses de campaña de liderazgo en los «tories» para sustituir a May. Tras revelarse la conspiración, la libra esterlina cayó ayer a su nivel más bajo en un mes frente al dólar y también ante el euro.

En medio de la gran crisis, la «premier» contraatacó ayer asegurando que aporta un «liderazgo sereno» y que cuenta con el «pleno apoyo» de todo su Ejecutivo. «Lo que el país necesita es un liderazgo sereno y es lo que yo estoy aportando, con el pleno apoyo de mi gabinete», dijo en unas breves declaraciones a los medios en su circunscripción de Maidenhead. May añadió que la próxima semana informará a los diputados de su reciente discurso en Florencia sobre el Brexit.

El ministro de Medio Ambiente, el euroescéptico Michael Gove, que batalló contra May el año pasado por el liderazgo «tory» tras la dimisión de Cameron, fue sin embargo el primero en defender públicamente ayer a la «premier»: «Catorce millones de personas votaron por la primera ministra este año y quieren que se centre en su trabajo». Por su parte, la titular de Interior, Amber Rudd, también respaldó a la líder por «las agallas y la gracia» mostradas en los momentos de insuperable dificultad en el discurso. Asimismo, el número dos del Gobierno, Damien Green, calificó de «tontería» las sugerencias de que May debería marcharse. «Yo sé que ella está determinada como siempre a hacer su trabajo. Seguirá y hará que este Gobierno tenga éxito», agregó. No obstante, quien al cierre de esta edición aún permanecía en silencio era el titular de Exteriores, Boris Johnson, favorito para muchos en la sucesión.