Ensayo nuclear Corea del Norte

Coreal del Norte provoca a EE UU al lanzar un misil sobre Japón

Pyongyang dispara el Hwasong-12 que amenazaba con lanzar sobre Guam en la dirección opuesta, Japón. Trump promete garantizar la seguridad de su aliado nipón y pone «todas las opciones sobre la mesa»

Imagen de archivo de otro misil balístico de largo alcance lanzado por Corea del Norte en mayo de 2017
Imagen de archivo de otro misil balístico de largo alcance lanzado por Corea del Norte en mayo de 2017larazon

Pyongyang dispara el Hwasong-12 que amenazaba con lanzar sobre Guam en la dirección opuesta, Japón. Trump promete garantizar la seguridad de su aliado nipón y pone «todas las opciones sobre la mesa».

Si el presidente de EE UU, Donald Trump, presumía hace tan sólo una semana de que su política hacia Corea del Norte estaba dando sus frutos, Kim Jong Un echó por tierra sus expectativas con el lanzamiento de un misil que sobrevoló Japón. El ensayo balístico de ayer –el tercero que cruza el territorio japonés en las últimas dos décadas–, no sólo supone un desplante hacia la Administración norteamericana, sino también una amenaza real para el país nipón que, pese a decidir no interceptar el proyectil, aconsejó a su población ponerse a cubierto.

Mientras el misil surcaba los cielos de la isla de Hokkaido –en el norte del archipiélago japonés–, los programas de la televisión pública interrumpían su emisión advirtiendo a la población del vuelo del proyectil sobre la nación al tiempo que varias líneas del tren bala eran detenidas temporalmente. El horror duró diez minutos. Japón revivió en ese tiempo la pesadilla de un ataque nuclear. «El escandaloso acto de disparar un misil sobre nuestro país es una amenaza sin precedentes, seria y grave, y que daña gravemente la paz y la seguridad regionales», aseguró a los periodistas en Tokio el primer ministro japonés, Shinzo Abe.

El mandatario, que mantuvo una conversación telefónica con Trump en la que coincidieron en aumentar la presión contra el régimen comunista, coincidía en «que Corea del Norte presenta una grave y creciente amenaza directa a EE UU, Japón y la República de Corea, además de a todos los países del mundo», informó Reuters. Trump dijo que «todas las opciones están sobre la mesa» y añadió que «el mundo ha recibido alto y claro el reciente mensaje de Corea del Norte: este régimen ha mostrado su desprecio por sus vecinos, por todos los miembros de Naciones Unidas y por normas mínimas de comportamiento internacional aceptable», señaló en un comunicado. Trump transmitió a Abe «su fuerte compromiso de estar al cien por cien con Japón», según el líder nipón, que también señaló su intención de «trabajar con China, Rusia y el resto de la comunidad internacional para intensificar la presión» sobre el régimen norcoreano.

Abe también afirmó que Japón «llamará firmemente a aumentar la presión sobre Corea del Norte en cooperación con la comunidad internacional» a través del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que convocó una reunión de urgencia en Nueva York con el fin de discutir los pasos que hay que seguir para castigar esta última provocación norcoreana que eleva aún más la tensión que se vive en la región.

El misil, disparado desde las proximidades de la capital norcoreana, es el primero desde 2009 que ha sobrevolado Japón. En esa línea, varios analistas advirtieron de que el proyectil podría ser del mismo tipo que Pyongyang había amenazado con lanzar este mismo mes hacia el territorio americano de Guam, en el Pacífico, después de que Trump y Kim Jong Un se enzarzaran en una fuerte batalla verbal. Dicha escalada dialéctica terminó cuando Pyongyang, alegando precisamente la grave tensión existente en la península, decidió «observar un poco más» los movimientos de EE UU antes de dar ningún otro paso.

Tras ese movimiento, la Administración americana se jactó de cómo sus políticas surtían efecto, e incluso el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, manifestó su optimismo por ver también cómo el régimen de Pyongyang demostraba un «cierto nivel de moderación» inédito hasta la fecha. Sin embargo, las maniobras militares conjuntas que Seúl y Washington están llevando a cabo estos días en la región –vistas como una forma de mejorar su capacidad de defensa–, han sido la mecha que ha prendido la llama de los últimos proyectiles. Una reacción del régimen Juche que ya constituye una práctica habitual ante unos ejercicios a los que tacha de «provocadores y agresivos» y considera un ensayo para invadir su territorio en una península coreana que es «una bomba de relojería», apuntó el embajador de Pyongyang en Naciones Unidas, Ja Song Nam.

El lanzamiento del martes sigue al de dos días atrás en el que Pyongyang probó otros tres misiles balísticos de corto alcance que cayeron a aguas del mar de Japón. Diversos funcionarios surcoreanos y japoneses citados por la agencia de noticias Yonhap apuntaron que el de ayer es un misil de rango intermedio Hwasong-12. Según informaron, el proyectil voló más de 2.700 kilómetros a una altitud máxima de unos 550 kilómetros y tras atravesar Japón acabó en el Pacífico Norte, a unos 1.180 kilómetros al este de Hokkaido.

Corea del Sur respondió con contundencia al que constituye el décimo tercer lanzamiento en lo que va de año y el noveno después de que su presidente, Moon Jae In, asumiera el poder en mayo. El líder surcoreano ordenó a sus tropas «demostrar su fuerza y capacidad de tomar represalias» como respuesta al lanzamiento de Pyongyang con el despliegue de cuatro aviones de combate F-15K, que lanzaron ocho bombas contra un objetivo situado cerca de la frontera que separa las dos Coreas. «Nuestro Ejército tiene la capacidad de realizar ataques de misiles con una precisión de nivel superior, y el poder de atacar cualquier lugar de Corea del Norte si es necesario», afirmó la Agencia para el Desarrollo de Defensa surcoreana, tras mostrar asimismo un vídeo con imágenes de los últimos ensayos de misiles balísticos de su Ejército.

Por su parte, China advirtió de que las tensiones en la península coreana han alcanzado «un punto de inflexión» tras el último ensayo de Corea del Norte al tiempo que apuntaba a EE UU y Corea del Sur como los culpables. Con todas las partes enfrascadas en una nueva y peligrosa dinámica que puede derivar en un conflicto aún mayor, la portavoz del Ministerio de Exteriores china, Hua Chunying, instó a todas ellas a evitar las provocaciones y reiteró el llamamiento de Pekín para que Pyongyang suspenda las pruebas de misiles a cambio del cese de los ejercicios militares de las otras dos potencias.