Bruselas

Coto a las ONG que operan en el mar Mediterráneo

Bruselas aborda la petición de auxilio de Italia ante la ola migratoria.

Una barca de madera llena de inmigrantes navega a la deriva en aguas libias
Una barca de madera llena de inmigrantes navega a la deriva en aguas libiaslarazon

Bruselas aborda la petición de auxilio de Italia ante la ola migratoria.

«Italia no está sola», repitió ayer sin cesar el Comisario de Inmigración, Dimitri Avramopoulos tras la reunión de los ministros de Interior de los Veintiocho en Tallín , Estonia. Ante una situación que empieza a asemejarse peligrosamente a la vivida en el verano del 2015, con las instituciones europeas de vacaciones en medio de constantes naufragios en el Mediterráneo, Roma vuelve a lanzar un SOS desesperado a sus socios europeos. La respuesta, de momento, sigue siendo tibia y con tan sólo pequeños avances en algunos ámbitos.

En las últimas semanas Italia ha sondeado a las capitales europeas para que otros países ribereños como Francia y España abran sus puertos a las personas interceptadas en el Mediterráneo. Tras la reunión celebrada el pasado domingo en París con los ministros de Interior de Francia, Italia y Alemania todo indica que Roma no conseguirá su objetivo. Según Avramopoulos, ayer -sorprendentemente– este punto no estaba en la agenda, pero la próxima semana habrá reuniones técnicas entre los países miembros para tratar este tema en el marco de la operación europea de rescate Tritón en la que casi todos los países europeos participan a cambio de que sea Italia la que de cobijo de manera temporal a los migrantes interceptados.

Mientras, Italia deberá seguir esperando. Nada indica que haya disposición a cambiar este mandato. Al ser preguntado por esta posibilidad, el ministro de Interior español, Juan Ignacio Zoido la rechazó de manera contundente. «Italia ha pedido ayuda y nosotros entendemos que pida ayuda, pero también España está teniendo ahora mismo una presión importante en nuestros puertos, como consecuencia de la inmigración también irregular». En este sentido el ministro argumentó que España está viviendo un aumento de la presión migratoria de un 140% a través de la ruta del Mediterráneo Occidental lo que ha obligado a nuestro país incluso a faenar en aguas territoriales marroquíes para poder salvar vidas. En privado, fuentes diplomáticas españolas han recordado sin cesar en los últimos años la orfandad española durante la crisis de los cayucos en el pasado y han defendido la necesidad de no sobrecargar la responsabilidad de los países de entrada.

Dentro de las posibles soluciones se encuentra el código de conducta para la organizaciones no gubernamentales que está redactando Italia con el apoyo de la Comisión Europea. Un tema de alta sensibilidad política ante una situación que Avramopoulos definió como «insostenible» ya que según el Comisario aunque «hay que salvar vidas, se deben reducir los flujos». Bruselas y las capitales europeas acusan a las ONG de estar propiciando un efecto llamado con sus operaciones de salvamento y planea la sospecha de que algunas de ellas faenan en aguas territoriales libias sin poder ser localizadas mediante radar. Según los datos ofrecidos por Italia, el 34% de los salvamentos en el Mediterráneo son propiciados por estas organizaciones y es necesaria una mayor transparencia. Ayer los Veintiocho hicieron un llamamiento para que estas organizaciones se coordinen con las autoridades costeras libias a quienes la UE está ofreciendo su ayuda económica para que vigilen sus costas y se encarguen de evitar naufragios.

Una posición compartida por España. Ayer Zoido defendió que «hay que concienciar a las ONG de que se está para ayudar y no se está para favorecer o potenciar inmigración irregular cuando esa inmigración irregular lo que está dando lugar es a que corran peligro en el Mediterráneo, como está sucediendo con demasiada frecuencia». Dentro de los puntos mas polémicos, la acusación más o menos velada por parte de las autoridades europeas de que algunas organizaciones están colaborando con las mafias traficantes de migrantes que se frotan las manos ante este efecto llamada. Una de las posibles medidas para evitar esto último sería obligar a estas organizaciones a dar datos fidedignos sobre sus fuentes de financiación y los tripulantes de sus embarcaciones en este código de conducta realizado por Italia y que todavía no ha sido oficialmente presentado. El ministro de Asuntos Exteriores, Angelino Alfano, subrayó ayer desde Roma la importancia de luchar contra las mafias a las que definió como «la mayor agencia de viajes del mundo».